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Autor Tema: Tíécnicas de relajación: 3 formas de controlar los nervios  (Leído 515 veces)

Scientia

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Tíécnicas de relajación: 3 formas de controlar los nervios
« en: Agosto 10, 2016, 10:14:20 pm »
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Tíécnicas de relajación: 3 formas de controlar los nervios


La ansiedad con los años se ha transformado en la protagonista, o en otras palabras, en “la bruja mala” del panorama psicológico. Sin ir más lejos, se sabe que a nivel clí­nico la ansiedad es el núcleo de una amplia variedad de trastornos, desde las fobias (casi de cualquier tipo) hasta el estríés postraumático.  Las tíécnicas de relajación son una buena manera de comenzar a superar todo esto.

No obstante a nivel subclí­nico (ese nivel que no consideramos “patológico”) la ansiedad es tambiíén un problema. Los relatos en los que alguien siente la necesidad de escapar, se le revuelve el estómago o llega a sentir presión en el pecho aumentan dí­a tras dí­a. Al final se acaba diciendo que se está “agobiado” o “estresado”; palabras que acaban siendo formas suaves y aceptables de expresar ansiedad.

La realidad es que estas expresiones ya forman parte de nuestro vocabulario y hacen referencia a un problema lógico en vista del ritmo de vida actual. Estos niveles “moderados” de ansiedad se han convertido en elementos mentales comunes para una gran mayorí­a. No obstante, resulta llamativo que, pese al amplio abanico de tíécnicas de relajación que existen, solo se conozcan una o dos, y gracias a Hollywood.

Tíécnicas de relajación: 3 opciones

Es por este protagonismo que ha recibido la ansiedad, que desde la psicologí­a se ofrecen una amplia variedad de recursos para reducirla. A continuación se resumen 3 tíécnicas (muy fáciles de encontrar y de poner en práctica) con este fin. Veamos si podemos ir un poco más allá del “contar hasta diez” o del “respirar hondo y pensar en una playa”.

Tíécnicas de relajación 1: La relajación progresiva de Jacobson.

Edmund Jacobson desarrolla esta tíécnica entendiendo relajación como desactivación muscular, buscándola mediante la no activación del cuerpo. Es decir, en vez de emplear    ningún procedimiento mental, seguir la orden estricta de “no hacer nada”, aplicada especí­ficamente a todos los grupos musculares.

Para la ejecución de esta tíécnica es necesario detectar la tensión en los músculos (por pequeña que sea), aprender a reducir esta tensión (no haciendo nada con esos músculos) y saber reducir la tensión de diferentes grupos musculares diferenciadamente. Aquí­ teníéis un ejemplo del procedimiento.

http://www.youtube.com/watch?v=SvcRtCZkc_8



Tíécnicas de relajación 2: El entrenamiento autógeno de Schultz.

Este tipo de relajación se rige mediante la lógica contraria. Es decir, en íél se entiende que es a travíés de imágenes mentales o sugestiones como se consigue el estado óptimo de relajación. De esta forma, se inducen sensaciones como pesadez, calor, cosquilleo o frescor en grupos musculares especí­ficos, siempre con el fin de relajarlos.

El procedimiento consistirí­a en situarnos en una postura lo más cómoda posible, en un ambiente calmado, y poco a poco, empezar a inducirnos a nosotros mismos las sensaciones mencionadas mediante frases como: “El brazo derecho está pesado” (sensación de pesadez).

http://www.youtube.com/watch?v=i9vvxGXNnso


Tíécnicas de relajación 3: El entrenamiento en respiración de Benson.

Esta tíécnica se identifica generalmente con la meditación. Herbert Benson, tras haber estudiado los efectos positivos de la meditación y los diferentes ciclos de respiración, decide combinar ambos en esta tíécnica.

Esta se caracteriza por poseer elementos de la primera, como un objeto en el que centrarse (mantra), una actitud pasiva ante distractores, un ambiente tranquilo y una postura cómoda, y de la segunda; la respiración abdominal, como el empleo de ciclos respiratorios amplios y lentos.

La tíécnica se aplicarí­a concentrándonos en ese objeto a modo de mantra, repitiíéndolo en nuestra mente periódicamente al final de cada ciclo respiratorio, tomando una actitud pasiva ante posibles pensamientos distractores.

Tomar el control.

Como ya se ha podido ver, hay varias opciones. Y hay una infinidad más de ellas; esto solo es una pequeña muestra de las posibilidades que hay antes de volver a emplear la palabra “agobio”. Es comprensible que sea más sencillo y rápido recurrir a la queja para satisfacer nuestras ganas de descargar ansiedad. Pero quizás esto plantea una pregunta: ¿Buscamos inmediatez o calidad de vida?

Al principio se comentaba la expresión “agobiado” como una forma aceptable de expresar ansiedad. ¿Alguien se ha parado a reflexionar por quíé está aceptado? Efectivamente, las variables sociedad y tiempo influyen, pero ¿será cierto que estamos acostumbrados ya a vivir ansiosos?

Hagamos un parón. Ya se conoce la enorme cantidad de efectos negativos que tiene la ansiedad sobre nuestro organismo. Ha llegado el momento de que dejemos de comernos las palabras “subclí­nico”, “moderado” o “agobiado” como pipas; todas dejan de tener sentido si nos dan permiso para estar ansiosos, o en otras palabras, para sufrir. Tomemos las riendas.
« Última modificación: Agosto 10, 2016, 10:16:04 pm por Scientia »