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Autor Tema: Para adelgazar, ponga sus genes a trabajar  (Leído 517 veces)

Scientia

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Para adelgazar, ponga sus genes a trabajar
« en: Junio 24, 2017, 07:51:00 pm »
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Para adelgazar, ponga sus genes a trabajar
La nutricionista Aldara Fernández Basterrechea asegura que un simple test nos puede ayudar a controlar el peso


Las dietas tradicionales ofrecen la posibilidad de adelgazar los kilos que sobran o llevar una vida saludable, basándose en pautas de alimentación muy generales como evitar las grasas, los azúcares, elevar las cantidades de verduras que se ingieren, reducir las calorías, etc. Indicaciones que, según Aldara Fernández Basterrechea, nutricionista del Instituto Pérez de la Romana, «ayudan a controlar el peso, pero no tienen los mismos efectos en todas las personas».

Según explica Fernández Basterrechea, muchas veces para llevar una vida saludable, optamos por dietas que haya realizado algún conocido o hemos encontrado en Internet, debido a los buenos resultados de los que algunos hablan, ignorando que el esfuerzo que requieren, puede «no tener los resultados deseados cuando nos la aplicamos a nosotros mismos, incluso realizando la misma actividad física». Y es que, asegura esta experta, «cada persona tiene unos condicionantes diferentes que influyen en la manera que procesamos los alimentos y en cómo nuestro cuerpo utiliza los nutrientes. Con esto no solo estamos haciendo un esfuerzo en vano, sino que estamos poniendo además en riesgo nuestra salud, tanto física como psicológica».

La respuesta a todo esto, asegura, «nos la da la nutrigenética, que es la rama de la genética que estudia la relación entre nuestros genes y la respuesta de una persona a determinados alimentos». Según indica la nutricionista, «a pesar de que el 99,9% de nuestra información genética es compartida por todos los seres humanos, es en el 0,01% restante donde se encuentra lo que nos hace distintos y donde se determinan nuestras características físicas, fisiológicas y metabólicas, entre otras».

Conocer esta pequeña parte, apunta la especialista del Instituto Pérez de la Romana, «es muy importante para poder saber nuestras tendencias genéticas más negativas y positivas». «Por ejemplo, cómo quemamos la grasa, qué nutrientes se absorben, o cómo y con qué rapidez se transforman, y la facilidad para aumentar el gasto metabólico por ejemplo, y así poder optar por unos hábitos de alimentación y de vida saludables, que prevengan posibles situaciones de riesgo».

Cómo se realiza el test
Para conocerlo es posible realizar un test, en el que mediante un análisis de saliva, asegura, «se puede conocer cómo una persona interacciona con cada nutriente y cuáles de ellos se deben fomentar y cuáles reducir, dependiendo del objetivo que un paciente tenga, perder peso, controlar riesgo de diabetes, mejorar digestiones, etc.».

«Estos datos, que resultan de haber analizado, entre otros factores, más de 100 interacciones "gen-nutriente", junto con la información que se obtienen de una analítica de sangre, las características antropométricas del paciente, su edad o su estilo de vida, nos permite poder dar unas recomendaciones dietéticas y recomendarle unos hábitos 100% personalizados. Por ejemplo: Algunas personas pueden beneficiarse de una suplementación de capsinoides (variedades de pimientos) para aumentar su metabolismo y reducir de esta forma la adiposidad corporal y sin embargo en otras personas, estos no tienen ningún efecto», afirma.

Otro caso que explica es lo que ocurre con los suplementos de omega 3, «que algunas personas toman sin un previo control genético, porque lo han visto anuncios en la televisión. Estos deben saber que un consumo elevado de omega 3, puede aumentar los valores de colesterol LDL (colesterol malo), mientras que a otros puede ayudarles a incrementar el colesterol HDL (colesterol bueno) y aportarles mayor protección cardiovascular, así como reducir los triglicéridos, etc.», aclara.

Además Aldara Fernández advierte que llevar una dieta y un hábito de vida saludable, basado en la personalización de nuestros genes, no sólo es cuestión de tener una determinada talla o un cuerpo delgado, sino que es salud, «ya que con ella estamos conociendo también nuestra predisposición a padecer enfermedades identificadas a partir de nuestro ADN (diabetes, obesidad… Hipertensión, enfermedad cardiovascular, síndrome metabólico, dificultad para perder peso y para mantenerlo, saciedad, hígado graso, celiaquía, intolerancia a la lactosa, colesterolemia, trigliceridemia, gota…». Pero todo esto puede prevenirse mediante la elección de pautas alimenticias determinadas: «Y es que tener predisposición, no significa que vayan a padecerse, ya que hay más factores que las desencadenan y sobre las que se pueden actuar” aclara».

Por último, recuerda que para tener un cuerpo sano, el ejercicio siempre debe acompañar a la alimentación. «No se trata de ser atletas de competición, sino de realizar algún tipo de actividad física aunque sea moderada, porque esto nos ayudará a mejorar nuestra musculatura, la calidad de nuestros huesos y órganos entre otros», concluye.