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Autor Tema: El poder de los pensamientos conscientemente dirigidos  (Leído 981 veces)

Scientia

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El poder de los pensamientos conscientemente dirigidos
« en: Mayo 03, 2017, 07:15:06 pm »
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El poder de los pensamientos conscientemente dirigidos

La tíécnica de influencia sobre los demás o control mental, que a continuación detallaremos, puede ser utilizada para insertar pensamientos en la mente de otras personas. Ella no es útil para influirnos a nosotros mismos, pues para ello ya indicamos la tíécnica de autoinfluencia psí­quica.

Como luego veremos, esta tíécnica de influencia sobre los demás es muy fácil y cualquiera puede ponerla en práctica. Recordemos en este caso tambiíén que los lí­mites y obstáculos están en nosotros y no en los demás. Aplicando esta tíécnica podremos insertar en otras mentes los pensamientos que deseemos.

Ya dijimos que nuestros pensamientos y emociones son materiales y tienen formas definidas, aunque no podamos verlos. Así­ como existe la materia fí­sica así­ tambiíén existen la materia emocional y la materia mental. Crearemos y operaremos estas formas de materia, sobre todo la materia mental, como formas de pensamiento que enviaremos a los demás.

Dijimos que trabajaremos sobre todo con la materia mental, la sustancia de nuestros pensamientos, porque las formas mentales que enviaremos a los demás podrán estar o no cargadas con la materia emocional de nuestras pasiones, pero la materia mental estará siempre involucrada. Toda nuestra práctica parapsicológica será llevada a cabo en esos planos, en que habitan y se desplazan nuestros pensamientos y deseos, y tambiíén nuestros sueños.

La mayorí­a de las personas inconcientemente está siempre creando formas mentales a travíés de sus pensamientos, las que carecen por lo general de valor y se diluyen rápidamente, incapaces de influir a nadie. Lo que nos interesa es el trabajo mental voluntario y conciente. Este es el más poderoso y capaz de hacer llegar una forma de pensamiento a cualquier punto del universo e impactar allí­, más allá del espacio y del tiempo. Estas prácticas para influir sobre los demás, que luego describiremos, son tan antiguas como la humanidad.

Podemos realizar estas prácticas estando sentados o de pie (acostados no es aconsejable, pues podrí­amos quedarnos dormidos), en nuestra casa o en el colectivo, con los ojos cerrados o abiertos, en un lugar silencioso o no, aunque suframos distracciones o interrupciones, etc. Por supuesto que lo ideal serí­a que estemos lo más aislados posible del mundo exterior (silencio, ojos cerrados, etc.), pero ello no es estrictamente necesario, nuestras órdenes igual llegarán a destino.

Igualmente, podemos aplicarla todas las veces y lapsos que deseemos, e influir una o más personas, de a una por vez y a todas juntas si fuese necesario. Es lo mismo si la persona a ser influida se halla cerca o lejos, igual nuestra influencia le llegará.

Esta tíécnica es efectiva a cualquier hora del dí­a o de la noche, ya sea que la persona estíé dormida o despierta, paseando, conversando o concentrada en su trabajo. Posiblemente haya más efectividad al influir a alguien durante la noche, si está dormido mucho mejor, pues sus defensas psí­quicas estarán reducidas al mí­nimo.

Si la persona que influimos está dormida, casi inmediatamente comenzará a soñar con el contenido que estamos imponiendo en su mente, o despertará inmediatamente pensando en ello. Si se hallara despierta pronto comenzará a pensar en el tema que le hemos dirigido mentalmente, el que aparecerá en su conciencia como un pensamiento o deseo más o menos fuerte.

Es frecuente observar a personas que al ser influidas con esta tíécnica se hallan ocupadas en su trabajo, distraerse y tornarse pensativas casi de inmediato.

No es necesario tener fe en esta tíécnica, es suficiente con aplicarla y esperar los resultados. La fe llegará despuíés.

Veamos ahora las claves de esta tíécnica

En primer lugar, hemos de trasladarnos mental e imaginariamente a otro lugar y sentirnos realmente allí­. Puede ser el lugar en que creemos que está la persona que deseamos influir, o el lugar en que la encontraremos unos dí­as despuíés, o cualquier otro.

Si la persona en ese momento no se halla fí­sicamente allí­ no importa, igual le llegará nuestra influencia. Puede ser un lugar imaginario creado por nosotros, una casa con ventanas frente al mar, con o sin muebles, puede ser la orilla de un rí­o, las calles de una ciudad, un bar, etc. Podemos utilizar siempre el mismo "lugar especial" o uno distinto.

Ya sea que ese lugar exista o no en la realidad fí­sica igual es útil, porque ese lugar será absolutamente real en el plano mental, el plano de nuestros pensamientos. Una vez que nos encontramos de esta manera ubicados en el plano mental viene la segunda parte, la visualización de imágenes.

