Zeus es el dios del cielo, en la mitología griega, es el dios máximo del Olimpo. Gobierna estableciendo orden, la justicia y el destino del Universo.
Homero dice que fue en Ida, y era el hijo menor del titán Cronos y de la titánida Rea y hermano de las divinidades Poseidón, Hades, Hestia, Deméter y Hera.
De acuerdo con uno de los mitos antiguos sobre el nacimiento de Zeus, Cronos, temiendo ser destronado por uno de sus hijos, los devoraba cuando nacían y según la tradición, su madre Rea envolvió una piedra con pañales para engañar a Cronos y ocultó al dios niño en Creta, confiándolo a las ninfas y a los habitantes de la región, a los que pidió que bailasen ruidosas danzas guerreras con el fin de que la criatura divina no delatase con sus gritos su existencia ante su padre Cronos, que estaba deseoso de devorarlo, como había hecho con sus hermanos. Amaltea fue su nodriza que lo amamantó con su leche y también fue alimentado con con miel que destilaron las abejas del monte Ida.
Cuando Zeus se hizo adulto, Metis (Prudencia), le proporcionó una planta que hizo vomitar a Cronos todos los hijos que se había tragado, que estaban deseosos de vengarse de su padre. Durante la guerra que sobrevino, los titanes lucharon del lado de Cronos, pero Zeus y los demás dioses lograron la victoria y los titanes fueron enviados a los abismos del Tártaro. A partir de ese momento, Zeus gobernó el cielo, y sus hermanos Poseidón y Hades recibieron el poder sobre el mar y el submundo, respectivamente. Los tres gobernaron en común la tierra.
Cuando no está en el Olimpo, estableciendo orden entre los dioses o decidiendo asuntos referentes a los mortales, es posible encontrar a Zeus en algún lugar de la Tierra. También desciende del Olimpo cuando desde lo alto divisa alguna doncella que le agrada demasiado, ya que Zeus es muy propenso a tener romances, tanto con diosas o ninfas, como con mortales, pero siempre tiene especial cuidado en ocultárselo a su esposa Hera (aunque no siempre tiene éxito en esta empresa, de vez en cuando la diosa se entera de las infidelidades de su esposo).
En épocas de sequía puede provocar la lluvia retorciendo la lana de una oveja; lanza el rayo y el relámpago y sobre todo, mantiene el orden, el equilibrio y la justicia en el mundo. Es implacable cuando se encarga de velar por el mantenimiento de los juramentos y por el respeto de los deberes para con los huéspedes, quienes siempre deberán ser bien recibidos. Garantiza a los dioses que se mantenga el poder real, la realización de tributos y sacrificios por parte de los mortales y el estricto cumplimiento de la jerarquía social.
Casado con su hermana Hera, es padre de Ares, dios de la guerra; de Hebe, diosa de la juventud; de Hefesto, dios del fuego, y de Ilitía, diosa del parto. Al mismo tiempo, se describen las aventuras amorosas de Zeus, sin distinción de sexo (Ganímedes), y los recursos de que se sirve para ocultarlas a su esposa Hera.
En la mitología antigua son numerosas sus metamorfosis en diversos animales para sorprender a sus enemigos y tuvo numerosas relaciones con diosas y mujeres mortales, de quienes ha obtenido descendencia. Algunas de sus relaciones amorosas fueron con: la ninfa Calisto, la semidiosa Antíope, la sacerdotisa Io, con Semele, Dánae hija del rey de Argos, la bella , Alcamena, Leda, Elara, Carme, Día, Electra, Europa. Sus amoríos con mortales se explican a veces por el deseo de los antiguos griegos de vanagloriarse de su linaje divino.
En la escultura, se representa a Zeus como una figura barbada y de apariencia regia. La más famosa de todas fue la colosal estatua de marfil y oro, del escultor Fidias, que se encontraba en Olimpia. Sus principales templos estaban en Dódona, en el Epiro, la tierra de los robles y del templo más antiguo, famoso por su oráculo, y en Olimpia, donde se celebraban los juegos olímpicos en su honor cada cuatro años. Los juegos de Nemea, al noroeste de Argos, también estaban dedicados a Zeus. Zeus corresponde al dios romano Júpiter.
