(PL)
Visiones contrapuestas de aceptación y rechazo sobresalen en el escenario político de Grecia frente a los condicionamientos de prestamistas internacionales, luego de que el Parlamento aprobara nuevos ajustes económicos.
Al decir del primer ministro del país, Alexis Tsipras, 'la pelota está en el campo de los acreedores, ahora les toca respetar sus compromisos como hicimos nosotros'.
En votación realizada la víspera, el Parlamento heleno aprobó nuevos recortes a las pensiones y subidas de impuestos a partir de 2019, por un monto total de cuatro mil 900 millones de euros, a cambio de que sea desbloqueado otro tramo de financiamiento externo.
'Nos merecemos una decisión el lunes durante el Eurogrupo (reunión de los ministros de Finanzas de la Eurozona) sobre el pago de la deuda pública, que se corresponda con los sacrificios del pueblo griego, dijo Tsipras en declaraciones a la prensa.
De los 281 diputados presentes en la sesión del legislativo, 128 votaron en contra de la legislación sobre los recortes, mientras recibió la aprobación de la alianza gubernamental compuesta por Syriza y la formación nacionalista Anel.
Solo dos artículos recibieron el respaldo de la gran mayoría de los parlamentarios, se trata de los dirigidos a suprimir las ventajas fiscales de los diputados y la reducción del Impuesto sobre el Valor Agregado para la adquisición de insumos agrícolas.
La norma jurídica contempla compensaciones sociales, como ayudas para el pago de alquileres y la compra de medicamentos por parte de las personas de más bajos ingresos.
Para las autoridades griegas, los reajustes deben resultar suficientes para que la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional reanuden la entrega de financiamiento y adopten decisiones que faciliten el pago de la deuda pública, equivalente al 179 por ciento del Producto Interno Bruto.
'Esperamos tener un acuerdo global que incluya medidas de alivio de la deuda', dijo Tsipras ante el Legislativo.
Por el momento, analistas observan que el préstamo por desbloquear ascendería a unos siete mil millones de euros y una buena parte de ese dinero, unos cuatro mil millones, solo servirían para pagar intereses de la deuda.