El año pasado la FIA introdujo regulaciones en el procedimiento de salida con el objetivo de dejar en manos de la habilidad de cada piloto la posibilidad de realizar una buena salida o, por el contrario, perder varias posiciones en el caso de cometer un error.La idea de la de la Federación Internacional es limitar al máximo posible la intervención de los ingenieros en un momento tan crucial para el desenlace de la carrera como es la salida.De cara a 2016, los pilotos se vieron obligados a realizar las salidas con una única palanca de embrague. Ahora, la FIA va un paso más allá. Tendrán que acostumbrarse a un cambio de colocación de las palancas. Este año, el control del embrague lo tendrán, por completo los pilotos. Hasta ahora, este procedimiento quedaba en manos de los ingenieros que aligeraban la carga de trabajo a los pilotos.Respecto al reordenamiento de las palancas, se establece que debe haber, al menos, 50 milímetros entre la palanca de embrague y el resto de elementos del volante. Un aliciente más en una temporada en donde los cambios, tanto en monoplazas, como en normativa, están a la orden del día.Anteriormente, con la ayuda de los ingenieros, los pilotos sabían perfectamente en quíé punto debían soltar el embrague para no quedarse en el sitio o que patinaran las ruedas. Ahora, debe ser el propio piloto el que encuentre la posición ideal para realizar una salida perfecta. Una situación similar a la de los coches de calle.Precisamente Wehrlein, piloto de Sauber ha sido el que lo ha comparado con los coches de carretera. "Ahora la situación es como la de un coche normal de carretera. Cada piloto tiene que encontrar el punto exacto por ti mismo. Antes, lo debatías con el ingeniero. Era más un tema del ingeniero el hecho de configurarlo bien y encontrar el punto exacto. Ahora lo haces con tu mano y ya no tienes ninguna posibilidad de ajuste", asegura según Motorsport.
