Merrill Lynch afirma que la recesión ha dejado de ser un pronóstico para convertirse en una realidad. Según su departamento de análisis, "el informe de empleo del pasado viernes sugiere firmemente que la recesión ha llegado", aunque señala que, como es tradicional, será el Bureau Nacional de Investigación Económica (NBER) quien oficialice esta circunstancia, "aunque podría llevar casi dos años antes de que nos informen de ello".
De este modo, el documento elaborado por Merrill Lynch apunta que el NBER tiene en cuenta fundamentalmente el análisis de cuatro factores a la hora de determinar si la economía ha entrado en recesión: empleo, ingresos personales, producción industrial y ventas reales en los sectores manufacturero y minorista.
En opinión del departamento de análisis del banco de inversión estadounidense, "si tras los datos de empleo del pasado viernes ponemos juntas estas cuatro piezas del puzzle que NBER analiza para juzgar si se produce un punto de inflexión, todas parecen haber tocado techo entre noviembre y diciembre, lo que sugiere con firmeza que de hecho nos encontramos en el primer mes de recesión".
En este contexto, los analistas de Merrill Lynch subrayan que esta posibilidad ya "no puede ser considerada un pronóstico de ahora en adelante, sino que se trata de una realidad".
El pasado viernes, el Departamento de Empleo de EEUU indicó que la tasa de desempleo en Estados Unidos experimentó en diciembre un brusco incremento hasta el 5%, su nivel más elevado en dos años y tres díécimas por encima de la referencia de noviembre, mientras que la creación de empleo no agrícola registró su peor dato desde agosto de 2003 al generar sólo 18.000 puestos de trabajo.
Tocará suelo entre mayo y junio
Por otro lado, el informe de Merrill Lynch apunta que, en el caso de encontrarnos ante una recesión típica de final de ciclo, íéstas suelen durar en torno a diez meses y suponen una corrección típica de alrededor del 60% en el índice S&P 500, aunque el documento apunta que el proceso anejo del estallido de una burbuja inmobiliaria de las dimensiones de la experimentada en EEUU puede prolongar el periodo de transición.
En concreto, y bajo el patrón de una recesión estándar, Merrill Lynch indica que el proceso de contracción podría llegar a su fin a finales del verano, mientras la parte más baja del ciclo podría verse entre mayo y junio, y representar una caída de dos puntos porcentuales en el crecimiento del PIB real.
En este contexto, el documento afirma que los sectores con un peor comportamiento durante el periodo de contracción serían el financiero y el de consumo discrecional, mientras que telecomunicaciones, salud y 'utilities' serían los que registrarían un mejor comportamiento, aunque los autores del informe recuerdan que "el conjunto de los diez sectores que componen el S&P están en recesión y no hay ningún lugar para esconderse".
Por otro lado, el documento apunta que la Reserva Federal (Fed) suele afrontar los periodos de recesión con un recorte de alrededor de 4 puntos porcentuales, por lo que advierte de las posibles secuelas de que se produzcan nuevas burbujas de críéditos y de activos.