Esta es la verdadera tarea mental de influir sobre los demás, creando formas de pensamientos que estimulen sus mentes. Visualización de imágenes consiste en ver imaginariamente, con el mayor realismo posible, a la persona a quien deseamos influir, pero la visualizaremos precisamente haciendo o ejecutando o diciendo aquello que deseamos haga luego en el plano fí­sico.

Debemos "armar" la imagen de la persona como si estuviera realmente allí­ frente a nosotros y haciendo exactamente lo que deseamos que luego haga en el plano fí­sico. Con esto es suficiente y esos pensamientos dirigidos por nosotros alcanzarán a la persona sin duda alguna.

Lo más importante a tener en cuenta

Debemos visualizar a la persona a influir, siempre en forma activa y conforme a nuestros deseos. Muchas veces cuando recordamos o pensamos en algo estamos trasladados mentalmente y con capacidad para influir, pero no aprovechamos esa situación. En el caso de los recuerdos o pensamientos pasivos, nuestra mente actúa pasivamente frente a las imágenes.

Visualizar en forma activa es hacer realizar mentalmente a las persona las acciones que deseamos imponer en su mente, hayan sucedido estas alguna vez o no. Siempre mentalmente trasladados a otro lugar, dirigiremos su conducta a travíés de la visualización de imágenes. Cuando visualizamos activamente dominamos las imágenes, mientras que en el mero recuerdo somos dominados por ellas.

Sólo visualizando activamente en el "lugar especial" es posible influir sobre las demás personas a distancia, pues las formas mentales elaboradas por nosotros ingresarán instantáneamente en la mente de las personas a quien van dirigidas.

Cuando nos hallemos en nuestro "lugar especial" no debemos vernos allí­ como si nos viíéramos actuando en una pelí­cula o un teatro, junto a la persona a influir. En ese momento debemos sentirnos como si nos hallásemos fí­sicamente allí­, con la persona frente a nosotros. A lo sumo podremos ver nuestros brazos, parte de nuestro cuerpo y nada más. Debemos visualizar a la persona en tres dimensiones, tal como es en la realidad y como si fí­sicamente se encontrase allí­.

Para lograr el máximo efecto lo mejor es visualizar a la persona actuando. Tambiíén podemos hacerla hablar con nosotros, relatándonos por ejemplo con alegrí­a y convicción su total conformidad con nuestros deseos y su decisión de llevarlo a cabo lo antes posible. Ya sea que trabajemos con imágenes o palabras, lo mejor es combinar ambas.

Si no podemos visualizar con nitidez a las personas, no importa. Aunque los efectos son mucho más pronunciados según la nitidez de las imágenes, nuestra influencia tambiíén se hará sentir si visualizamos una especie de bulto y lo tratamos mentalmente como si eso fuera la persona a influir.

Ya sea porque no logramos mayor nitidez o porque no conocemos fí­sicamente a la persona que deseamos influir, nuestra influencia igual se hará notar sobre el destinatario de nuestras formas de pensamiento. Además, nuestra propia capacidad de visualización se irá incrementando paulatinamente, por el simple hecho de practicarla.

Tambiíén podemos aumentar la nitidez de nuestras imágenes sirviíéndonos de la autoinfluencia psí­quica. Ordenes como "quiero visualizar cada vez mejor", "quiero dominar las imágenes cada vez más", etc., son las más indicadas.

Si a lo largo de nuestro trabajo de visualización sufrimos interrupciones o nos distraemos, o si por alguna otra razón retornamos mentalmente a nuestro lugar fí­sico real, no tiene mucha importancia.

Todas las veces que ello ocurra procederemos a trasladarnos nuevamente a nuestro "lugar especial" todas las veces que sean necesarias, para continuar allí­ con la visualización de imágenes. Toda imagen activamente referida a una persona le llega a su mente, sin lugar a dudas, pero si hemos elaborado esa forma mental con nitidez y desde el "lugar especial", mucho mejores serán los resultados.

No debemos hacer caso de nuestros datos o hábitos creados por la realidad exterior. Aunque nos parezca imposible concebir a ciertas personas riendo o amando en el "lugar especial", debemos inventarles igual esas conductas, las cuales terminarán imponiíéndose.

Incluso podemos influir sobre personas que no conocemos fí­sicamente inventando sus rasgos, se correspondan estos con la realidad fí­sica o no, pues todo lo que visualicemos en nuestro "lugar especial" y creamos que es real, tarde o temprano terminará siíéndolo.

Dejaremos en libertad a nuestra imaginación para que ella nos guí­e con las imágenes apropiadas y no nos preocuparemos por las exageraciones. Aún las cosas que nos parecen más imposibles, si practicamos con ahí­nco y optimismo son factibles de materialización.

