INICIO FOROS ÍNDICES DIVISAS MATERIAS PRIMAS CALENDARIO ECONÓMICO

Autor Tema: Teorias Gnósticas sobre el Karma  (Leído 2714 veces)

Scientia

  • Administrador
  • Excelente participación
  • ***
  • Mensajes: 37.976
  • Karma: +0/-1
  • Sexo: Femenino
Re: Teorias Gnósticas sobre el Karma
« Respuesta #15 en: Mayo 21, 2010, 07:41:57 pm »
LA REGIí“N MOLECULAR
La leyenda de Zoroastro dice: "Todo aquel cuyas buenas obras excedan en tres
gramos a su pecado, va al cielo; todo aquel cuyo pecado es mayor, al infierno; en tanto que
aquel en el que ambos sean iguales, permanece en el Hamistikan hasta el cuerpo futuro o
resurrección".
La región molecular es la región del Paraí­so. Aquellos seres que sufrieron mucho en la
vida y que fueron relativamente muy buenos en la vida, se sumergen en la felicidad del
mundo molecular antes de volver a tomar un nuevo cuerpo fí­sico. Las regiones moleculares
están saturadas de felicidad. Las esencias humanas, en ausencia del "YO" PLURALIZADO,
gozan en esas regiones inefables.
Los EGOS de esas ESENCIAS, es decir, los "YOES", permanecen entre tanto en el
umbral del misterio aguardando la nueva reencarnación. En ausencia del "yo", las esencias
se desenvuelven felices en el Paraí­so. Esos seres usan cuerpo molecular. Quienes poseen
el ASTRAL CRISTO, resplandecen de gloria y son todaví­a más felices en el Paraí­so. Dicho
cuerpo sólo reside en estado germinal dentro de su semilla sexual, pero germina, nace
cuando el iniciado conoce los misterios del sexo. El ASTRAL CRISTO es un cuerpo
maravilloso. Las personas que poseen ese cuerpo son verdaderamente inmortales, pues
jamás pierden la Conciencia.
El Paraí­so, por ser molecular, penetra y compenetra toda la atmósfera terrestre,
estando relacionado muy especialmente con la IONOSFERA que se encuentra a sesenta
millas por encima de la superficie terrestre. Esa región es especialmente muy pura. Los
astronautas, aún cuando viajan por esta zona, jamás podrán descubrir el Paraí­so con los
sentidos fí­sicos. Sólo con el sentido espacial podemos ver el Paraí­so. El Movimiento
Gnóstico enseña diversas tíécnicas cientí­ficas para abrir el sentido espacial.
La región molecular tiene distintos paí­ses inefables. Estos son los planos y sub-planos
de que hablan Teósofos y Rosacruces. En esas regiones de dichas sin lí­mites, viven
dichosos los desencarnados hasta que su tiempo se agota. El amanecer, el dí­a, la tarde y la
noche; la infancia, la adolescencia, la madurez y la senectud, gobiernan todo el cosmos, y
hasta aquellos que desencarnan están sometidos a esta ley, a su tiempo, esos seres
dichosos tienen que volver a la reencarnación.
Todo lo que ven los desencarnados está dentro de su propia mente. Los estados
devakánicos de que hablan los libros teosóficos y rosacruces, así­ lo aseguran. El estado de
inconsciencia en que caen los desencarnados bajo el choque electrónico, es algo muy
lamentable, porque aún cuando íéstos gozan con la dicha de las regiones moleculares, no
están suficientemente conscientes como lo estarí­a un Adepto de la Logia Blanca. Sólo
quienes han adquirido Alma viven conscientes de las Regiones Superiores del Universo.
Los desencarnados comunes y corrientes, proyectan en la atmósfera molecular sus
propios anhelos y aspiraciones, y sueñan con ellos viviendo en perfecta felicidad. Los
Adeptos no sueñan porque despertaron la Conciencia, y viven dedicados en esta región a
trabajar, de acuerdo con las grandes Leyes Cósmicas, en el laboratorio de la Naturaleza.
Esto no significa que los desencarnados no gocen con el paisaje o los paisajes en el Paraí­so.
Naturalmente ellos son infinitamente felices con su ambiente de felicidad.
El «Libro Egipcio de los Muertos» y el libro «El Arte de Morir» de los tiempos
medievales, le enseñan la preparación para la muerte. Los hombres dedicados únicamente a
las cosas materiales, no tendrán la dicha de experimentar la felicidad del Mundo Electrónico,
debido al estado de inconsciencia en que caen. Cuando esas gentes viven en el Mundo
Molecular, pasan allí­ sus vacaciones soñando, beben en la fuente del olvido y sueñan
deliciosamente. El cuerpo molecular es microscopio y telescopio a la vez. Con ese cuerpo
podemos ver lo infinitamente pequeño y lo infinitamente grande. En el Paraí­so, los
desencarnados participan de la naturaleza í­ntima de todo lo creado, penetrando en el
corazón de todo lo existente. Es mejor conocer las cosas por penetración, en vez de por
percepción externa. La vida en el Paraí­so serí­a mejor si el desencarnado no proyectara en el
mundo molecular su propio escenario. Allí­, cada cual proyecta en la atmósfera imágenes de
su propia mente.

