www.abc.esColonial, la segunda inmobiliaria española, ha vendido a Abertis y La Caixa diversos edificios en Madrid y Barcelona por casi 309 millones de euros, lo que supone una inyección económica a la compañía que ha protagonizado en 2007 la segunda mayor caída del sector del ladrillo, despuíés de Astroc.
La operación de compra por parte de la operadora de infraestructuras y la primera caja española, ambas presididas por Isidro Fainíé, se realizó el pasado lunes, el mismo día en que Inmobiliaria Colonial reestructuraba su consejo de administración tras precipitarse su valor en Bolsa un 41,6% en sólo dos días y cerrar el año a 1,88 euros la acción.
La Caixa ha adquirido la segunda torre donde se ubica su sede central, en la barcelonesa avenida Diagonal, por 107 millones, mientras la filial de Logística de Abertis ha comprado diversos inmuebles en la primera corona metropolitana de Barcelona y Madrid por 201,6 millones. Se da la circunstancia de que sólo la mitad del porfolio adquirido por Abertis está en fase de explotación comercial, mientras el resto requiere de una inversión de 56 millones para poder desarrollar los proyectos.
Desplome en Bolsa
La caída de Colonial, de un 97,13% en el año bursátil, ya había arrastrado el pasado viernes a su presidente, el sevillano Luis Portillo, que cedió el cargo al consejero delegado, Mariano Miguel Velasco.
Desde el lunes, Portillo ni siquiera es miembro del consejo, ya que Colonial aceptó su dimisión como miembro de este órgano, mientras la compañía anunciaba que «iniciará la búsqueda de un profesional de prestigio que ocupará el puesto de presidente no ejecutivo» para reforzar la preeminencia de los consejeros independientes.
Al mismo tiempo que cesaba Portillo, abandonaban tambiíén su puesto como consejeros Luis Emilio Nozaleda, Gema Sólas, Josíé Ramón Carabante, Oscar Fanjúl, Alberto Cortina Koplowitz y Clara Nozaleda. El consejo lo integran ahora once miembros: Mariano Miguel Velasco, como presidente ejecutivo que tambiíén seguirá ejerciendo el cargo de consejero delegado; Josep Manuel Basáñez, Antonio López Corral, Javier Sola, Alberto Alonso, Francisco Josíé Molina, Juan Ramírez, Enrique Montero, Julián Zamora, Pedro Ruiz-Labourdette y Leandro Martínez-Zurita.
El desplome de Colonial se produce meses despuíés de que se constituyera el actual grupo inmobiliario, fruto de la fusión de Inmobiliaria Colonial e Inmocaral, y en tanto la compañía ultima la integración de Riofisa y sus filiales, aprobada en una junta general extraordinaria de accionistas celebrada el pasado 18 de diciembre.
El hundimiento de Colonial tambiíén se produce dos semanas despuíés de que la compañía anunciara su intención de cerrar alguna operación corporativa en 2008 con el fin de ganar tamaño y tras reconocer, en ese sentido, «conversaciones preliminares» con la francesa Gecina.
Al cierre del tercer trimestre de 2007, la deuda de Colonial representaba un 66,8% sobre el total de sus activos. Según su plan de negocio, esta cifra iba a reducirse en el último trimestre del año y a lo largo de 2008, de acuerdo con el plan de desinversiones que ahora se ha concretado en parte con las ventas a Abertis y La Caixa.