Hera Dios Griega
Hera es en la mitología griega, reina de los dioses, hija de los titanes Cronos y Rea, hermana y mujer del dios Zeus. Para Zeus no fue muy fácil convencer a Hera del matrimonio, por lo que usó diversas estrategias, hasta que camuflado de pájaro desvalido pudo llegar al corazón de su amada y conquistarla. Zeus adoptó su forma natural y volvió a pedirle matrimonio a Hera. La diosa sintió entonces que se casaría para dar el ejemplo y continuar con el rol de Madre de los Cielos, tal como lo habían hecho Rea y Gea con Cronos y Urano.
Hera era la diosa del matrimonio y la protectora de las mujeres casadas, pues era la esposa legítima de Zeus, esto la convertía naturalmente en la protectora de las mujeres casadas. Se la representaba como celosa, violenta y vengativa Era muy común que frecuentemente se enfrentara a Zeus, porque las infidelidades de su esposo significaban para ella verdaderos insultos. Por eso persiguió con ira tanto a las amantes de Zeus, como a la descendencia extramatrimonial del dios. Hera mantuvo siempre ulla de su marido y nunca se sintió en inferioridad de condiciones ya que siempre tuvo presente que ella pertenecía a la misma generación divina que Zeus, por lo tanto tenía el mismo rango jerárquico.
Era madre de Ares, dios de la guerra, de Hefesto, dios del fuego, de Hebe, diosa de la juventud, y de Ilitía, diosa del alumbramiento. Mujer celosa, Hera perseguía a menudo a las amantes y a los hijos de Zeus. Nunca olvidó una injuria y se la conocía por su naturaleza vengativa. Cierta vez armó un complot para castigar una infidelidad de su marido, pero la nereida Tetis, que estaba muy agradecida por haber concertado su matrimonio con Peleo y además era muy prudente y sospechaba que este acto desencadenaria una guerra civil, recurrió al gigante de cien manos llamado Egeón, que libró a Zeus de las cadenas.
Entonces Zeus furioso desató su ira contra Hera y la suspendió entre el cielo y la tierra, amarrando cada una de sus manos a una anilla de oro y atándole un yunque en cada pie. Luego hizo jurar a cada uno de los Olímpicos que nunca más osarían levantarse en su contra.
El único que protestó fue Hefesto, que al ver a su madre castigada de ese modo se quejó, pero Zeus no tenía paciencia para soportar recriminaciones de ningún tipo y menos cuando se trataba de un complot en su contra, entonces le profirió un puntapié tan fuerte que lo arrojó hasta la tierra desde el Olimpo y tras el golpes Hefesto quedó rengo para toda la eternidad. Hera finalmente fue perdonada y regresó al Olimpo, a cumplir su rol de protectora de la familia.
Irritada con el príncipe troyano Paris por haber preferido a Afrodita, diosa del amor, antes que a ella, Hera ayudó a los griegos en la guerra de Troya y no se apaciguó hasta que Troya quedó destruida. Se suele identificar a Hera con la diosa romana Juno.
Hefesto
Hefesto, en la mitología griega, dios del fuego y de la metalurgia, hijo del dios Zeus y de la diosa Hera o, en algunos relatos, sólo hijo de Hera. A diferencia de los demás dioses, Hefesto era cojo y desgarbado. Poco después de nacer lo echaron del Olimpo: según algunas leyendas, lo echó la misma Hera, quien lo rechazaba por su deformidad; según otras, fue Zeus, porque Hefesto se había aliado con Hera contra él. En la mayoría de las leyendas, sin embargo, volvió a ser honrado en el Olimpo y se casó con Afrodita, diosa del amor, o con Áglae, una de las tres gracias. Era el artesano de los dioses y les fabricaba armaduras, armas y joyas. Se creía que su taller estaba bajo el monte Etna, volcán siciliano. A menudo se identifica a Hefesto con el dios romano del fuego, Vulcano. La Fragua de Vulcano es el cuadro en el que Velázquez da su visión sobre los dioses transformándolos en campesinos o artesanos humanos.
Ártemis o Artemisa (mitología), en la mitología griega, una de las principales diosas, equivalente de la diosa romana Diana. Era hija del dios Zeus y de Leto y hermana gemela del dios Apolo. Era la rectora de los dioses y diosas de la caza y de los animales salvajes, especialmente los osos, Ártemis era también la diosa del parto, de la naturaleza y de las cosechas. Como diosa de la luna, se la identificaba a veces con la diosa Selene y con Hécate.
