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Autor Tema: “Hay casas que pueden matarte, hay ‘casas cáncer’ “  (Leído 511 veces)

Scientia

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“Hay casas que pueden matarte, hay ‘casas cáncer’ “

Publicado el 12 julio, 2016 por Admin


Tengo 45 años. Soy de Sabadell. Soy arquitecto interiorista y geobiólogo, experto en bioconstrucción y salud geoambiental. Estoy casado y tengo dos hijos, Pau (12) y Jan (9). ¿Polí­tica? De centro tirando a izquierda. ¿Creencias? Ser buena persona.

Era un arquitecto racionalista y hoy además es un geobiólogo dedicado a detectar puntos insalubres en pisos, casas, oficinas… Ha desarrollado una sensibilidad especí­fica para captarlos, que confirma luego con biómetros y detectores electrónicos (www.pereleon.com). Aconseja velar por las tomas de tierra de los domicilios, y así­ aligerarlos de cargas elíéctricas. Porque ya se sabe que una de cada mil personas padece electrosensibilidad, un tipo de alergia que crecerá en lo venidero… Usa auriculares para el móvil y evita las bombillas de bajo consumo, son nocivas. Acaba de publicar su primer libro: La Buena Onda (Urano) con consejos y claves para disfrutar de una casa sana y protegernos de las ondas perniciosas.


¿Existe la casa cáncer?

–Sí­. Son casas que pueden llegar a enfermar y matar a sus habitantes, tras alterarles el sistema inmunológico, lo que puede acabar en cánceres: linfomas, leucemias, mama, colon…

–Quíé afirmación tan arriesgada…

–Lo he visto tantas veces, ¡que lo proclamo!

–¿Cómo es una casa cáncer?

–Una vivienda edificada sobre una o varias zonas geopáticas.

–¿Y quíé es una zona geopática?

–Una por la que discurre una (o varias) vena de agua subterránea. O en cuyo subsuelo hay una diaclasa, una falla del terreno. O un campo magníético terrestre muy elevado.

–¿Y eso puede afectar a mi salud?

–La fricción del agua en el terreno o la falla crea un campo electromagníético que se proyecta hacia arriba y atraviesa todos los materiales, incluidas nuestras cíélulas.

–¿Con quíé efectos?

–Una exposición continuada a tales ondas altera el buen funcionamiento de la glándula pineal, productora de melatonina…

–Que regula los ciclos del sueño, ¿no?

–Sí­, y que por eso regenera las cíélulas. Y esos iones naturales debilitan tu sistema inmunológico: ¡quedas más expuesto a patologí­as!

–Esas ondas, ¿pueden llegar a mi ático?

–Y más allá: ¡lo atraviesan todo!

–En tal caso, ¿quíé es lo más peligroso?

–Dormir noche tras noche sobre un punto geopático: dormir entre seis y ocho años así­â€¦ deteriorará graví­simamente tu salud.

–¿Quíé sí­ntomas debieran advertirme?

–Padecer cualquier alteración del sueño.

–¿De quíé tipo?

–Si te levantas más cansado que al acostarte, si te despiertas en plena madrugada, si padeces insomnio, si descansas mal, si te sientes irritable, fatigado, con cefaleas, dolores articulares o si te han diagnosticado una dolencia sin determinar su origen… ¡cuidado!

–Cuíénteme algún caso que conozca.

–El mí­o: soy arquitecto interiorista y construí­ una casa estupenda para mi mujer y mis hijos. Al poco, mis hijos se despertaban cada noche, mi mujer se levantaba fatigada…

–¿Y usted?

–Tan fresco. Un dí­a, mi mujer me dijo que habí­a llamado a un… ¡geobiólogo! Me enfadíé: yo era muy racionalista, lo veí­a grotesco. Me plantíé, hasta que mi mujer me dijo: “Si amas a tus hijos, permí­telo por ellos”. Cedí­.

–¿Y quíé les dijo el geobiólogo?

–Que mis hijos y mi esposa estaban durmiendo sobre puntos geopáticos: nos aconsejó cambiar las camas de sitio.

–¿Quíé hizo usted?

–Cedí­ en las camas de mis hijos, ¡pero no en la nuestra!: me pareció ofensivo modificar un interiorismo que me habí­a quedado precioso… Me neguíé. Pero sí­ aceptíé intercambiar con mi mujer el lado de la cama.

–¿Y quíé sucedió, si me permite?

–Sí­: en poco tiempo, mis hijos y mi mujer se sentí­an descansados y vitales. Y yo empecíé a dormir mal y a levantarme fatigado…

–Y dejó de ser un escíéptico.

–Hoy no dudo: los campos elíéctricos naturales son perniciosos, y unidos a los artificiales, ¡multiplican el riesgo para la salud! Hoy me dedico a la asesorí­a geoambiental y a hacer reformas para crear hogares saludables.

–¿Quíé radiaciones son las peores?

–La base del telíéfono inalámbrico. Y el wi-fi. Y el móvil. Y los cables elíéctricos. Y los despertadores elíéctricos. Y los tendidos elíéctricos. Y las antenas de telefoní­a móvil…

–¿Cómo podrí­amos evitarlas?

–Al llegar a casa, ¡apaga el móvil! Por la noche, desconecta el wi-fi. En los dormitorios, duerme sin fluido elíéctrico alguno: usa despertadores a pilas.




 

–¿Cómo tiene ahora su cama?

–Desplazada para que ningún punto geopático afecte a ninguno de sus dos lados.

–¿Es mejor la cabecera hacia el norte?

–Yo descanso bien con el cabezal al sur: la orientación no me parece muy relevante.

–¿Hay electrodomíésticos dañinos?

–Si al otro lado del cabezal de tu cama hay un frigorí­fico, microondas, lavavajillas, caldera, placa de inducción… te dañarán.

–¿Quíé caso real le ha impactado más?

–Un hombre al que desvelíé que el lado de la cama de su esposa era un punto estrella…

–¿Quíé es un punto estrella?

–Aquel en que confluye un punto geopático con un cruce de dos lí­neas magníéticas…

–¿Y quíé tal estaba la esposa?

–Cáncer de mama… En tratamiento. Lo terrible es que aquel hombre me confió entre lágrimas que sus dos esposas anteriores habí­an muerto en ese mismo lado de la cama. Fibromialgias, resfriados repetidos, insomnios, inhibición del deseo sexual… ¡pueden deberse a una geopatí­a!

–¿Quíé consejo darí­a?

–Si ves que un niño se despierta siempre por la noche, ¡cámbiale de sitio! Porque los niños son más sensibles a esas radiaciones.

–¿Y quíé nos dice a los adultos?

–No te resignes a dormir mal: limpia el dormitorio de campos electromagníéticos, cambia el emplazamiento de tu cama, obsíérvate… Hay solución: merece la pena. ¡Tu dormitorio es tu taller de reparación celular!

Fuente: www.lavanguardia.com