Treinta años de reformas económicas conmocionaron a la sociedad y la psiquis de los habitantes de China, que actualmente presenta una de las tasas de suicidios más altas del mundo.
Las rápidas y radicales mutaciones desencadenadas por la apertura económica sacudieron las bases de la sociedad y dinamitaron las estructuras tradicionales de las familias y los clanes. Eso colocó las relaciones sociales bajo tensión y sometió a los individuos a un gran estríés.
300 000 suicidios
se registran en China cada año. Hay uno dos o suicidios por minuto, dicen los expertos.La tradición multimilenaria china se convirtió en una cultura del lucro, destacan los psiquiatras. La desenfrenada carrera para ganar dinero provocó un incremento del individualismo y de la competencia. Así como fuertes presiones en el trabajo o sobre el hijo -único- cuyos padres le exigen tener íéxito.
En un país donde tres y hasta cuatro generaciones viven bajo un mismo techo, el vínculo familiar está desmembrado. Los ancianos son abandonados, algo inconcebible anteriormente, mientras que millones de padres rurales dejan a sus hijos para ir a trabajar en las grandes ciudades, donde se sienten desarraigados.
A pesar de las formidables posibilidades nuevas de educación, de viajes, de distracciones y del ascenso social, el angustioso sentimiento de precariedad aumentó en muchos chinos.
Con 250 000 a 300 000 suicidios anuales, según los expertos, o sea uno cada dos minutos, China representa la cuarta parte de los suicidios en el mundo, con aproximadamente la sexta parte de la población.
Además, es aparentemente el único país, donde las mujeres se suicidan más que los hombres (58%). Ellas están mucho más expuestas en el campo. Cuando no soportan más, tragan pesticidas.
“La gente se ha vuelto más frágil, sobre todo los grupos desfavorecidos y la íéliteâ€, explica Zhang Chun, director de la red de ayuda contra el suicidio de Nankín.
Agrega que la apertura, los rápidos cambios sociales y las contradicciones entre los valores tradicionales y modernos hicieron que la gente pierda su equilibrio.