Si el Ibex perforara el nivel de los 7.737 puntos, se abriría un precipicio de más de 2.000 puntos que lo llevaría al entorno de los 5.500, a juicio de los analistas tíécnicos consultados. Con todo, aún cuenta con un colchón del 12,9% antes de bajar hasta su mínimo anual intradía. Ayer, pese a losLa Bolsa ha caído en picado en los últimos 13 meses: el Ibex 35 se desploma un 44,3% desde el máximo histórico de 15.945,7 puntos que alcanzó el 8 de noviembre del año pasado y pierde un 41,51% en 2008. Pero el futuro puede ser todavía más complicado en caso de que se cumpla el escenario más desfavorable.
'Desde finales del mes de septiembre, el Ibex está formando un triángulo descendente con soporte en los mínimos anuales intradía (víéase gráfico), cuyo objetivo de descenso, si perfora de forma consistente la base, se situaría en el entorno a los 5.500 puntos', señala Eduardo Faus, responsable de análisis tíécnico de Renta 4.
'Este tipo de figuras suele implicar una continuación de la tendencia previa, que en este caso es incuestionablemente bajista. Así, lo más probable es que perfore los 7.737 puntos y vaya a buscar apoyo hasta el entorno de los mínimos de 2003', explica Pepa Montes, analista tíécnica de Banco Finantia Sofinloc.
La buena noticia es que, aun siendo el escenario más probable, cabe la posibilidad de que no se cumplan los fatídicos augurios. 'Si logra superar de manera consistente el entorno de los 9.000 puntos, se abriría la posibilidad de que llegara hasta los 11.500. Y, con esta volatilidad extrema como telón de fondo, nada puede descartarse', añade el experto de Renta 4.
'De momento, lo más sensato es poner la validez del triángulo en cuarentena, porque, aunque es probable que se cumpla, tambiíén hay que tener en cuenta el canal alcista de largo plazo que puede trazarse en el Ibex (víéase gráfico): su directriz alcista pasa por el entorno de los 7.600', señala David Navarro, de Inversis. Este experto advierte que, si pierde dicho nivel, la caída puede ser más veloz e intensa de lo previsto, ya que 'se cumpliría el triángulo y, además, el índice perdería un sustento de gran relevancia'.
Los analistas tíécnicos señalan que el triángulo puede trazarse en otros índices, como el Euro Stoxx 50, de manera que el escenario sería consecuente con el panorama internacional. Sin embargo, Carlos Jaureguízar, director de Noesis, señala que 'la resistencia del Ibex -entre los 9.070 y 9.110 puntos- es el elemento más crítico a corto plazo. Si la superara, quedaría abierto el recorrido hasta los 10.000'.
De momento, la sesión de ayer volvió a dar posibilidades a un futuro más optimista. El Ibex, tras haber llegado a bajar un 2,13% en el peor momento del día, cerró con una subida del 0,51%. El volumen, una vez más, fue muy reducido: 2.106 millones, un 42% menos que la media de noviembre. Por su parte, Wall Street cerró con subidas: el Dow Jones ganó un 2,05%, el S&P, un 2,58% y el Nasdaq, un 2,94%.
La volatilidad impone su ley
Es la reina indiscutible del mercado en los últimos tiempos. No en vano, el índice Vix, que mide la volatilidad implícita del S&P 500, rondó ayer el 65%, por debajo del máximo del 89,54% que llegó a tocar el 24 de octubre pero todavía en niveles desorbitados. Según datos de Bespoke Investment, en los últimos 50 días la media de oscilación en el día del S&P 500 ha alcanzado nada menos que un 3,85%, un nivel nunca visto. Igualmente, la volatilidad del Dax se mantiene en una cota del 47,7%, muy elevada pese a haber bajado notablemente desde el ríécord del 74% que marcó el pasado 16 de octubre. 'El único hilo conductor existente es que la tendencia a medio plazo continúa siendo bajista, y no hay más que hablar. Además, esto no va a cambiar a corto plazo. Es prácticamente imposible operar en estas condiciones. Los bandazos son demasiado grandes', advierte Josíé Luis Cárpatos, de Serenity Markets. De momento, las Bolsas miran hacia el BCE, que hoy tomará una decisión sobre los tipos de interíés a las 13.45 horas.
violentos bandazos, logró sumar un 0,51%.