Las previsiones económicas para 2009 tocan fondo
Por Cristina de la Sota en Cinco Días
La previsión económica para 2009 es desalentadora. La recesión en los países desarrollados ya está en marcha; sólo queda averiguar la profundidad y duración de la misma. La velocidad del deterioro alimenta el pesimismo y agrava la crisis de confianza de empresas, inversores y consumidores, generando así un círculo vicioso que puede más que las bajadas e tipos. Los más pesimistas no ven el fondo, pero queda una esperanza. Si las medidas de emergencia implementadas funcionan, las economías podrían empezar a reflotar en la segunda mitad de 2009. Un entorno que deja los mercados en una de las situaciones más delicadas en díécadas.
El sector financiero, motor de cualquier economía, sigue recuperándose pero hasta que el críédito no vuelva a fluir con normalidad por el sistema, las expectativas de recuperación quedan paralizadas. 'Los fuertes descensos del consumo privado y de la actividad inversora llevarán a EE UU a una recesión más profunda y prolongada que las dos anteriores, en 1990-91 y 2001', comenta UBS.
Las previsiones más pesimistas barajan hasta cinco trimestres consecutivos de crecimiento negativo en EE UU, al tiempo que las opiniones mayoritarias hablan de una recuperación gradual y no rápida como las vividas en episodios recesivos anteriores una vez mejore la situación. Y es que el daño que supuso la quiebra de Lehman Brothers en la economía real ha sido muy grave y aún está por ver su alcance final. Lo evidente es que desde septiembre el desempleo se ha disparado -sólo en noviembre se perdieron 533.000 empleos, la cifra más alta en 34 años-, mientras que la producción industrial y la confianza de los consumidores se ha desplomado en EE UU.
Al mismo tiempo, las exportaciones, el balón de oxígeno de la economía estadounidense en los últimos meses, tambiíén están convalecientes por la menor demanda de los países emergentes. 'Los pedidos han caído mucho y por ahora no hay apoyo de las exportaciones para EE UU. Y lo peor de todo es que el mercado inmobiliario no ha mejorado y su estabilización es clave para la vuelta a la normalidad', dice Anton Brender, economista jefe de Dexia AM.
Un escenario deprimente que deja las esperanzas de mejora puestas en la efectividad de los planes de rescate. La buena noticia es que tanto la Reserva Federal como el gobierno de EE UU han actuado con contundencia y agilidad e incluso han sido capaces de reconocer sus errores para asegurar su íéxito. Ante las dudas sobre la efectividad del plan inicial de comprar activos tóxicos, el famoso TARP, las últimas decisiones encaminadas a destinar 600.000 millones de dólares directamente a activos hipotecarios y otros 200.000 millones a críédito al consumo con el objetivo de bajar los tipos de interíés y acelerar la disposición de críédito en el sistema son medidas aplaudidas entre los expertos.
Pese a todo, el horizonte sigue siendo complejo, los planes hasta la fecha son sólo eso, planes, y aún queda lo más difícil, su implementación. Por ello, incluso si funcionan tardarán en surtir efecto y entretanto la economía corre el riesgo de contraerse demasiado y entrar en una espiral inflacionista.
De ahí, las voces que han surgido, incluyendo el G-20, a favor de la implementación de políticas fiscales agresivas que ayuden a ganar tiempo y permitan recuperar el crecimiento. El problema es que si fracasan el suelo económico es difícil de predecir. Al menos, la caída del precio del petróleo y otras materias primas facilita la labor de la Reserva Federal y permite mantener una política de relajación monetaria.
En Europa la situación no es mucho más esperanzadora. La envergadura de la desaceleración depende de la situación inmobiliaria de cada de país y de la salud de su sistema bancario. España es uno de los países más vulnerables y se espera que la debilidad económica se prolongue al menos dos años más.
La subida de tipos aprobada por el BCE en verano tuvo efectos nefastos al disparar la cotización del euro y frenar ventaja competitiva de la región. Ahora, la brusca caída reciente de la divisa es una de las pocas noticias positivas, lo malo es que la fuerte caída de la demanda de exportaciones juega en contra. La inflación es otro alivio que puede facilitar la recuperación del consumo pero más medidas son necesarias. La región necesita un estímulo fiscal potente y el sistema financiero requiere la implementación de actuaciones más agresivas que garanticen su saneamiento. En definitiva, tiempos difíciles para los inversores.
Claves. Algunas ideas de inversión
Bolsa. Apostar por los defensivos
Pocas firmas se atreven a predecir si las Bolsas podrán rebotar en 2009. Lo único que parece claro es que los beneficios empresariales seguirán descendiendo. Para algunos los precios del mercado ya reflejan el peor de los escenarios posibles pero no todos lo tienen claro. Las recomendaciones más repetidas son las de apostar por los sectores más defensivos como la salud, los bienes de consumo, elíéctricas y telecomunicaciones, mientras que la banca sigue sin convencer.
Divisas. Riesgos para el dólar y el yen
La fuerte apreciación del dólar y del yen este ejercicio obedece en buena medida a la aversión al riesgo, así como a los reembolsos de críéditos pendientes denominados en yenes. Threadneedle considera que tanto el yen como el dólar seguirán fuertes en 2009. Sin embargo, hay algunas firmas que piensan que a medida que se restablezca la liquidez en los mercados y los diferenciales de tipos vuelvan a mandar ambas monedas se verán afectadas y el euro tiene papeletas de rebotar.
Deuda estatal. Favorecida por la bajada de tipos
Es una de las apuestas más repetidas en los informes de estrategia 2009 pese a su elevada valoración. Fidelity, por ejemplo, comenta que el ciclo económico que se avecina, un entorno de actividad díébil y de disminución de la inflación, suelo ser más favorable para la renta fija que para la renta variable y los activos monetarios. Por ello, no se descarta que sea una opción atractiva el próximo año a medida que los bancos centrales continúen recortando los tipos de interíés.
Deuda empresarial. Rentabilidades elevadas
Las elevadas rentabilidades que ofrece la inversión en bonos empresariales hace que este activo sea uno de los más recomendados de cara a 2009. La clave para los expertos es elegir aquellas empresas con bajas probabilidades de impago. El riesgo existe pero para muchos, las elevadas rentabilidades actuales lo compensan. Muchos expertos piensan que una vez remita la aversión al riesgo estos activos serán de los primeros en recibir flujos de inversión, mucho antes que la Bolsa.
Emergentes. Una opción vulnerable
La elevada aversión al riesgo que existe en el momento actual hace que la mayoría de firmas de análisis piense que los mercados desarrollados se comportarán mejor que los emergentes el próximo ejercicio. Para UBS estos mercados cotizan con un descuento considerable respecto a la renta variable mundial, comparado con su prima del 15% de hace un año. Sin embargo, consideran que no es suficiente ya que el riesgo para los beneficios no está reflejado en las previsiones.
Ventajas y riesgos
La caída del petróleo y los efectos deflacionistas de la crisis deberían ayudarán a situar la inflación en el entorno del 1,6% en Europa en 2009, según UBS.
Un mayor ahorro en EE UU frenaría los efectos de los recortes fiscales y agravaría la recesión. Se calcula que un tercio de las ayudas fiscales de principios de año se gastaron.