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Autor Tema: Sale el sol para Osasuna  (Leído 757 veces)

Potto

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Sale el sol para Osasuna
« en: Octubre 18, 2016, 08:15:53 am »
En los dí­a más feos tambiíén puede salir el sol. Le ocurrió a Osasuna bajo un chaparrón. Cayó un aguacero en Ipurua y el equipo de Enrique Martí­n se sintió como pez en el agua. La lluvia escribió el guión de una pelí­cula que casi siempre tiene final feliz en Pamplona. Fútbol del norte, del de toda la vida, a empujones y corazón, entre ellos el de Sergio León. Bajo la lluvia bailó Roberto Torres, autor del gol que decidió el partido y consumó la primera victoria de Osasuna en lo que va de temporada.
La tormenta comenzó prontí­simo. Escalante marcó a los 17 segundos sacándose un disparo con el exterior de manual. La pelota golpeó el larguero, acabó en la red y fue el primer sopapo para el penúltimo del campeonato. La noche no podí­a comenzar peor para Osasuna. Y se levantó. Vio un rayo de sol, de esperanza y allá que fue con la mano en el pecho.

Se jugó como toda la vida en Ipurua. Y en El Sadar. Los futbolistas podrí­an haberse colocado una venda en la cabeza como Quincoces. No hubo respiro. Cada centro al área era una flecha. Los defensas portaban escudos. En ese escenario, Osasuna plantó cara. Y no se la partieron. Los goles, a pares, los hizo Sergio León. En tres minutos. No los marcó Oriol Riera, pero como si los hubiese marcado íél. Utilizó todos los recursos de esos delanteros que ya no quedan. Nada de falsos nueves, nueve tatuado en la espalda.

Osasuna amenazó con Oier y Berenguer por los costados. Por algo juega con carrileros, otro guiño a un fútbol que comenzó siendo en blanco y negro. Centró el futbolista por el que soñaba el Athletic y no perdonó Sergio León. Su apellido confunde. Es más roedor que felino. Y así­ se comió el queso en el 1-1. Y así­ le dejó sin tostada a Riesgo en el 1-2. Este sí­ hizo honor al apellido de su padre. Osasuna remontó en tres minutos.
El tíécnico metió a Nano por Escalante para ganar peso en el área. Comenzó a llover con mala leche. Y ahí­ estaba la trampa. Una pelota bajó de una nube y Roberto Torres se la quedó para su bota. Rompió a Capa dentro del área. Control de cine y regate de crack, todo en uno. Con un simple giro de tobillo. Marcó de tiro raso y se tiró a la piscina cantando el gol, un gol que revive a Osasuna si es que alguna vez alguien pensó que estaba muerto.

Quedaba todaví­a media hora por delante, pero Osasuna defendió lo que era suyo. Le metieron en el área, pero allí­ todos achicaron agua. Le faltaron soluciones al Eibar, que se ahogó en su propia casa. Ipurua se habí­a tranformado en El Sadar de otros años.