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Autor Tema: La energí­a psí­quica  (Leído 2914 veces)

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La energí­a psí­quica
« en: Diciembre 01, 2008, 08:12:37 pm »
 
     
   La energí­a psí­quica no sólo deberí­a ser estudiada, sino tambiíén aplicada conscientemente en la vida. La cooperación consciente, que es propia de la Fraternidad, necesita energí­a psí­quica. El trabajo armonioso es imposible sin energí­a psí­quica. Es imposible lograr entendimiento mutuo sin energí­a psí­quica. Sin íésta, es imposible ser paciente, tolerante y jovial. La energí­a primordial debe ser aplicada en todo. –Brotherhood, 32.
   
   
 
  Afirmo que la energí­a psí­quica puede vencer todos los obstáculos. No hay fuerza que pueda bloquear el sendero de la energí­a psí­quica. –Agni Yoga, 560.

No basta tener o acumular energí­a psí­quica. Es tan malo carecer de ella, como poseerla pero no usarla. Cuando no la usamos, los cristales que se crean en los conductos nerviosos actúan como sedimentos.

Podemos esperar toda clase de procesos dolorosos cuando estos sedimentos obstruyen los conductos nerviosos... Es especialmente peligroso el conflicto de los cristales de la energí­a psí­quica con los sedimentos destructivos. –Agni Yoga, 329.

La energí­a psí­quica se manifiesta dentro de nosotros como: corrientes de inspiración; entusiasmo fervoroso; benevolencia; anhelo de prestar ayuda y servicio; deseos de crear, iluminar y elevar; ansias de conducir, enseñar y servir; y ganas de pensar con creatividad y claridad.

Cuando pasamos por alto e ignoramos esos deseos y manifestaciones, entonces la energí­a psí­quica se cristaliza en los conductos nerviosos, y en caso de que estemos enojados, asustados o irritados, los cristales de la energí­a psí­quica se convierten en sedimentos dañinos y esparcen cierto veneno paralizante que se asienta en los conductos nerviosos.
 
 



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Re: La energí­a psí­quica
« Respuesta #1 en: Diciembre 01, 2008, 08:13:56 pm »
Energí­a Psí­quica y Enfermedad

Por esta razón, se nos dice que debemos usar el talento que recibimos. “A quienes den, se les dará; a quienes no den, se les quitará lo que tengan.”

La energí­a psí­quica aumenta si la usamos y la hacemos circular. Es energí­a redentora, liberadora, mitigadora, curativa y elevadora. Este es el “don”, y debemos usarlo para servir a todas las formas vivas de la Naturaleza.

Cuando no usamos la energí­a psí­quica existente, íésta se convierte en “un sedimento malo, llamado esclerosis...” –Agni Yoga, 487.

Algunas enfermedades son producto de la falta, del derroche o del mal uso de la energí­a psí­quica. Sin embargo, tambiíén es cierto que las enfermedades más complejas son el resultado de una energí­a psí­quica que el ser humano posee, pero que no utiliza.

Se nos dice que los cientí­ficos primero descubrirán los cristales de la energí­a psí­quica y comprobarán que ella existe, y luego, descubrirán el fuego que acompaña a dicha energí­a.

El hecho de que tengamos conductas inapropiadas puede causar la destrucción de nuestras reservas de energí­a psí­quica. La continua irritación nerviosa crea dicho veneno en el ser humano. Sin embargo, el Sabio que se refirió a este daño dice tambiíén que “el temor, la duda y la autoconmiseración son igualmente destructivos de la energí­a psí­quica”.

Las mejores medidas preventivas tendientes a mantenerse sano, dinámico y eficaz consisten en eliminar el temor, la duda y la autoconmiseración.

La energí­a psí­quica dinamiza nuestras acciones, emociones y pensamientos. El fuego que se produce a continuación de la energí­a psí­quica genera irradiación, gravitación y creatividad en el ser humano.

...Esta corriente de energí­a se apoya en esfuerzos, como los que descubrimos en la abnegación y la proeza [heroica]. –Agni Yoga, 389.