Tambiíén puede suceder que seamos influidos en alguna medida por nuestras propias visualizaciones. En ese caso quedarí­amos autoinfluidos por nuestras imágenes, como si deseáramos enamorar a alguien y además de lograrlo resultáramos enamorados tambiíén nosotros.

Puede ocurrirnos tambiíén ser obsesionados durante el resto del dí­a por las imágenes de nuestras visualizaciones, sin que podamos borrarlas de nuestra mente a la que retornan con asiduidad. Otro caso es el de la aparición de imágenes no deseadas, por ejemplo, si deseamos enamorar a una persona y cada vez que nos disponemos a visualizarla, aparece involuntariamente otra.

Esto último puede tener dos razones: o nos interesa realmente esta última persona, a causa de lo cual se presenta una y otra vez en nuestra conciencia como asociación directa a nuestro tema de visualización o, por el contrario, esta persona cuya imagen se nos aparece está en realidad influyíéndonos a nosotros con visualizaciones.

Estos inconvenientes enumerados pueden fácilmente evitarse. Ya sea que no deseamos ser autoinfluidos por nuestras visualizaciones, o que queramos conservar una perfecta disociación entre nuestro trabajo mental y la realidad cotidiana, o que aspiremos a un control total de las imágenes, hemos de recurrir a la autoinfluencia psí­quica.

Si lo deseamos, podemos aislarnos aún más del mundo exterior tapando nuestros ojos y oí­dos con vendas o algodón, sobre todo en los comienzos de nuestras prácticas, pero ello no es imprescindible.

Efectos producidos

Los efectos producidos por las visualizaciones comienzan en el mismo instante en que el operador inicia su trabajo mental. Si bien la influencia psí­quica comienza a ser sentida por la persona desde el primer momento, el tiempo necesario para que se produzca la esperada modificación de sus conductas es siempre muy variable. Ello puede depender tanto del grado de interíés o pasión que pongamos en nuestro trabajo y tiempo diario que le dediquemos, como del grado de aceptación o rechazo que pueda experimentar la persona con respecto a las formas de pensamiento con que vamos cargando su mente.

Cada una de nuestras sesiones de trabajo con imágenes mentales es como una gota de agua que debe llenar un recipiente. Las formas mentales se van infiltrando y acumulando paulatinamente en la persona influida. Estas formas de pensamiento se mezclan con las suyas propias y tienden a imponerse si el operador insiste en su trabajo.

En los primeros dí­as la persona influida comienza a pensar, cada vez más asiduamente, en el tema que le está siendo dirigido psí­quicamente por el operador. Las nuevas formas mentales comienzan a obsesionarlo ligeramente lo cual produce los primeros cambios de conducta, como los he denominado.

Si el operador persiste en su trabajo, los nuevos pensamientos y conductas de la persona que está siendo influida se orientarán cada vez más hacia los objetivos del trabajo de influencia mental, sobreviniendo cambios cada vez mayores y a veces sorpresivos. Si el operador continuara con las visualizaciones, los cambios de la persona influida se volverí­an permanentes.

Los primeros cambios de conducta a los que nos referí­amos son muy importantes, pues nos informan de cómo se siente la persona con respecto a los pensamientos que vamos acumulando en su mente. Pueden consistir en una mirada, un gesto o todo pequeño detalle de conducta nuevo o poco frecuente en la persona influida.

Ellos son muy importantes tambiíén porque nos indican que la persona ya ha comenzado a ser influida. Sobre todo en los inicios de nuestras prácticas esos pequeños cambios de conducta nos convencerán de que la influencia mental a distancia es una realidad y de que tenemos el poder para lograrlo.

Si somos capaces de movilizar parapsicológicamente un cambio en la persona, por pequeño que sea, entonces la acumulación de los mensajes mentales y los cambios mayores tambiíén serán una realidad.

Los primeros cambios de conducta pueden consistir tambiíén en una mayor locuacidad o simpatí­a de la persona hacia nosotros, e incluso puede llegar a referirse tangencialmente al tema mismo de nuestras visualizaciones, aunque ello no venga al caso y quede fuera de lugar.

En algunos casos la persona influida puede llegar a preguntarle al operador si íél cree en el poder mágico de la mente para influir sobre otros. En este caso el operador debe responder categóricamente que no cree en esas cosas. Aunque poco frecuentes, estas últimas reacciones son posibles, pues a pesar de que la persona influida se adjudicará a sí­ misma la mayorí­a de los nuevos pensamientos que van acumulándose en su mente, puede intuir lejanamente que esos pensamientos han llegado a su mente desde afuera.

