Por... John Harrington
La suspensión estadounidense de las importaciones de carne de vacuno de Brasil es un golpe a una nación recuperándose de la peor crisis económica desde la Gran Depresión, así como de un escándalo político que amenaza con derribar su presidente.
Los Estados Unidos, anunció el jueves la suspensión de todas las importaciones de productos de carne de nación más grande de América del Sur por motivos de seguridad.
El anuncio del secretario de Agricultura, Sonny Perdue se produce tres meses después de un escándalo que involucra a las alegaciones de que los inspectores de carne en Brasil aceptaron sobornos, lo que lleva a varios países que paran temporalmente las importaciones.
En un comunicado, Perdue dijo que desde marzo de inspectores estadounidenses han negado la entrada al 11% de los productos frescos de carne de Brasil, o alrededor de 1,9 millones de libras.
Según el comunicado, la suspensión se mantendrá en vigor hasta el Ministerio de Agricultura de Brasil toma medidas.
La declaración reconoció que Brasil había abordado las preocupaciones de los inspectores estadounidenses mediante la prohibición de cinco instalaciones de envío de carne de res a los Estados Unidos. Sin embargo, Estados Unidos dijo que la acción de Brasil no va lo suficientemente lejos.
La suspensión es una gran vergüenza para un país que se enorgullece de sus exportaciones de carne, ya que era un punto brillante en una economía que lucha por recuperarse. Brasil fue el mayor productor del mundo de la carne de vacuno en 2016 y uno de los principales exportadores, según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos. Los Estados Unidos no es un gran importador de carne brasileña, pero su decisión de suspender las importaciones de carne de vacuno tiene peso.
La suspensión de las importaciones de carne a los Estados Unidos se suma a presión sobre el presidente Michel Temer, que se enfrenta a acusaciones de corrupción en un escándalo que muchos han llamado de Brasil Watergate. Miles de brasileños han marchado en protesta contra Temer, que ha resistido peticiones de dimisión.
En marzo, las autoridades brasileñas dijeron que estaban investigando inspectores que supuestamente permitieron carnes caducados para entrar en el mercado a cambio de sobornos. Entre los países que dejaron de comprar carne brasileña fue China, un gran importador.
La mayoría de las naciones que suspendieron las compras de carne de ellos se reanuda a las pocas semanas después de que fueron tranquilizados por las autoridades brasileñas.