Scientia

  • Administrador
  • Excelente participación
  • ***
  • Mensajes: 37.976
  • Karma: +0/-1
  • Sexo: Femenino
Re: Teorias Gnósticas sobre el Karma
« Respuesta #16 en: Mayo 21, 2010, 07:43:35 pm »
EL MUNDO ELECTRí“NICO
El Mundo Electrónico es el mundo Solar de la luz, el mundo del Espí­ritu.
Quienes tienen Espí­ritu, quienes poseen un cuerpo electrónico, ejercen poder sobre
los mundos molecular, celular y mineral. Quienes poseen cuerpo electrónico, están en
condiciones de ayudar a sus discí­pulos a crear sus propias Almas. Todo verdadero instructor
enseña a sus discí­pulos a crear Alma. Todo hombre con Alma es un verdadero reformador.
El hombre con Alma puede ayudar a sus discí­pulos enseñándoles la teorí­a de la adquisición
de su Alma. Pero sólo un hombre que tenga un cuerpo electrónico, podrá trabajar con esos
embriones de Almas en la misma forma en que un hombre con cuerpo celular puede trabajar
con los minerales de la tierra.
Se han exagerado ciertas afirmaciones que dicen que el ser humano tiene Alma y
Espí­ritu. Realmente dentro de la esencia humana existe una fracción del Ser Causal, pero
esa fracción sólo es la Materia Prima que la vida nos ha dado para fabricar ALMA.
Quien fabrica Alma se fusiona con la Gran Alma Universal. Quien fabrica Espí­ritu se
une con el Espí­ritu Universal de Vida. "Porque a cualquiera que tuviere, le será dado y tendrá
más; y al que no tuviere, aún lo que tiene le será quitado". "Y al siervo inútil echadle en las
tinieblas de afuera. Allí­ será el lloro y el crujir de dientes" (Mateo Cap. 25 Vers. 29-30).
La dicha de la esencia humana en el Mundo Electrónico, despuíés de la muerte, es
muy pasajera porque el ser humano no está todaví­a preparado para vivir continuamente en
esa región solar.

Scientia

  • Administrador
  • Excelente participación
  • ***
  • Mensajes: 37.976
  • Karma: +0/-1
  • Sexo: Femenino
Re: Teorias Gnósticas sobre el Karma
« Respuesta #17 en: Mayo 21, 2010, 07:44:54 pm »
El Mundo Electrónico es maravilloso. En el mundo Molecular la luz y el sonido se
difunden 100 veces más rápido que en la región celular, pero en la región electrónica, viaja
instantáneamente no a lo largo de una lí­nea como en la región celular, ni por un área como el
olor sino a travíés de un volumen de espacio y siendo independiente de toda atmósfera puede
viajar al sol en siete minutos.
En el Mundo Electrónico somos Luz y vivimos en todas las cosas. Allí­ vivenciamos
tremendamente la realidad de la UNIDAD de la vida. Los cuerpos electrónicos se mueven
libremente con la Gran Luz en el Espacio Divinal. La conciencia humana, vestida con su
cuerpo electrónico, incluye, dentro de sí­ misma, la vida y la conciencia de todos los seres del
Universo. Esto es el Yoga, la unión con Dios.
Todo aquel que adquiera Espí­ritu, tiene que vivir el DRAMA DEL CRISTO INTERNO,
en su vida práctica, en su hogar, en su pueblo, entre sus gentes. Este es un drama cósmico
que existe desde antes de la venida de Jesús. La esencia del drama, su evento principal, es
la muerte del Iniciado y su entrega suprema al Padre. Este acontecimiento se sucede entre
rayos, truenos y grandes terremotos.
La transfiguración del personaje principal al mundo electrónico, la adquisición de
Espí­ritu, es algo grandioso y terriblemente divino. En esos instantes, la fuerza electrónica se
desplaza, y la fractura vertical a travíés de todos los planos de la conciencia cósmica, abren,
por un momento, los mundos internos a la percepción ordinaria del hombre de la calle,
común y corriente. Entonces se producen todas las cosas maravillosas que narran los
Evangelios cuando Jesús expiró en la Cruz. Tiembla la tierra, se abren los sepulcros,
resucitan los Santos y todos exclaman: ¡Verdaderamente, íéste es el Hijo de Dios!