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leyenda de los milesios: las raíces españolas de los irlandeses.
La leyenda de los milesios de Irlanda es una de las historias más extrañas relacionadas con el origen de los irlandeses. ¿De dónde procedían? ¿Es posible que los antiguos ancestros de los actuales irlandeses tengan raíces en España, más concretamente en Galicia?
La leyenda de los milesios arranca en Oriente Medio, en la íépoca en la que aún existía la Torre de Babel. Su historia aparece en numerosos libros desde la Alta Edad Media. Pero la cuestión más problemática sobre este
pueblo tiene relación con el nombre original de los milesios, que proviene de la expresión Míl Espáine (Soldado de España), un mítico ancestro de los irlandeses. Su nombre fue latinizado posteriormente transformándose en Milesius, de donde nació el tíérmino milesios, “hijos de Míl.â€
La leyenda de un soldado español
La historia de la tribu de los milesios podemos encontrarla en el texto medieval del cristianismo irlandíés Lebor Gabála í‰renn. Según algunos investigadores, este texto está relacionado con antiguas creencias cíélticas, aunque otros sugieren que se trata de un relato de ficción creado por monjes cristianos. En lengua irlandesa, los milesios son conocidos como “gairthear Mílidh Easpáinne†. Los primeros milesios estaban encabezados al parecer por un hombre misterioso, cuyas raíces podrían arrojar luz sobre el autíéntico origen del pueblo irlandíés.
Aparte del texto ya mencionado, este hombre aparece en la obra semi-histórica Historia Brittonum (‘Historia de los Britanos’), escrita en el siglo IX probablemente por un monje galíés llamado Nennius. El autor narra la historia de Milesius, cuyo padre se llamaba Bile, hijo de Breogán. El abuelo de Milesius, Breogán, es conocido en la actualidad como el “Soldado de Hispania†que, según la tradición, fundó la ciudad de Brigantium (hoy La Coruña) en Galicia. Esta leyenda cíéltica cuenta que Míl Espáine tomó a la gente de su tierra y la condujo a Irlanda. Los que llegaron con íél a la isla se convirtieron de este modo en los padres de los Gaels irlandeses.
La historia de Milesius tambiíén está vinculada a Egipto. Cuenta la leyenda que fue soldado y combatió en Egupto y Escitia. Parece que viajó por toda Europa y se convirtió en un famoso guerrero conocido en muchas regiones del mundo.
Además, según algunas fuentes, parece que podría haber sido esposo de la legendaria Scota, lo que haría de su historia algo aún más increíble. Se desconoce si finalmente llegó a alcanzar las costas de Irlanda.
Esta parte de la leyenda plantea nuevos interrogantes. Algunas fuentes sugieren que Milesius murió en Iberia y Scota viajó a Irlanda acompañada de sus ocho hijos. En otra versión del relato, cuando los Tuatha Díé Danann dan muerte a Ith, tío de Milesius, los invasores deciden repatriar su cadáver a Iberia. Poco despuíés del funeral, Milesius tambiíén muere, de modo que su viuda e hijos viajan a Irlanda sin íél. A causa de las terribles tormentas creadas por la magia de los Tuatha Díé Danann, muchos de los hijos del valiente guerrero supuestamente habrían muerto, mientras que otros habrían acabado convirtiíéndose en los padres de los actuales irlandeses. En definitiva, Milesius está considerado el patriarca de los antepasados de los irlandeses, fundador por tanto de su impresionante cultura.
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En busca de la verdad
Según el erudito del siglo XVI Thomas F. O’Flaherty, la invasión de los milesios tuvo lugar en torno al año 1000 a. C.: la íépoca en que Salomón era rey de Israel según O’Flaherty, aunque esta explicación parece más basada en especulaciones relacionadas con pasajes bíblicos que en la realidad de los hechos. No obstante, sabemos que los celtas ya habían penetrado por aquel entonces en tierras más allá del Rhin: la región pirenaica, la península ibíérica, islas británicas, etc. Esto ocurrió mucho antes de que se escribieran los libros que nos hablan de su leyenda. Como es lógico, la forma de interpretar el paso del tiempo y la cronología en el siglo XVI era muy diferente a la actual, de modo que no deberíamos pasar por alto las afirmaciones de O’Flaherty.