Aunque tradicionalmente amiga y protectora de la juventud, especialmente de las muchachas, Ártemis impidió que los griegos zarparan de Troya durante la guerra de Troya mientras no le ofrecieran el sacrificio de una doncella. Según algunos relatos, justo antes del sacrificio ella rescató a la víctima, Ifigenia. Como Apolo, Ártemis iba armada con arco y flechas, armas con que a menudo castigaba a los mortales que la ofendían. En otras leyendas, es alabada por proporcionar una muerte dulce y plácida a las muchachas jóvenes que mueren durante el parto.
Apolo
Apolo (mitología), en la mitología griega, hijo del dios Zeus y de Leto, hija de un titán. Era también llamado Délico, de Delos, la isla de su nacimiento, y Pitio, por haber matado a Pitón, la legendaria serpiente que guardaba un santuario en las montañas del Parnaso. En la leyenda homérica, Apolo era sobre todo el dios de la profecía. Su oráculo más importante estaba en Delfos, el sitio de su victoria sobre Pitón. Solía otorgar el don de la profecía a aquellos mortales a los que amaba, como a la princesa troyana Casandra.
Apolo era un músico dotado, que deleitaba a los dioses tocando la lira. Era también un arquero diestro y un atleta veloz, acreditado por haber sido el primer vencedor en los juegos olímpicos. Su hermana gemela, Ártemis, era la guardiana de las muchachas, mientras que Apolo protegía de modo especial a los muchachos. También era el dios de la agricultura y de la ganadería, de la luz y de la verdad, y enseñó a los humanos el arte de la medicina.
Algunos relatos pintan a Apolo como despiadado y cruel. Según la Iliada de Homero, Apolo respondió a las oraciones del sacerdote Crises para obtener la liberación de su hija del general griego Agamenón arrojando flechas ardientes y cargadas de pestilencia en el ejército griego. También raptó y violó a la joven princesa ateniense Creusa, a quien abandonó junto con el hijo nacido de su unión. Tal vez a causa de su belleza física, Apolo era representado en la iconografía artística antigua con mayor frecuencia que cualquier otra deidad.
Atenea
Atenea, una de las diosas más importantes en la mitología griega. Diosa de la Sabiduría, Atenea es la inventora de la flauta, la trompeta, el arado, el yugo para los bueyes, el carro, el barco y la olla de barro para cocinar. Además fue la que enseñó a los mortales los números y a las mujeres las instruyó en la cocina el tejido y el hilado.
Atenea es la diosa que nació ya adulta, fruto de la unión de Zeus con Métis, la diosa de la Prudencia. Durante el embarazo de Metis, Urano y Gea advirtieron a Zeus que si Metis daba a luz a un varón, éste destronaría a su padre del reino que tanto trabajo le había costado conseguir. Sin deseos de correr riesgos, Zeus se tragó a Metis. Pero cuando llegó el día del parto, un tremendo dolor de cabeza hizo llegar a Zeus hasta los limites de tolerancia, entonces llamó a Hefesto Y a los gritos le pidió que le abriera la cabeza de un hachazo. Así surgió Atenea, lista para salir a la batalla.
Fue la hija favorita de Zeus. Él le confió su escudo, adornado con la horrorosa cabeza de la gorgona Medusa, su ‘égida’ y el rayo, su arma principal. Diosa virgen, recibía el nombre de Parthenos (‘la virgen’). En agradecimiento a que Atenea les había regalado el olivo, el pueblo ateniense levantó templos a la diosa, el más importante era el Partenón, situado en la Acrópolis de Atenas.
A Atenea se la conoce como la diosa guerreras armada con una lanza y la égida —coraza de piel de cabra—, sin embargo no le agradan las batallas como a su hermano Ares, porque siempre valoró muchísimo más la inteligencia y la prudencia que la violencia. Por lo tanto es promotora de la conciliación de los pleitos a través de medios pacíficos.
Afrodita
Afrodita, en la mitología griega, diosa del amor y la belleza. La diosa del amor griega, a quien se conoce en la
Mitología latina con el nombre de Venus. Casi todas las culturas antiguas encontraron una personificación para el Amor y la Belleza. En la Iliada de Homero aparece como la hija de Zeus y Dione y otras leyendas posteriores la identifican como hija de Urano, nacida luego de que Crono cercenara sus órganos sexuales y los arrojara al mar.
