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Miles de puertorriqueños pierden sus hogares cada año ante la imposibilidad de cumplir con las mensualidades hipotecarias, por la crisis económica que arrastra el país desde hace una década.
Desde 2008 hasta mayo de este año, de acuerdo con cifras divulgadas hoy por el diario El Nuevo Día, 34 mil 425 residencias han sido reposeídas por los bancos debido a la falta de pago.
En la actualidad hay en total 96 mil 814 familias puertorriqueñas con problemas para pagar su hogar en esta isla del Caribe de 3,5 millones de habitantes bajo el dominio colonial de Estados Unidos desde hace 119 años.
La Oficina del Comisionado de Instituciones Financieras (OCIF) de Puerto Rico precisó que en 2015 la banca retomó 4 mil 459 y en 2016 hizo lo mismo con 5 mil 424 propiedades, lo que constituyó récords históricos en ambos años.
En el transcurso de este año 5 mil 681 familias perderán sus casas, según la OCIF, lo que establecerá una nueva marca por tercer año consecutivo.
En la actualidad, hay en los tribunales puertorriqueños 16 mil 974 residencias referidas para ejecución bancaria ante la falta de cumplimiento por sus propietarios.
Además, los bancos han informado a la OCIF que 16 mil 996 personas tienen demoras de más de 30 días en el pago de sus inmuebles.
Otras 7 mil 142 no han pagado por más de dos meses sus casas, al tiempo que 22 mil 513 tienen retrasos de 90 días.
Igualmente, 8 mil 229 personas están en impago de sus casas al estar en procesos de bancarrota y 7 mil 362 todavía no han sido referidas para reposesión aunque ya pasaron de 90 días sin abonar a la letra hipotecaria.
A esto se une que existen 17 mil 989 préstamos en proceso de caer en impago.
La Asociación de Bancos de Puerto Rico informó que entre 2010 y 2016, se produjeron 164 mil 782 nuevos acuerdos para mitigar las pérdidas hipotecarias con personas que estaban en problemas cumplir con el pago de sus casas, cifra que es otro indicativo del nivel crítico ha alcanzado este problema financiero.
La mayor preocupación en la banca es que la economía no se regenere, ya que el desempleo se incrementará, por lo que las personas incumplirán sus obligaciones hipotecarias, explicó a Prensa Latina una especialista en el ramo.
Para la banca retomar un préstamo hipotecario no sólo implica pérdidas, sino la imposibilidad de deshacerse del inmueble en un mercado deprimido, estableció.
Además, dijo, esto puede provocar un alza mayor en la emigración de puertorriqueños hacia Estados Unidos, vendiendo las propiedades por debajo de su deuda hipotecaria y, en casos extremos, abandonándolas sin notificar a la banca.
