Por... Alejandro A. Tagliavini
Alejandro A. Tagliavini considera que la administración de Trump utiliza a la inmigración como chivo expiatorio.
Paul Feyerabend, que en mi opinión es uno de los mejores científicos de los últimos tiempos, escribió que “los ciudadanos… van muy por delante de sus políticos en su deseo de frenar la carrera de armamentos. Sabemos tambiíén que el sentido común suele ser superior a las proposiciones de los expertos…â€.
Entretanto Donald Trump, está desandando el camino hacia la libertad que comenzaron los primeros inmigrantes ingleses —pilgrim fathers— que se establecieron en Amíérica huyendo de la persecución religiosa. En su último discurso frente al Congreso prometió “renovar el espíritu de Amíérica†y devolverle su grandeza. Si íél lo dice…
Trump volvió a atacar a su presa preferida, la inmigración, acusándola de todos los males y, desconociendo las reglas más elementales de la economía de mercado, dijo con un indisimulable aire xenófobo que “Imponiendo leyes migratorias aumentarán los salarios, ayudaremos a los desempleados, ahorraremos miles de millones de dólares y haremos seguras nuestras comunidadesâ€.
En un acto de alta demagogia, presentó a la viuda del primer soldado muerto durante su mandato, que fue recibida con un atronador aplauso que hizo recordar a los peores actos populistas de Latinoamíérica. Por cierto, en momentos menos “emotivos†el padre del fallecido se negó a recibir a Trump, durante la recepción de los restos mortales, y lo había criticado por ordenar “sin motivo†el ataque en que murió su hijo.
Trump quiere aumentar el presupuesto de “defensa†en un 9,27% el año que viene. Son US$54.000 millones más que serían compensados con recortes en otras áreas de la Administración Pública y que superan todo el gasto militar de países como Francia o Reino Unido. EE.UU. gasta en la actualidad un total de alrededor de US$600.000 millones en este rubro.
En cualquier caso, lo que sí está claro es que aumentará la corrupción en el departamento de Defensa, donde ya es paradigmática al punto que se han encontrado facturas de US$600 por una bombilla, y otra de $43 millones por la construcción de una gasolinera en Afganistán. En diciembre se hizo público que el Pentágono había ocultado al Congreso sobrecostos por US$25.000 millones al año.
Pero no es solo Trump. Presionados por el avance del nacionalismo, la Comisión Europea impulsa un plan con el objetivo de elevar el porcentaje de deportaciones. Solo el 36% de las personas con órdenes de expulsión regresan a sus países, según datos de Eurostat. Mientras que el Gobierno chino —en lugar de terminar con la atroz “guerra contra las drogasâ€â€” defendió su política de “mano dura†contra el narcotráfico despuíés de que ejecutaran a un anciano colombiano detenido por transportar droga.
En fuerte contraste, las personas comunes actúan de modo mucho más sabio que los políticos, mostrando que los países más progresistas son aquellos donde los políticos deciden menos y las personas comunes más. Sergio Nuñez, por caso, lo primero que pensó cuando vio a su hijo inconsciente en una calle del pueblo de Tandil, en Argentina, fue en vengarse de los agresores —menores de edad— y que fueran presos. Pero cambió de idea y, convencido de que la cárcel no era solución, para sacarlos del delito puso un taller de bicicletería y luego uno de carpintería a los que asisten 15 adolescentes incluidos algunos de los agresores de su hijo. Según uno de los involucrados en esta iniciativa "El perdón es mucho más constructivo que la venganza".