La diosa que se dio a conocer emergiendo a través dé las olas del mar, era tan hermosa que todos los habitantes del mar se reunieron para admirarla. Cuando, la diosa vio la luz del sol por primera vez, montada en un carro hecho con una concha de mar, todos los seres comenzaron a disfrutar de la belleza, la alegría y el amor con verdadera plenitud. Afrodita fue conducida desde el mar por los Céfiros primero hasta la costa de Citera, y luego a la isla de Chipre. Allí bajó del carro completamente desnuda, se escurrió su larga cabellera y el agua al caer sobre la arena se transformó en bellísimos caracoles. En Cnosos se levantó un santuario en su honor y el piso estaba completamente recubierto de corales, piedras preciosas y conchas marinas.
Afrodita es la mujer de Hefesto, el feo y cojo dios del fuego. Entre sus amantes figura Ares, dios de la guerra, que en la mitología posterior aparece como su marido. Ella era la rival de Perséfone, reina del mundo subterráneo, por el amor del hermoso joven griego Adonis.
La noticia del nacimiento de la criatura más hermosa que pisó alguna vez la tierra y fue acariciada por las olas del mar, se divulgó rápidamente en el Olimpo. Las cualidades de la diosa se comentaron entre todos los Olímpicos y, como consecuencia todas las divinidades masculinas ardiendo de deseo y las femeninas, incrédulas y curiosas a la vez, quisieron conocer a esta belleza sin par. Antes de ser presentada ante los inmortales, las Horas, colocaron en la cabeza de Afrodita una guirnalda de flores eternas y acompañaron por los aires a la diosa, que se presentó en el Olimpo. Naturalmente Afrodita superó las expectativas masculinas y levantó una corriente de celos entre las demás diosas.
Tal vez la leyenda más famosa sobre Afrodita está relacionada con la guerra de Troya. Eris, la diosa de la discordia, la única diosa no invitada a la boda del rey Peleo y de la nereida Tetis, arrojó resentida a la sala del banquete una manzana de oro destinada “a la más hermosa”. Cuando Zeus se negó a elegir entre Hera, Atenea y Afrodita, las tres diosas que aspiraban a la manzana, ellas le pidieron a Paris, príncipe de Troya, que diese su fallo. Todas intentaron sobornarlo: Hera le ofreció ser un poderoso gobernante; Atenea, que alcanzaría una gran fama militar, y Afrodita, que obtendría a la mujer más hermosa del mundo. Paris seleccionó a Afrodita como la más bella, y como recompensa eligió a Helena de Troya, la mujer del rey griego Menelao. El rapto de Helena por Paris condujo a la guerra de Troya. Corresponde a Venus la diosa romana en la mitología latina.
Hades
Hades, en la mitología griega, dios de los muertos. Era hijo del titán Cronos y de la titánide Rea y hermano de Zeus y Poseidón. Cuando los tres hermanos se repartieron el universo después de haber derrocado a su padre, Cronos, a Hades le fue concedido el mundo subterráneo. Allí, con su reina, Perséfone, a quien había raptado en el mundo superior, rigió el reino de los muertos. Aunque era un dios feroz y despiadado, al que no aplacaba ni plegaria ni sacrificio, no era maligno. En la mitología romana, se le conocía también como Plutón, señor de los ricos, porque se creía que tanto las cosechas como los metales preciosos provenían de su reino bajo la tierra.
El mundo subterráneo suele ser llamado Hades. Estaba dividido en dos regiones: Erebo, donde los muertos entran en cuanto mueren, y Tártaro, la región más profunda, donde se había encerrado a los titanes. Era un lugar oscuro y funesto, habitado por formas y sombras incorpóreas y custodiado por Cerbero, el perro de tres cabezas y cola de dragón. Siniestros ríos separaban el mundo subterráneo del mundo superior, y el anciano barquero Caronte conducía a las almas de los muertos a través de estas aguas. En alguna parte, en medio de la oscuridad del mundo inferior, estaba situado el palacio de Hades. Se representaba como un sitio de muchas puertas, oscuro y tenebroso, repleto de espectros, situado en medio de campos sombríos y de un paisaje aterrador. En posteriores leyendas se describe el mundo subterráneo como el lugar donde los buenos son recompensados y los malos castigados.