Bankia quiere salir a bolsa limpia de polvo y paja. Para ello, la entidad resultante de la fusión entre Caja Madrid, Bancaja y otras cinco pequeñas entidades constituirá un banco malo en el que se depositarán la mayoría de los activos problemáticos. El grupo dirigido por Rodrigo Rato ha propuesto al Banco de España que el FROB, que le inyectó 4.465 millones en 2010, se convierta en acreedor de ese cajón desastre en vez de entrar en la sociedad holding.
La institución que dirige Miguel íngel Fernández Ordóñez deberá decidir antes del 14 de abril si el plan estratíégico de recapitalización presentado por Bankia es adecuado. Ese plan incluye la segregación de los activos dañados, que quedarían englobados en un banco malo. El modelo es similar al que ha anunciado La Caixa, pero con la salvedad de que la entidad participada en su mayoría por Caja Madrid ha recibido la mayor ayuda pública de todo el sistema financiero hasta la fecha.
La propuesta de Rato es que el Ministerio de Economía, gestor del Fondo de Reestructuración Bancaria (FROB), sea acreedor de ese banco malo, que será el que tendrá que pagar los intereses del 7,75% que acompañan al príéstamo concedido por el Tesoro. Además, será el que, pasados los cinco años del plazo estipulado, deberá devolver el dinero al Gobierno, que cobrará otros 100 puntos básicos adicionales si se solicitara una prórroga del vencimiento de dos años.
De esta manera, Bankia saldrá a bolsa con una cuenta de resultados mucho más atractiva para los futuros inversores que suscriban la Oferta Pública de Venta (OPV). Especialmente para los inversores institucionales, que están siendo muy exigentes en el análisis de las cuentas de las cajas que han sondeado para una tomar de participación. Al ofrecerle un balance más saneado, los accionistas actuales –Caja Madrid, Bancaja, Caja Insular de Canarias, Caja ívila, Caja Segovia y Caja La Rioja- del que ya es el tercer banco de España por activos podrían conseguir un mejor precio de colocación.
Diferencias en la valoración
Fuentes financieras reiteran que los grandes fondos no van a pagar más de 0,5 o 0,6 veces el valor en libros de Bankia, que asciende a 10.700 millones de euros. Esto significa que la capitalización de la entidad oscilaría entre los 5.350 y los 6.400 millones. Una horquilla con la que no está de acuerdo la cúpula directiva de Caja Madrid, que considera que esa cifra supondría malvender el banco.
Un experto en fusiones y adquisiciones, con más de 25 años en el sector financiero, explica que no hay ningún gran fondo de private equity o de inversión que estíé dispuesto a entrar en ninguna caja salvo a precios de derribo. “Están interesado en comprar activos problemáticos o en suscribir algún bono subordinado convertible a futuroâ€, añade tras verse en los últimos meses con inversores como Cerberus, Fidelity, Blackstone o Apollo.
Por otra parte, Caja Madrid cerró ayer con íéxito una emisión de 1.250 millones de bonos ‘senior’ con el aval del Estado y un cupón del 5,25%. La demanda de títulos ascendió a 1.492 millones de euros. Los institucionales extranjeros, coparon el 68% de la oferta, frente al 32% restante que se colocó entre inversores nacionales.
Por regiones, el mayor interíés internacional se concentró en Reino Unido, con el 32,2% de la demanda, seguido de Francia (11,5%), Alemania (7,4%) y Noruega (6%). Por tipo de inversor, la adjudicación de la emisión tambiíén ha estado muy diversificada, ya que el 64,4% de los títulos ha sido colocado entre bancos, un 29,5% entre gestoras de fondos, un 4,5% entre aseguradoras y un 1,6% en fondos de pensiones. La emisión permite a Caja Madrid reforzar aún más su balance y se produce siete días despuíés de haber colocado 750 millones de euros en cíédulas hipotecarias.