https://www.mindfulscience.es/tu-puedes-cambiar-tu-cerebro-las-4-sencillas-estrategias-del-dr-schwartz-para-transformar-tus-pensamientos-tus-neuronas-y-tu-vida/Tú puedes cambiar tu cerebro: las 4 sencillas estrategias del Dr. Schwartz para transformar tus pensamientos, tus neuronas y tu vida
Jorge Benito
Ya hemos visto en otros posts que nuestras maquinaciones mentales alteran la estructura física y las funciones de nuestra materia gris.
Cuando cambiamos de opinión, de creencias e ideas, de hábitos y comportamientos, de foco de atención o incluso de humor, tambiíén cambiamos nuestro software y hardware mental, reajustamos la forma en que percibimos e interpretamos la realidad y desbloqueamos habilidades y virtudes que estaban latentes.
El ilustre neurocientífico, psicólogo, psiquiatra, investigador y experimentado meditador Richard Davidson –autor de las geniales obras The Emotional Life of Your Brain y The Mind’s Own Physician–, afirma que esto se debe a que nuestras personalidades, nuestros patrones de pensamiento y nuestras respuestas emocionales están cableadas en el cerebro.
“El verdadero acto del descubrimiento no consiste en salir a buscar nuevas tierras, sino en aprender a ver la vieja tierra con nuevos ojos†– Marcel Proust
Atención selectiva y neuroplasticidad
La neuroplasticidad es el nombre con el que describimos esta increíble capacidad que nuestro cerebro tiene para “recablear†sus circuitos en tiempo real, cambiándose físicamente a sí mismo.
Cada vez que atendemos a algo, un grupo de neuronas se disparan juntas y se conectan. Se aseguran así una comunicación fluida y eficiente, de modo que en el futuro podrán compartir sus enlaces electroquímicos con mayor facilidad. Con ello, los estímulos a los que atendemos -ya sean pensamientos o eventos del mundo exterior- tendrán más opciones de ganarse nuestra atención sobre los miles de millones de estímulos disponibles en el entorno.
La creación de estos circuitos o constelaciones neuronales es, por lo tanto, resultado directo de nuestro estado de atención. La forma en que atendemos, percibimos e interpretamos lo que nos sucede está esculpiendo nuestro cerebro en tiempo real.
Ante cualquier fijación mental o conducta adictiva, el cerebro no tiene más remedio que dedicarle todos los recursos psíquicos disponibles al evento o pensamiento en cuestión, y lo hace reforzando las conexiones neuronales. Crea circuitos especialmente poderosos que atrapan nuestra atención: pensamos más y más de lo mismo, o hacemos más y más de lo mismo, de forma automática y compulsiva.
A pesar de que esta tela de araña puede ser realmente pegajosa, podemos “deshacer los apegos neurológicosâ€. Si dejamos de prestar atención obsesiva a los estímulos que crean conflicto y elegimos mover conscientemente nuestra atención hacia nuevos estímulos, nuevas conexiones serán afianzadas. Nuevos pensamientos y comportamientos resultarán en un nuevo cerebro.
>>> La gratitud es tambiíén un poderoso recurso avalado por la ciencia, tal y como te explicamos en este artículo, donde además te guiamos paso a paso en la creación de un diario de gratitud.
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Las 4 estrategias del Dr. Schwartz
El neuropsiquiatra e investigador Jeffrey Schwartz, autor de varias obras de lectura casi obligada, es distinguido por sus incalculables aportaciones en el estudio del trastorno obsesivo-compulsivo. En lugar de usar fármacos, enseña a sus pacientes a recablear su cerebro mediante un cambio en sus patrones de pensamiento y comportamiento. Su trabajo, además, ha proporcionado evidencia científica de que la mente puede controlar la química cerebral.
Para ayudar a sus pacientes a salir de la neurorigidez que la fijación mental crea, creó un enfoque de cuatro pasos que puede aplicarse fácilmente a cualquier patrón mental que queramos cambiar.
1. Re-etiquetar (relabel)
El primer paso es re-etiquetar un pensamiento, sentimiento o comportamiento.
Por ejemplo, podemos re-etiquetar un pensamiento no deseado, doloroso u opresivo. Cuando aparece, le ponemos la etiqueta de “confusión cerebralâ€, o incluso “trampa del egoâ€. De este modo nos entrenamos en el reconocimiento de las falsedades que determinados pensamientos crean.
