Por... Alexander C. R. Hammond
Alexander C. R. Hammond dice que el plan maestro del villano Thanos en la última película de los Avengers se debe a preocupaciones acerca de la sobrepoblación del mundo muy similares a aquellas de muchos ambientalistas en el mundo real.
Luego de romper los records de taquilla a fines de abril, Avengers: Infinity War es la película más importante en Hollywood. La película coloca a un grupo de súper héroes en contra de un super villano semi-dios llamado Thanos. ¿Cuál era el plan maestro de Thanos? Matar a la mitad del universo por miedo a que haya demasiada gente y muy pocos recursos. Eso podría sonar como un plan demente que solo podría provenir de un verdaderamente malvado super villano en un libro de cómics. Pero no está muy lejos de las preocupaciones de los ambientalistas en el mundo real, quienes han difundido miedos mal concebidos acerca de los peligros de la sobrepoblación.
Avengers: Infinity Wars es la culminación de 18 películas anteriores y de 10 años de trabajo de Marvel Studios. La película gira en torno a docenas de héroes uniendo esfuerzos para prevenir que Thanos, el último antagonista del Mundo Cinemático de Marvel (MCU, por sus siglas en inglés), de obtener todas las seis “piedras de la infinidad”. Si Thanos logra poseer estas piedras, podrá lograr su objetivo final: destruir “la mitad de todo el universo”.
Thanos cree que hay recursos finitos en el universo —una idea adecuadamente desinformada, considerando que el universo es infinito. Por lo tanto, si el crecimiento poblacional no se controla, la creciente demanda de recursos inevitablemente llevará a la ruina a todos. Reducir a la mitad la población del universo es, en la mente de Thanos, “no un sufrimiento, sino la salvación”, dado que tiene la finalidad de evitar la hambruna y la pobreza. La premisa está mal concebida, pero es sorprendente cuánta gente aquí en la tierra está de acuerdo con ésta.
Las preocupaciones de Thanos son idénticas a aquellas del profesor de Stanford Paul Ehrlich, cuyo influyente libro bestseller de 1968 La bomba poblacional predijo que el crecimiento poblacional veloz resultaría en que la demanda de los recursos finitos de la tierra acabe superando la oferta, derivando en un colapso de la sociedad. Hasta la actualidad, Ehrlich continúa realizando predicciones del fin del mundo, y hasta hoy la realidad continúa demostrando que está equivocado.
Solo el mes pasado, Ehrlich dijo que el “colapso de la civilización es casi una certeza que se dará dentro de décadas”. En una entrevista de 1979, Ehrlich predijo que “en algún momento durante los próximos 15 años, el fin llegará—y por ‘el fin’ me refiero a un colapso total de la capacidad del planeta de mantener a la humanidad”. Lo más divertido, conforme escrito este artículo en un pequeño café en el centro de Londres, es su afirmación de 1969 de que él “apostaría que Inglaterra no existiría para el año 2000”.
Menos divertidas son las políticas de la vida real que han sido implementadas debido a las predicciones fatalistas de Ehrlich. Ciertamente, ninguna política ha llegado al extremo del plan de Thanos de matar directamente a la mitad de la población, pero como Chelsea Follett ha señalado, “La jeremiada de Ehrlich condujo a abusos de derechos humanos alrededor del mundo, incluyendo a los millones de esterilizaciones forzadas en México, Bolivia, Perú, Indonesia, Bangladesh e India —así como también a la política draconiana de 'un solo hijo' en China. En 1975, funcionarios públicos esterilizaron a 8 millones de hombres y mujeres solo en India...Para poner eso en perspectiva, la Alemania de Hitler esterilizó entre 300.000 y 400.000 personas”.
Desde que Ehrlich escribió La bomba poblacional en 1968, la población del mundo se ha más que duplicado, desde 3.500 millones hasta llegar a 7.500 millones. Desde 1968, las hambrunas han prácticamente desaparecido fuera de las zonas de guerra, y el consumo diario de calorías per cápita ha aumentado en más de 30 por ciento. En Asia, la región que consumía la menor cantidad de calorías y tenía la población que crecía más rápido en 1968, la ingesta calórica ha aumentado en un 40 por ciento, más rápido que el promedio global. Desde 1990, el número total de personas con hambre en el mundo ha disminuido en 216 millones, a pesar del hecho de que la población creció en más de 1.900 millones.
Algunos dirán que estas tendencias felices no abordan el argumento principal de Thanos y Ehrlich: el progreso debe detenerse eventualmente, dado que eventualmente nos quedaremos sin recursos. Ausente en esta conversación acerca del agotamiento de los recursos está una consideración crucial: el ingenio humano.
El economista de la Universidad de Maryland Julian Simon señaló en su libro de 1981 que el cerebro humano es el “recurso más importante”. Los humanos pueden innovar hasta aliviarse de una escasez volviéndose más eficientes, aumentando la oferta, y desarrollando sustitutos.
Las nuevas tecnologías y los métodos agrícolas mejorados han conducido a la humanidad a usar menos tierra, mientras que produce más alimentos, que luego son vendidos a un precio más bajo. En 2013, el mundo utilizó 26 millones menos de hectáreas de tierra agrícola que lo que utilizó al comienzo de este milenio. Considere los cereales como ejemplo: una hectárea hoy tiene en promedio un rendimiento 118 por ciento superior al que tenía hace 50 años. Si todos los agricultores pudieran alcanzar la productividad del agricultor estadounidense promedio, el mundo podría devolver a la naturaleza una masa de tierra equivalente al tamaño de la India.
Sobre los recursos finitos de los que depende nuestro mundo moderno, considere los combustibles fósiles. Gracias a las tecnologías mejoradas de detección y perforación, ahora hay muchas más reservas de petróleo y gas que nunca antes. Desde 1980, las reservas confirmadas de petróleo han aumentado en más de un 151 por ciento; para el gas esta cifra es de 163 por ciento. Para poner estos datos en perspectiva, en 2015 utilizamos 34.000 millones barriles de petróleo crudo, mientras que descubrimos otros 53.200 millones de barriles cada año entre 2010 y 2015.
Estamos resolviendo los problemas de hambre, pobreza, analfabetismo, enfermedades, mortalidad infantil, producción de alimentos, y mucho más a una velocidad sin precedente. Y en lugar de volverse más escasos, los recursos naturales de hecho están experimentando una caída en su precio.
Cuando vea Avengers: Infinity Wars disfrute la que se espera que sea la mejor película de todos los tiempos. Pero recuerde: la legitimidad de los miedos acerca de la sobrepoblación de Thanos es tan ficticia como el mismo personaje. La humanidad continúa prosperando.
