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Estados Unidos cierra el periodo de comentarios públicos sobre tarifas propuestas por el Gobierno a productos chinos valorados en 200 mil millones de dólares anuales, tras lo cual esos aranceles podrían entrar pronto en vigor.
La cadena CNN reportó ayer que los gravámenes pueden comenzar a aplicarse tan pronto como mañana, e indicó que no está claro si serían del 10 o el 25 por ciento, aunque el representante comercial norteamericano, Robert Lighthizer, dijo el mes pasado que el presidente Donald Trump se inclinaba por la segunda cifra.
Tanto las empresas como el público en general tienen hasta este jueves para enviar sus criterios sobre la amplia lista de mercancías que serían golpeadas con los nuevos impuestos, la cual abarca materiales químicos y de construcción, textiles, herramientas y equipos electrónicos, entre otros.
La semana pasada la agencia Bloomberg citó a seis personas familiarizadas con el tema según las cuales el mandatario republicano desea poner en marcha las tarifas justo después de que venza hoy el plazo de comentarios.
De entrar en vigor, sería la mayor ronda de aranceles de la administración Trump sobre las importaciones chinas, luego de los gravámenes del 25 por ciento que impuso en julio sobre productos valorados en 34 mil millones de dólares anuales, y en agosto sobre otros por 16 mil millones.
El gigante asiático, que respondió a cada una de esas acciones con medidas recíprocas, también ha recibido el impacto de las tarifas a las importaciones al acero y aluminio que el presidente aprobó contra muchas naciones.
China es el mayor socio comercial de Washington, pues el año pasado llegaron desde allí bienes valorados en 506 mil millones de dólares, y el jefe de la Casa Blanca varias veces ha criticado el déficit comercial con ese país, que compra a Estados Unidos productos por unos 130 mil millones de dólares.
Para justificar los aranceles, el mandatario indica que están destinados a castigar a China por lo que su administración dice que son prácticas desleales, como el robo de propiedad intelectual, algo que Beijing rechaza mientras acusa al territorio norteamericano de abuso comercial.
Bloomberg estimó ayer que el conflicto entre las dos mayores economías del mundo está a punto de encarecer docenas de artículos del hogar para los consumidores estadounidenses, desde refrigeradores y congeladores hasta cubiertos y toallas, mientras los chinos parecen preparados para escapar de gran parte del impacto.
El Gobierno del gigante asiático prometió como represalia imponer aranceles sobre bienes norteamericanos por 60 mil millones de dólares, pero el hecho de que esa nación importa mucho menos desde Estados Unidos 'significa que el mercado de consumo más grande del mundo estará en gran parte protegido de la disputa'.
