http://www.playgroundmag.net/articulos/entrevistas/Morderse-dientes-llevas-estres-cama_0_1800419957.htmlMorderse los dientes: así te llevas el estríés a la cama
El bruxismo, o rechinar de dientes, es un trastorno que aumenta con el estríés y la ansiedad
Por: Alba Muñoz
Bienvenidos al mundo del bruxismo o el rechinar de dientes, un hábito involuntario que consiste en mordisquearse la propia dentadura o apretar la mandíbula como si uno estuviera a punto de hacer puenting o chocar frontalmente con un tren. Solo que se está dormidito, descansando, preparándose para la jornada de mañana.
Síntomas habituales: dolor físico y el odio del compañero/a de cama. Ejemplos:
Si no bebiste alcohol anoche, ¿por quíé tienes resaca? Esta es una de las preguntas que un bruxista que no sabe que lo es se hace de mala mañana.
Tambiíén es posible que se pregunte por quíé le duele la mandíbula al bostezar, como si no hubiera abierto la boca en toda su vida. O si es que últimamente le ha dado por dormir con el cuello en la posición de un interrogante: ese dolor de cervicales, esa migraña, no parece muy normal.
Si el bruxista no duerme solo por las noches, su acompañante le habrá hecho saber que el sonidito de sus dientes y muelas restregándose es, sencillamente, exasperante.
El hermano pequeño del estríés y la ansiedad
"Conocemos el bruxismo como el rechinar de dientes, por el ruido, pero tambiíén se da una actividad muscular masticatoria, continuada y rítmica. Como si la persona estuviera masticando algo durante mucho rato. No es consciente, no afecta demasiado a su sueño, pero sí al de su compañero de cama".
Según la doctora Núria Roure, especialista en trastornos del sueño, el bruxismo es un trastorno asociado al modo del vida moderno. Como si fuera el hermano pequeño del estríés y la ansiedad, cada vez más frecuente: "Son nuevas patologías que crecen por el ritmo de vida que llevamos, como el insomnio".
El bruxista ya tiene una predisposición geníética, pero es cierto que factores como el estríés y la ansiedad suelen desencadenarlo : "Las causas del bruxismo secundario (el que no está relacionado directamente con un a enfermedad o medicación) es la personalidad de la persona, cómo responde al estríés y la ansiedad. Una temporada de nervios puede ser el factor desencadenante. Los elementos externos despiertan el hábito".
Lo curioso es que el rechinar de dientes es más prevalente en los niños, y que a medida que la persona envejece, va desapareciendo: "Entre un 15% y un 20% de niños lo sufren, los últimos estudios hablan de un 9% de los adultos. Las causas son hereditarias entre un 20% y un 50%".
Otros factores que pueden causarlo son el consumo de tóxicos a última hora de la noche, como alcohol o tabaco. Pero el bruxismo no se da solamente de noche: "El bruxismo de día existe, pero es menos frecuente. Tambiíén está relacionado con una respuesta al estríés o la ansiedad diurna o a una distonía de la mandíbula. En general, el bruxismo nocturno tambiíén suele asociarse a otras patologías del sueño, como los trastornos respiratorios o el síndrome de piernas nerviosas".
Roure trabaja en el Institut del Son, un centro que se dedica a tratar las dificultades más comunes para conciliar un sueño saludable. Allí realizan "radiografías nocturnas" con las que realizan un diagnóstico del descanso de sus pacientes.
Muchos pacientes tienen migrañas matutinas, que van desapareciendo a lo largo del día
Por eso la doctora sabe que el bruxismo no afecta demasiado a la calidad del sueño: "Es bastante buena si no es un caso grave. Muchos pacientes tienen migrañas matutinas, que van desapareciendo a lo largo del día".
Normalmente, cuando uno tiene bruxismo y le dueñen las encías o se ha astillado algún diente, va al dentista. Lo más habitual es que el dentista le venda una fíérula de descarga, una especie de funda protectora para impedir el desgaste del esmalte.
Sin embargo, esa solución no es suficiente, al menos según la doctora Roure. En su opinión, hay que modificar hábitos de día y de noche, y mejorar la higiene del sueño. Con ello se refiere a evitar estimulantes a última hora de la noche, ser regular en la hora de ir a dormir, hacer ejercicios de relajación y, si es preciso, buscar ayuda psicológica. Siempre, protegiendo la dentadura con una fíérula:
"Hay que ir a la causa, no a paliar el síntoma. La ansiedad es una patología que no hace ruido si no la sabemos escuchar". La buena noticia es que cada vez se investigan más estos trastornos, y cada vez se afina más en la búsqueda de soluciones.
De momento, proponemos un sistema de relajación de mejillas tradicional que puede derivar en risa. Y no es ninguna broma: la comunidad científica ha avalado las mandíbulas batientes como un gran antídoto contra los malestares del siglo XXI.
