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Autor Tema: URI GELLER FUE RECLUTADO POR LA CIA PARA RESOLVER EL ASESINATO DE JFK  (Leído 399 veces)

Scientia

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URI GELLER FUE RECLUTADO POR LA CIA PARA RESOLVER EL ASESINATO DE JFK


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El psíquico israelí Uri Geller no sólo dobló cucharas en los platós de televisión. Fue reclutado por la CIA para seguir los pasos de Lee Harvey Oswald en México y contó sus descubrimientos a la viuda de JFK.


Tras la desclasificación de más de 3100 dossiers secretos sobre el asesinato del presidente de los Estados Unidos John F. Kennedy, el psíquico israelí Uri Geller publicó un inquietante mensaje en su página de Facebook: “Ahora podré contar toda la verdad sobre mi colaboración con la Agencia Central de Inteligencia y con la participación de la mismísima Jackie Kennedy”.

Según una entrevista telefónica al  periodista Gerardo Granda, del diario La Razón; «estuve realizando encargos para el Mossad israelí entre 1969 y 1971 aquí en Israel, ellos no sabían cómo hacía estos encargos y conseguía esta información». A consecuencia de estos trabajos de "espionaje psíquico", el servicio de inteligencia israelí decide entonces ponerse en contacto con la CIA para intentar descubrir juntos datos objetivos de su psiquismo a través de test científicos. Así nace su colaboración en el Project Center Lane o Stargate que pretendía el uso de fenómenos psicoenergéticos en el campo de la inteligencia militar.

En ese contexto, el psíquico viajará en 1972 a Palo Alto, California para participar en los experimentos de los que tuvimos noticia a principios de 2017 cuando la CIA desclasificó cerca de un millón de documentos para probar la aparente percepción extrasensorial de Geller.

Entre las misiones que no trascendieron entonces figura  la de espiar psíquicamente la embajada rusa en Ciudad de México.

A esta labor se encomendó en 1973. Fue allí donde su contacto en México le sugierió: «También queremos saber qué hizo Lee Harvey Oswald aquí, con quién se encuentra y qué tipo de documentos obtiene». Los contactos de Oswald con agentes del KGB y diplomáticos cubanos en la capital mexicana han inspirado todo tipo de teorías conspirativas pero había pasado más de una década del magnicidio de JFK por lo que Geller confiesa su estupor pero, para hacerlo más oficial, «me presentan al presidente del país, que en aquel momento era López Portillo, y me hace agente secreto dependiente del Tesoro mexicano, me dan un permiso de armas y me entregan un Colt 45, cromado en plata y oro con el escudo del país en la culata».

De este modo el psíquico israelí podrá entrar en los sitios que necesita para averiguar todo lo que su contacto de la CIA le ha pedido sobre Oswald, y como él mismo relata, «lo que encuentro es sorprendente». Asegura a La Razón que en su opinión no están involucrados «ni la CIA, ni el FBI ni el presidente Lyndon B. Johnson», aunque muchas teorías de la conspiración apunten a éstos, a Hubert e incluso a la mafia. «Yo encontré información distinta y esa es la que le entregué a la CIA y ese es el final de la historia» que a partir de este punto da por terminada la entrevista.

Su relación con el asesinato de JFK no acabaría aquí. Por avatares del destino, en Nueva York establecerá contacto con  el doctor Andrija Puharich, gran admirador de Nikola Tesla, que consiguió más de 30 patentes en el ámbito de su especialidad médica: la otorrinolaringología. Este hombre único, de mente creativa, fértil e inquisitiva, estaba escribiendo un libro sobre Geller titulado “Uri”» para la editorial Doubleday que, a sazón, contaba entre sus empleados con la viuda del presidente Kennedy. Casualidad es que, además, fuera Jackie la encargada de leer el manuscrito de Puharich y es entonces cuando muestra interés en conocer Geller. «Fui a su apartamento y a ella le dije la verdad sobre lo que averigüé en México, y después mantuve el contacto con ella bastante tiempo y fui a su apartamento varias veces» asegura, y aunque no puede facilitárnoslas por estar guardadas a buen recaudo para su museo, «conservo cartas suyas».

Geller dice que se llevará el secreto a la tumba pero su participación abre nuevos interrogantes sobre el magnidicio de JFK.