Antes de creernos todo lo que la mente nos presenta, nos detenemos un instante y consideramos la posibilidad de que el mensaje que nos está enviando es ilusorio y distorsionado.
Este primer paso, por supuesto, requiere de toda nuestra atención, y la mejor forma de hacerlo es entrenar y cultivar nuestra atención. Solo cuando estamos especialmente atentos y vigilantes ante lo que surge, podemos volvernos objetivamente conscientes y tomar la decisión de re-etiquetar el contenido mental. Si estamos distraídos y dispersos, nuestras posibilidades de íéxito son prácticamente nulas.
El cultivo de la atención plena y su integración en nuestro día a día es, por lo tanto, especialmente valioso para apoyar este primer paso de re-etiquetar los contenidos mentales. Alejarse de “las Tres Des†–despiste, dispersión y distracción- que nuestra sociedad neoliberal moderna promueve es, tambiíén, básico si queremos avanzar con paso seguro en nuestro camino de transformación mente-cuerpo.
2. Reasignar (reattribute)
El segundo paso es hacerse gentilmente esta pregunta: “¿Por quíé vuelven estos pensamientos una y otra vez?â€
El Dr. Schwartz propone que respondamos siempre de esta forma: “es un fallo cerebral. El cerebro está atascado, creando ruido mental y enviando mensajes falsosâ€.
Este paso nos permite adquirir una nueva perspectiva ante la fijación mental. Al considerar la posibilidad de que el cerebro comete fallos, calmamos nuestra reactividad impulsiva y nos abrimos a nuevas formas de operar mentalmente.
3. Re-enfocar (refocus)
El tercer paso es, de nuevo, una sencilla pregunta: “¿Quíé puedo hacer al respecto?â€
Se trata tal vez del paso más duro, porque pasamos de lo intelectual a la acción real; incorporamos lo que dedujimos (mente) a travíés de un cambio de comportamiento (cuerpo).
Es decir, tras reconocer la falsedad o fallo que resultó en pensamientos recurrentes, vamos un paso más allá y reemplazamos el viejo comportamiento con algo novedoso.
El nuevo comportamiento afianza la transformación de la química cerebral. Nuevos patrones, nuevos puntos de vista, nuevas ideas y nuevas posibilidades crean nuevas conexiones y nuevos enlaces electroquímicos.
Al negarnos a ser engañados por los antiguos mensajes falsos, la mente retoma el control operando desde un nuevo enfoque, lo que literalmente cambia nuestro cerebro a nivel químico, funcional y estructural.
4. Revalorizar (revalue)
A medida que ejecutamos nuevos comportamientos, los viejos patrones se disuelven y son percibidos como engaños y distracciones. Comenzamos a ver el poco sentido que tiene prestarle atención a falsedades y distorsiones que solo generan malestar, opresión y sufrimiento.
Percibimos los antiguos pensamientos y comportamientos como inútiles e ilusorios, mientras que los nuevos, que generan resultados más satisfactorios, se revalorizan y se refuerzan neuroquímicamente.
“Dos cosas muy positivas sucedenâ€, dice el Dr. Schwartz. “La primera es que eres más feliz, porque tienes control sobre tu respuesta conductual ante tus pensamientos y tus sentimientos. La segunda es que al hacer eso, cambias la química cerebral defectuosa.â€
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Resumiendo
1. Tus pensamientos crean conexiones neuronales (sinapsis).
2. Cuando tus pensamientos son recurrentes, esta fijación mental crea circuitos neuronales especialmente poderosos que atrapan tu atención, haciendo que pienses más y más de lo mismo, repitiendo siempre los mismos comportamientos y generando los mismos resultados indeseables.
3. Puedes deshacer las viejas conexiones que causan malestar y reforzar conexiones más saludables. ¿Cómo? Cambiando el foco de atención. ¿Cómo? Entrenando tu atención, naturalmente.
4. Junto al desarrollo y cultivo de la atención, salir del influjo de “las Tres Des†–dispersión, distracción y despiste- es tambiíén vital.
5. El modelo del Dr. Jeffrey Schwartz -re-etiquetar, re-enfocar, reasignar y revalorizar-, puede serte de gran ayuda a la hora de crear un nuevo cerebro.
Recuerda: tu atención es la piedra filosofal de tu vida. Cuando el estado de tu atención cambia, tambiíén cambian tus pensamientos, tu comportamiento y tu cerebro. Tu vida se transforma en tiempo real.
No es magia. Es la ciencia de la conexión mente-cuerpo.