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Autor Tema: Un curioso míétodo de salvar el capitalismo:  (Leído 601 veces)

OCIN

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Un curioso míétodo de salvar el capitalismo:
« en: Diciembre 23, 2008, 07:26:23 pm »
Lo que es bueno para General Motors puede no ser bueno para la economí­a global a la larga. El rescate de US$13.400 millones de GM y Chrysler por parte del Gobierno del presidente George W. Bush es el último detalle de un año en el que los Gobiernos del mundo aumentaron su papel en la economí­a y los mercados despuíés de treinta años de retiro en tal sentido.

Por Simon Kennedy, Matthew Benjamin y Rich Miller

La intervención se produce a lo que puede resultar un precio muy alto. Es posible que las futuras inversiones se asignen de forma menos eficiente si las decisiones financieras las toman polí­ticos reacios a correr riesgos. Cuando los bancos decidan volver a prestar, es probable que se topen con nuevos requisitos en materia de encaje que reducen la libertad con que pueden hacerlo. Puede que las tasas de interíés suban debido a los empríéstitos tomados por el Gobierno para financiar rescates financieros de billones de dólares.

“Estamos en presencia de una economí­a mundial más estatista”, dice Ken Rogoff, ex economista jefe del Fondo Monetario Internacional y ahora profesor de la Universidad de Harvard en Cambridge, Massachusetts. “Eso no es bueno para el crecimiento a largo plazo”.

Tampoco es bueno para las bolsas, dice Paola Sapienza, profesora asociada de Finanzas de Northwestern University. Un crecimiento económico más lento significa menores ganancias. Las bolsas tambiíén pueden verse afectadas como consecuencia de la incertidumbre de los inversores respecto del alcance de la intervención gubernamental en el sector empresarial y el tiempo que esta durará.

“Si las reglas del juego cambian, la gente se muestra renuente a invertir en el mercado bursátil”, dice Sapienza.

Caí­das sin precedentes

El mercado de bonos tambiíén se verá afectado al tener que absorber aumentos cada vez mayores de deuda gubernamental. Si bien los rendimientos de los tí­tulos del Tesoro cayeron a un nivel ríécord la semana pasada, terminarán “por experimentar un alza muy importante” debido a la presión de una oferta adicional, dice E. Craig Coats, codirector de renta fija de Keefe, Bruyett & Woods Inc. en Nueva York.

El aumento del papel gubernamental en la economí­a es asombroso. Los Estados Unidos parecen encaminarse a acumular un díéficit presupuestario de por lo menos US$1 billón este año fiscal, mientas que la Reserva Federal ya incrementó su balance US$1,4 billones desde el pasado diciembre. Como medida de comparación, el producto interno bruto de los Estados Unidos fue de US$13,8 billones el año pasado.

Revertir la intervención puede que no sea fácil, dice Sapienza, que estudia el efecto de la propiedad gubernamental en el críédito bancario. Cuando Italia nacionalizó los bancos en 1933, “quienes diseñaron el sistema lo hicieron con la idea de que fuera temporario”, dice. “Se mantuvo hasta fines de la díécada de 1990”.

Los inversores apuestan

Los inversores que tratan de tomar decisiones sobre dónde colocar su dinero ya “apuestan a lo que consideran que hará el Gobierno, no a lo que piensan sobre una compañí­a”, dice Sapienza. “Por eso hay tanta volatilidad”.

Las acciones de GM cayeron un 37 por ciento el 12 de diciembre, luego de que el Senado de los Estados Unidos rechazó un proyecto de príéstamos de emergencia. Las acciones se recuperaron una vez que el presidente Bush dijo que su Gobierno examinarí­a la posibilidad de financiar un rescate con fondos que ya se habí­an asignado a rescates bancarios. Subieron despuíés un 23 por ciento el 19 de diciembre, cuando Bush anunció los príéstamos de emergencia.

El rescate de la industria automovilí­stica es tan solo el último en un año extraordinario de intervenciones en el mercado que han redefinido el capitalismo. El Gobierno estadounidense habí­a tomado antes el control de las entidades de críédito hipotecario Fannie Mae y Freddie Mac, así­ como de la compañí­a de seguros American International Group Inc., además de concretar una participación en los bancos más grandes del paí­s.

´Un mal necesario´

El activismo gubernamental se convirtió en un “mal necesario” para sacar a la economí­a global de la recesión, dice Marco Annunziata, economista jefe de UniCredit MIB en Londres. Hasta Bush, que llegó a la presidencia de los Estados Unidos impulsando una reducción del papel del Gobierno, está de acuerdo. La semana pasada declaró a CNN que habí­a “abandonado los principios de la libertad de mercado para salvar el sistema de la libertad de mercado.”

Las autoridades en otros paí­ses tambiíén extendieron su alcance. Gran Bretaña nacionalizó las entidades de críédito hipotecario Northern Rock Plc y Bradford & Bingley Plc. El presidente francíés Nicolas Sarkozy creó un fondo de 6.000 millones de euros (US$8.700 millones) para invertir en firmas “estratíégicas”, y la semana pasada la Comisión europea flexibilizó las normas para la ayuda estatal a las empresas.