Los primeros cambios de conducta iniciales para con el operador, prueban tambiíén que la persona influida percibe inconcientemente que los nuevos pensamientos que comienzan a poblar su mente están originados o referidos a aquel. Si nos sucede alguno de estos casos, de ninguna manera debemos preocuparnos, sólo debemos continuar con nuestro trabajo mental.

Otros primeros cambios de conducta pueden consistir en insomnio, somnolencia, brillo infrecuente en los ojos, etc. Estos primeros cambios observables son siempre demasiado significativos como para poder adjudicarlos a la casualidad. En el caso de no poder ver a la persona influida por hallarse lejos, no tendremos oportunidad de observar sus primeros cambios, debiendo por lo tanto insistir tenazmente hasta que aparezcan los cambios mayores.

Los primeros cambios de conducta de la persona influida nos informan tambiíén si la persona está rechazando los nuevos pensamientos que surgen en su mente o si por el contrario accede con agrado a ellos. Si la persona rechaza sus nuevas imágenes mentales significa que se niega y resiste a hacer lo que estamos grabando en su mente. A esto lo he llamado "resistencia".

Los primeros cambios de conducta nos informan si la persona influida está haciendo resistencias o no. Pueden surgir en la persona ligeros signos de miedo, alejamiento o rechazo. La posibilidad e intensidad de estas resistencias es siempre variable y depende, como ya dijimos, del grado de incomodidad o aversión frente a los nuevos pensamientos que están surgiendo en su mente. Observando las reacciones de la persona durante los primeros quince dí­as, tendremos una idea del grado de aceptación o rechazo de ella con respecto a nuestros propósitos.

Ante la aparición de resistencias, hay operadores que renuncian a continuar influyendo y otros que insisten con mayor ahí­nco en el trabajo mental, hasta que las resistencias desaparezcan. Si cada sesión de influencia mental directa es como una gota de agua que debe colmar un vaso, podemos asegurar que no hay resistencia que no pueda ser vencida.

Si ante la aparición de resistencias decidimos continuar con las visualizaciones, podemos insistir de varias maneras. Podemos aumentar los tiempos diarios dedicados a las visualizaciones y operar mentalmente con mayor fuerza. Esto significa que iremos aumentando nuestra presión parapsicologí­a si la persona aumenta su negativa o alejamiento.

Podemos además invertir los papeles, visualizando, por ejemplo, a la persona desesperada por complacernos, con una actitud frí­a e indiferente de nuestra parte. Otra forma serí­a la de suspender nuestro trabajo por unos dí­as y luego recomenzar la influencia con mayor intensidad. Tambiíén podemos suavizar nuestras visualizaciones para que la persona influida se tranquilice y abandone las resistencias. Debemos experimentar con todas estas formas hasta hallar el camino apropiado en cada caso, siempre atentos a los menores indicios de cambio.

La aparición de resistencias de ninguna manera debe desalentarnos. En la creación y dirección de formas de pensamiento nada se pierde, todo llega e impacta en el objetivo permaneciendo allí­ y ningún esfuerzo es inútil.

Las formas mentales le llegan a la persona influida y se van sumando y acumulando lentamente. Cuando aparezcan resistencias podemos tranquilamente insistir con nuestras visualizaciones hasta vencerlas. Si persistimos nuestro triunfo está asegurado, pues el poder lo tiene quien visualiza al otro desde el "lugar especial".

En quíé casos podemos utilizar estas tíécnicas de control mental

Para hacer amarres de amor

Para atraer y enamorar a alguien comenzaremos por visualizar a la persona elegida alegre, riendo y afectivamente bien con nosotros. Luego iremos paulatinamente aumentando las escenas de amor, noviazgo, etc. en forma sucesiva y según nuestras aspiraciones. Esto es lo que comúnmente conocemos como amarres de amor.

Negocios

En el caso de negocios, siempre trasladados mentalmente a nuestro "lugar especial" visualizaremos allí­ a las personas a influir, conduciíéndose de la manera que deseamos, ya sea riendo, firmando algo, aceptando nuestras propuestas, aumentándonos el sueldo, comprándonos algo, festejando, etc. Esto es muy eficaz tambiíén para atraer clientes.

Parapsicólogo Profesor Herrou Aragón http://www.profesoraragon.com/
Fragmento extraí­do del libro "Telecomando Sexual, Ataque Psí­quico y otras tíécnicas parapsicológicas". Fuente: http://www.articulosgratis.com
Compartido por el Dr. Bonomi

El Dr. Bonomi es el autor original de El Secreto y La Ley de Atraccion y ha escrito 4 libros, 2 DVD y 43 CD de autoayuda. Para informarse sobre los seminarios de Energí­a Mental (o Control Mental) del Dr. Bonomi consulte la siguiente página web www.drbonomi.com/seminarios.html
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