Por... Daniel Blanco
El VP de marketing de Kaspersky se implantó el dispositivo de 100 dólares en Cancún, el año pasado durante una convención de la firma y así funciona.
En su mano derecha, entre el dedo gordo y el índice, Evgeny Chereshnev, VP global de marketing de consumo de Kaspersky Lab, tiene un biochip cilíndrico de 2 por 12 milímetros que cuesta 100 dólares y con el que controla aspectos de su vida diaria.
Este experimento desarrollado por Kaspersky, le permite, por ejemplo, entrar a todas las áreas de las oficinas en las que trabaja sin necesidad de una tarjeta de acceso.
“Actualmente puedo hacer muchas cosas, primero puedo abrir puertas o cualquier tipo de seguro (electrónico), puede ser una puerta de una oficina, de un auto, un seguro de acceso digital, etcíéteraâ€, dijo Chereshnev en entrevista con El Financiero.
Las posibilidades son grandes, pues dependiendo de la configuración del software, puede manipular diversos electrónicos, como por ejemplo cualquier dispositivo Android.
Además, el biochip tiene el potencial de reemplazar documentos como pasaportes, licencias o cualquier identificación, así como tambiíén boletos de metro o avión.
“Básicamente el biochip puede reemplazar pasaportes, licencias, seguros míédicos, porque, desde un punto de vista tíécnico, íéstos sólo son piezas pequeñas de información, y todas las identificaciones modernas sólo sirven para checar tus datos en una baseâ€, explicó el directivo.
El chip, que se activa al tocarlo o acercarlo a lectores, no tiene WiFi ni bluetooth, ya que eso forzaría a que tuviera algún tipo de batería.
“La comunicación es realizada a travíés de comunicación de campo cercano (Near-field communication, NFC). La razón por la que se hace de esta manera es que no requiere un adaptador de poder, entonces básicamente el chip no tiene batería, se activa tan rápido como toco el lector, y mientras el lector soporte la tecnología NFCâ€, mencionó Chereshnev.
Pero el especialista anticipa que estos dispositivos aumentarán en capacidades y disminuirán de costo, incluso prevíé que en unos 15 años valdrán cerca de un dólar.
“Este chip es sólo el comienzo de una nueva etapa en donde nosotros, como especie, podemos hacer muchas más cosas con electrónicos insertados dentro de nosotrosâ€, consideró.
Chereshnev, quien se implantó el chip en 2015 en Cancún durante una convención de Kaspersky, planea actualizarlo en agosto de 2017 para integrar la funcionalidad de pago.
“Busco incluir una herramienta de pagos, experimentaremos esto con las Bitcoins, y sabemos que se puede hacer, pero no es suficiente. Quiero que el chip sea compatible con tecnología de Visa y MasterCardâ€, explicó.