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Re: La energí­a psí­quica
« Respuesta #2 en: Diciembre 01, 2008, 08:14:26 pm »
Cuando una persona lucha por ser abnegada, permite que la energí­a psí­quica y el fuego la carguen y se derramen a travíés de ella. Asimismo, cuando una persona se esfuerza para elevar su propio ser y realiza actos de heroí­smo, da paso nuevamente a la energí­a y al fuego psí­quicos. Por esta razón, los maestros de la antigí¼edad hací­an hincapiíé en la abnegación, pues sólo mediante esos esfuerzos, el ser humano podrá mantenerse en armoní­a con los Mundos Superiores y cargarse con energí­a psí­quica y Fuego del Espacio, que no sólo hacen que íél sea bello, dinámico y sano, sino que tambiíén irradie, sea creativo y ejerza su influencia sobre este mundo y los Mundos Sutiles.

El camino más breve para suicidarse consiste en usar esta energí­a con fines perversos. Asimismo, acumular esas energí­as, sin compartirlas ni usarlas con fines constructivos, equivale a destruirse.


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Re: La energí­a psí­quica
« Respuesta #3 en: Diciembre 01, 2008, 08:15:18 pm »
Pensamiento y Creatividad

La energí­a y el fuego psí­quicos producen una lógica y un razonamiento óptimos, al igual que mucha creatividad, todo lo cual amplí­a la conciencia, la hace avanzar y genera efectos curativos en las formas de vida. Además, la energí­a psí­quica construye el puente entre el ser humano y los centros superiores de la inspiración y la gravitación personal, cuyas energí­as, cuando son asimiladas, repercuten en la cultura y la civilización, y las regeneran.

Cuando nos referimos a la energí­a psí­quica, hablamos de la misma Sophí­a del mundo helíénico, o de la Sarasvati de los hindúes. El Espí­ritu Santo de los cristianos manifiesta signos de energí­a psí­quica, igual que Adonai, el Creador de Israel, y Mitra, lleno de fuerza solar. Ciertamente, nadie duda de que el fuego de Zoroastro sea el fuego del espacio que ustedes estudian. –Agni Yoga, 416.

El fuego –el Fuego del Espacio- es la base de la energí­a psí­quica. Esta es una combinación de fuego, amor y luz. El fuego simboliza la espada de la fuerza de la voluntad. El amor es la puerta de la Ley de la Compasión, simbolizada por el concepto de Cristo. La luz es la radiación del Espí­ritu Santo, el Santo Shekina.

L

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Re: La energí­a psí­quica
« Respuesta #4 en: Diciembre 01, 2008, 08:15:57 pm »
La energí­a psí­quica causa la iluminación. Hace que el alma humana vea las cosas como son. Da a la mente la facultad intelectiva. Condiciona la función de la mente e inspira su propósito.

La energí­a psí­quica inspira el papel que la mente desempeña en la constitución del ser humano; y tambiíén proporciona todas las facultades de la mente. La falta de energí­a psí­quica hace que la mente trabaje contra sí­ misma.

La intelección, por parte de la mente, es importantí­sima, porque la mente es la que, a su vez, nos ayudará y ayudará a los demás a entender los mundos internos y externos.

La energí­a psí­quica ilumina nuestro amor. Es muy importante comprender que nuestro amor puede nublarse o volverse traslúcido. Un amor iluminado es un potentí­simo medio de transformación.

La energí­a psí­quica dirige tambiíén a nuestra fuerza de voluntad. La fuerza de voluntad carente de dirección crea tantos obstáculos en nuestro sendero que, durante el resto de nuestra vida, perdemos el tiempo limpiando los desechos que acumulamos a lo largo del camino.

He aquí­ algunas formas de utilizar la energí­a psí­quica: pensar con claridad, servir abnegadamente, empeñarse creativamente, perdonar concretamente, librar a la gente de sus temores y ansiedades, esforzarse en las realizaciones personales, provocar la expansión de la conciencia personal; emplear las palabras con constructividad y motivaciones justas, y mantener el corazón colmado con el fuego de la compasión. Si damos estos nueve pasos, podremos entonces incrementar nuestra energí­a psí­quica, servir a los demás y armonizarnos con el Fuego del Espacio. La conciencia controla a la energí­a psí­quica. Cuanto más elevemos nuestra conciencia, más adecuadamente –en función de nuestra meta- usaremos la energí­a psí­quica.


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Re: La energí­a psí­quica
« Respuesta #5 en: Diciembre 01, 2008, 08:16:35 pm »
Pensamiento y Energí­a Psí­quica

Todos nuestros pensamientos son portadores de la fuerza y del fuego de la energí­a psí­quica existente en nosotros. Emitimos ciertos pensamientos; despuíés los olvidamos, pero ellos continúan energizando el Espacio, lo que produce ciertos efectos. El pensamiento se nutre y vive con nuestra energí­a psí­quica.

