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Autor Tema: Arabia Saudita: Los Saud y los negocios de la fe...  (Leído 72 veces)

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Arabia Saudita: Los Saud y los negocios de la fe...
« en: Septiembre 18, 2016, 12:32:02 pm »
Por...  Guadi Calvo



Las tensas relaciones entre la República Islámica de Irán y el reino saudita, han tenido una nueva escalada, ya que a punto de cumplirse un año, el próximo 24 de septiembre, siguen sin conocerse las causas de la estampida y el verdadero número de peregrinos muertos en la tragedia de Mina, una de las tantas estaciones del hajj, la peregrinación anual a la ciudad sagrada de La Meca.
 
El ritual que se cumple desde hace más de 1400 años, deberí­a ser una demostración de la unidad del pueblo musulmán y su sumisión a Allah, aunque las constantes interferencias del ríégimen saudita lo hacen imposible.
 
El hajj, es uno de los cinco mandamientos del Islam y de cumplimiento obligado, por los menos una vez en la vida, para cada creyente, mientras su capacidad fí­sica y económica se lo permitan.
 
Según la versión oficial, los fallecidos en la tragedia fueron 717, de ellos 460 de nacionalidad iraní­, mientras que el número de heridos habrí­a alcanzado a los 863, por lo que se vieron obligados a participar cerca de 4 mil rescatistas con más de 200 ambulancias.
 
 Los hechos se sucedieron al tercer dí­a de iniciado el hajj, en el valle de Mina a unos cinco kilómetros de La Meca, cuándo los profesantes se dirigí­an desde el campamento de Muzdalifa, donde se instalaron cerca de 160 mil carpas y creyentes pasaron la noche, rezando y recogiendo  piedras para lanzar contra los pilares, para cumplir con el rito de la lapidación. Los pilares, simbolizan la tentación del diablo, que intentó disuadir a Abraham, el patriarca del pueblo árabe.
 
Aunque Riad ha mantenido la cifra oficial, otras fuentes señalan que el número podrí­a ser significativamente mayor y que alcanzarí­an al menos a los 2400 muertos, según las denuncias oficiales procedentes de 36 paí­ses cuyos peregrinos no han retornado.
 
Los medios sauditas insistieron en culpar a los peregrinos y defendieron la postura del reino, aunque hay grabaciones en las que se puede ver a un gran número de peregrinos que al querer atravesar una puerta son obstruidos por las fuerzas de seguridad saudí­es.
 
El desastre sucedió a las 9 horas (local) cuando la temperatura trepaba a los 46º, en una avenida cercana al puente de Jamarat. El Ministerio de Salud Saudita culpó a las ví­ctimas de lo ocurrido: “quizás porque algunos peregrinos se movieron sin seguir las instrucciones de las autoridades relevantes”.
 
Pocos dí­as despuíés del desastre, el viceministro de salud saudí­, Hamad bin Mohamad al-Zeweile, habí­a confirmado que la cifra de muertos habí­a alcanzado a los 4173, lo que significó su destitución pocas horas despuíés, al tiempo que la página web del ministerio fue suspendida.
 
Quizás el significativo número de ví­ctimas iraní­es en el marco de las complejas relaciones entre Riad y Teherán, sean la razón del ocultamiento ya que las investigaciones estarí­an señalando que la responsabilidad de lo sucedido la tendrí­an los organizadores de hajj.
 
El ministro de Justicia iraní­ Mostafa Pur Mohamadi informó, en junio pasado, que la República Islámica pretende imputar ante los tribunales internacionales, al Reino la responsabilidad de los hechos. Según importantes funcionarios iraní­es la tragedia en realidad fue un “crimen”, y no solo achacable a la incompetencia de los organizadores.
 
Irán ha denunciado en más de una oportunidad la mala organización de Riad del evento anual que llega a congregar más de 3 millones de fieles de todos los orí­genes y todas las escuelas islámicas, y que dejan para las arcas del Reino importantes dividendos.
 
Todas las áreas de la economí­a saudita se benefician con el hajj, incluyendo agencias de viajes y aerolí­neas, compañí­as de telefoní­a celular, restaurantes, trasportes internos, y comerciantes de souvenirs y productos como alfombras para la oración o collares “bendecidos”.
 
Pero sin duda es la hotelerí­a, el rubro más beneficiado. La Meca desde hace años vive en constante cambio, ya que las construcción de hoteles, en sitios sagrados que tienen que ver directamente con la vida del profeta, están siendo ocupados por las inmobiliarias a lo que hay que sumar los fuertes impuestos, aunque es imposible conocer el monto final, que se calcula en miles de millones. El “negocio” de la Fe para el ríégimen de los Saud es milagroso.

 
No solo una cuestión de fe
 
Si bien la tragedia de Mina no ha sido la primera, ya que en el historial del hajj, se han registrado varias como la de 1975, donde mueren 200 peregrinos en un incendio; en 1987 se produjeron 400 muertos tras el enfrentamiento entre las autoridades saudí­es y los manifestantes pro iraní­es; en 1990 unos 1500 peregrinos murieron asfixiados y aplastados en un túnel que une La Meca con Numa; una estampida en 1994 produjo 279 muertos. Un incendio en 1997 dejó 343 muertos y 1500 heridos; en 2006, murieron 364 fieles aplastados en el ritual de la lapidación. Dí­as antes de la tragedia de Mina, exactamente el 11, la caí­da de una grúa mató 107 personas.
 
Estas tragedias son solo las más evidentes de las causadas por el ríégimen saudita, contra todo el pueblo musulmán. Es responsable financiero e ideológico del genocidio constante que viene sufriendo el Islam desde la díécada de los setenta del siglo pasado. 
 
 Arabia Saudita se apoderó y autonombró protector de los dos lugares más sagrados del Islam: La Meca y Medina y se atribuyó la potestad de fiscalizar el hajj. Esto  le ha dado la excusa para extorsionar a todos los gobiernos musulmanes que puedan oponerse a sus posturas polí­ticas, como Irán, Siria y Libia, en su momento, de posiciones antinorteamericanas, al contrario de Riad, desde siempre aliada a los intereses norteamericanos, europeos e israelí­es.
 
La wahabización del ritual, escuela religiosa sunita, hecha a la medida de los intereses de la familia Saud, es la razón de los continuos enfrentamientos dentro del mundo islámico, que le ha dado andamiaje filosófico y sustento material a organizaciones como al-Qaeda y el Estado Islámico.
 
 A partir del triunfo de la Revolución en Irán en 1979, la hajj se ha convertido en una constante razón de disputas entre Riad y Teherán.
 
Las diferencias entre Irán y Arabia Saudita, más allá de las religiosas, son fundamentalmente polí­ticas. El primero, con sus polí­ticas anti-imperialistas y su decidida defensa del pueblo palestino, y el segundo que tiene sojuzgado y anclado a su pueblo al siglo XII y se ha convertido en uno de los responsables fundamentales de la actual situación palestina y los enfrenamientos entre los pueblos musulmanes.
 
Hoy, la guerra en Yemen quizás sea el más trágico y claro ejemplo, de los negocios de la fe acometidos por la tíétrica monarquí­a Saudí­.


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