Sin críédito

La mayor participación del Estado hará que las empresas se muestren menos dispuestas a invertir capital de formas que alienten el crecimiento y la rentabilidad, dice Eric Chaney, economista jefe de AXA SA en Parí­s y ex funcionario del Ministerio de Finanzas francíés. Los fabricantes de automóviles pueden mostrarse más lentos en lo relativo a innovar o a reducir costos, y los financistas pueden mostrarse poco dispuestos a dar críédito a los empresarios.

“Correr riesgos y aceptar las consecuencias es tarea de las empresas, no de los Gobiernos”, dice Chaney.
La historia de la ayuda pública a los fabricantes de automóviles pone de manifiesto la amenaza, dice Stuart Pearson, analista de Credit Suisse Group en Londres.

Si bien el rescate estadounidense de Chrysler en 1979 le dio al entonces máximo responsable ejecutivo Lee Iacocca tiempo para dinamizar la empresa y restablecer la rentabilidad, tambiíén sostuvo una industria automovilí­stica de dimensiones exageradas, lo que dio lugar a los problemas actuales del sector, dice Pearson. El rescate de British Leyland Corp. en 1975 terminó por costarles a los contribuyentes británicos 11.000 millones de libras (US$16.800 millones) y no pudo evitar que su sucesora, MG Rover Group Ltd. quebrara 20 años despuíés.

Ayuda, estorbo

“La ayuda gubernamental solo ha sido un estorbo para que la industria automovilí­stica mejorara su economí­a”, dice Pearson.
En 1953, durante el auge del sector, el máximo responsable ejecutivo de GM Charles Wilson dijo: “Durante años pensíé que lo que era bueno para el paí­s tambiíén lo era para General Motors y viceversa”. Si la importancia de los fabricantes de automóviles ha declinado, tambiíén --hasta hace poco-- lo habí­a hecho la del Gobierno.

Hace apenas 12 años, el presidente estadounidense Bill Clinton dijo que “la era del Gobierno grande terminó”. Sarkozy ganó las elecciones el año pasado prometiendo una “ruptura” con la historia de abundante regulación de Francia. En la actualidad, el presidente francíés cambió de discurso. “El laissez-faire se terminó”, dijo.

El papel del Gobierno

Hasta hace poco, “los inversores podí­an, en tíérminos generales, pasar por alto el papel del Gobierno cuando pensaban en los mercados”, dice Alex Patelis, principal economista internacional de Merill Lynch & Co. en Londres. “Ese perí­odo llegó a su fin”.

La regulación ha tenido un regreso triunfante en momentos en que las autoridades tratan de evitar una repetición de la crisis financiera. Los gobernantes del Grupo de los 20 elaboran un plan para exigir a los bancos que mantengan un elevado nivel de capital y que sean más transparentes.

Eso sin duda equivale a un menor “lí­mite de velocidad para el crecimiento“ dado que los bancos tienen menos efectivo disponible para prestar e invertir, dice Mohamed el-Erian, cojefe ejecutivo de Pacific Investment Management Co., de Newport Beach, California.

Los rescates y los planes de estí­mulo económico tambiíén aumentan los empríéstitos del Gobierno. Economistas de JPMorgan Chase & Co. estiman que el díéficit presupuestario de las economí­as en ví­as de desarrollo se duplicará o más el año próximo y llegará al 6,3 por ciento del producto interno bruto.

Más impuestos

Si bien el aumento del díéficit puede ser necesario en este momento, podrí­a causar problemas si deriva en un encarecimiento del críédito o lleva a los consumidores a ahorrar más previendo que una mayor contracción en la actualidad puede significar un aumento de impuestos más adelante.

“Terminaremos la crisis financiera con una crisis fiscal”, dice Vito Tanzi, ex director de asuntos fiscales del FMI. “Vamos a terminar con una deuda pública muy alta y con un gasto público muy abultado. Eso sin duda va a desacelerar el crecimiento durante los 10 próximos años”.

Si bien el aumento del tamaño del Gobierno es el resultado inevitable de lidiar con la crisis, “a todos los economistas nos pone incómodos ver que el Gobierno hace todas estas cosas extraordinarias”, dice Barry Eichengreen, profesor de Economí­a de la Universidad de California en Berkeley. Por otro lado, agrega, “me sentirí­a aún más incómodo si no estuviera haciíéndolas”.




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Re: Un curioso míétodo de salvar el capitalismo:
« Respuesta #1 en: Diciembre 23, 2008, 10:09:41 pm »
una cosa es clara hasta que no se repart :023:an el dinero entre unos pocos no habra relanzamiento de la economia dan muchas vueltas pero sin rumbo ,gastaran una pasta gansa y mas de la que se necesita pero ya se sabe una parte es para los listillos y creo que la responsabilidad corporativa empieza con los gobiernos y que los hechos son los que cuentan y no las buenas razones