Cada pensamiento liberado por nosotros siempre está vinculado con nuestra reserva de energí­a psí­quica. Un pensamiento semejante se nutre a sí­ mismo y vive por nuestra energí­a psí­quica. Si nuestros pensamientos son elevados y tienen una carga de luz, amor y belleza, entonces acumulan energí­a psí­quica nueva y fresca procedente del Espacio y la transmiten a nuestro depósito de energí­a.

La energí­a psí­quica se acumula en las habitaciones de quienes las electrizan con sus plegarias, su meditación, sus cánticos y su esfuerzo espiritual. Se nos dice que no debemos permitir que los extraños entren en esas habitaciones, porque perturban y debilitan el campo de la energí­a psí­quica, e incluso ellos mismos se perjudican.


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Re: La energí­a psí­quica
« Respuesta #6 en: Diciembre 01, 2008, 08:17:19 pm »
Ashrams, Templos e Iglesias

De modo parecido, la energí­a psí­quica se acumula en los verdaderos ashrams, templos, iglesias y lugares en los que hay pensamientos elevados, y esos sitios se convierten en fuentes de bendición para toda la vecindad y hasta para toda una ciudad.

Por esta razón, esos centros deben ser custodiados y protegidos para que nadie que trabaje en ellos cree trastornos con sus pensamientos malos y destructivos, con sus emociones violentas o con sus palabras. A esas personas, se las debe despedir de inmediato en toda ocasión en la que pongan de manifiesto odio, calumnia, tensión o depresión, y pensamientos o conversaciones que sean nocivos.


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Re: La energí­a psí­quica
« Respuesta #7 en: Diciembre 01, 2008, 08:18:36 pm »
Muchas enfermedades son producto de ese modo de actuar. La energí­a psí­quica acumulada puede devastar a una persona que estíé desarmonizada con la atmósfera del centro o del ashram. Entonces, esa persona, como si fuera un vampiro, succiona esa energí­a.

Las acumulaciones de energí­a psí­quica parten de determinados sitios en los que hay personas que expresan lujuria, ira, odio, celos y mala conducta, mientras que el espí­ritu de colaboración, el respeto mutuo, la comprensión amable, la gratitud y la alegrí­a atraen más energí­a psí­quica.

Hay personas que, al entrar en determinados templos o sitios de reunión, se acompañan con pensamientos elevados y rezos, al igual que con gratitud y amor. Ellas añaden energí­a a las reservas naturales de esos lugares.

En el sitio que utilizamos en nuestro hogar para meditar, se crea lentamente un campo de energí­a psí­quica, y cuando la necesitamos, ella nos vigoriza y da paz a nuestro corazón. Todo hogar debe tener un rincón santificado en el que se tomen decisiones importantes y se establezca contacto con los Mundos Superiores.


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Re: La energí­a psí­quica
« Respuesta #8 en: Diciembre 01, 2008, 08:19:25 pm »
Alimentación y Salud

La energí­a psí­quica reemplazará, poco a poco, al alimento y al agua, y las personas consagradas vivirán consumiendo poco alimento y agua porque, valiíéndose de la meditación, cargarán sus cuerpos y órganos con energí­a psí­quica.

La experiencia ha demostrado que quienes están cargados con energí­a psí­quica, comen poco y beben poca agua. Asimilan lo que necesitan, y lo que no les sirve desaparece.

La energí­a psí­quica es especialmente activa y potente en la esfera mental. Destruye las acumulaciones que son producto de las oscuras nubes del odio, la envidia, los celos y la traición. Quienes son portadores de esas nubes oscuras experimentan inmensos sufrimientos bajo los rayos de la energí­a psí­quica, y si no transforman su corazón, caen en la senda de la locura y la desintegración.

Por esta razón, se nos dice que no deberí­amos lanzar flechas contra los que tienen el escudo de la energí­a psí­quica, pues esas flechas regresarán a su dueño con mayor fuerza destructiva.

Por ello, el sabio que está cargado con energí­a psí­quica lanza raras veces alguna “flecha” a quienes lo calumnian. El sabe que sus enemigos se empeñarán en herirlo. Sin embargo, íél les enví­a pensamientos buenos, para protegerlos de las consecuencias de las flechas que ellos mismos lanzaron y que retornan a ellos.

La energí­a psí­quica se relaciona no sólo con los pensamientos y las emociones, sino tambiíén con el cuerpo fí­sico. El cuerpo fí­sico puede curarse fácilmente si la energí­a psí­quica está presente. í‰sta vigoriza los tejidos, recarga las cíélulas y repara las partes corporales dañadas.


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Re: La energí­a psí­quica
« Respuesta #9 en: Diciembre 01, 2008, 08:39:42 pm »
Se nos dice que la energí­a psí­quica, como toda clase de energí­a, puede ser “fortalecida y depurada”. Podremos fortalecerla valiíéndonos del entusiasmo y del ardiente empeño en construir el futuro; y podremos depurarla cuando nos mantengamos vigilantes, avizores, concentrados y atentos, y tratemos de usar pensamientos en los que haya elevación y sentimientos en los que haya amor.

El esfuerzo creador, en el campo del arte y de la ciencia, tambiíén depura la energí­a psí­quica. Sin embargo, el mejor medio para depurarla y fortalecerla es empeñarnos en crear la imagen de un futuro glorioso: un futuro individual, grupal, nacional y mundial.

La energí­a psí­quica necesita “espacio” para expandirse, fortalecerse y depurarse. El esfuerzo por un futuro mejor proporciona ese espacio.

A su debido tiempo, las personas comprenderán que, si se empeñan en lograr la belleza y el trabajo, y emprenden esto entusiastamente, acrecentarán su escudo de energí­a psí­quica, mediante el cual seremos casi invulnerables contra cualquier enfermedad. Se nos dice que las lí­neas de comunicación con diversas esferas de sabidurí­a y energí­a se construyen con la sustancia de la alegrí­a, y que a la energí­a psí­quica del Espacio se la hace descender en nuestro ser por medio del imán de la alegrí­a.

La alegrí­a no sólo logra que se abran los píétalos de los centros, permitiendo que respondan mejor a las impresiones superiores, sino que tambiíén crea una marea sobre la cual la energí­a y el fuego psí­quicos pueden viajar a sitios muy lejanos. La alegrí­a da belleza a los movimientos de la energí­a psí­quica.


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Re: La energí­a psí­quica
« Respuesta #10 en: Diciembre 01, 2008, 08:40:42 pm »
Energí­a Psí­quica y Oportunidad

A veces, la energí­a psí­quica se acumula en determinados sitios del Espacio y causa explosiones de diversos tipos, como por ejemplo, erupciones volcánicas, deslizamientos de tierras, filtración de gases venenosos, revoluciones, guerras, epidemias, sismos y huracanes. Las explosiones causan, en los seres humanos, enfermedades como cáncer, ataques fulminantes, etc.

Todas estas explosiones son el resultado de un estado de desequilibrio entre la energí­a psí­quica acumulada y las formas de vida que no son capaces de armonizar y asimilar estas gigantescas acumulaciones existentes en el Espacio.

Las ocasiones en las que la energí­a psí­quica se acumula en el Espacio son íépocas de gran crisis y tambiíén de grandes oportunidades. Se convierten en estas últimas cuando determinadas personas pueden observar los impactos de la energí­a psí­quica acumulada e ingresar en un estado más elevado del ser, en un estado superior de conciencia y creatividad. Ellas se convierten en gigantes espirituales, al cargarse con la poderosa acumulación de energí­a psí­quica.


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Re: La energí­a psí­quica
« Respuesta #11 en: Diciembre 01, 2008, 08:41:31 pm »
Se nos dice que, durante esas presiones psí­quicas, las personas deben poner a prueba su intrepidez y su coraje y, asimismo, expandir su conciencia, para poder absorber la presión o el impacto y usar esto para beneficio de la humanidad.

Tambiíén se observa que, durante esos periodos de acumulación psí­quica, nacen individuos importantes y genios, y se crean grandes movimientos con nuevas tendencias culturales y civilizadoras. Estos son los grandes gigantes que, en su cuerpo o fuera de íél, absorben la energí­a generada por explosiones en el Espacio y en la Tierra, y la usan para crear una nueva era.

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Extractos del libro Energí­a Psí­quica de Torkom Saraydarian. Ed. Kier
Mayor información sobre el autor y su obra puede ser encontrada en www.tsgfoundation.org