Rockefeller relata la historia de su vida y su adinerada familia
Por primera vez un Rockefeller habla de su vida y la de su familia. David Rockefeller, de 89 años y nieto del fundador de la Standard Oil, presentó ayer en Madrid sus memorias, publicadas en España por Planeta, un libro concebido para ofrecer al público un testimonio en primera persona de los acontecimientos clave de la segunda mitad del siglo XX.
Financiero, filántropo, embajador sin cartera, asesor de los líderes mundiales... David Rockefeller se considera una persona afortunada. Nació en una de las familias más poderosas de Amíérica -la fortuna del abuelo en 1910 alcanzaba casi los 2.000 millones de dólares-, podía haber tenido una vida fácil y, sin embargo, optó por distanciarse de la familia y buscar el íéxito por su cuenta.
Rockefeller describe su infancia como solitaria. 'Mis hermanos me consideraban demasiado pequeño para jugar con ellos', cuenta en Memorias. Estudió economía en las universidades de Harvard y Chicago y la London School de Economía. Se alistó en el ejíército durante la Segunda Guerra Mundial, donde trabajó para el servicio de inteligencia y al acabar la guerra, se incorporó al Chase Bank, con el que su familia tenía muchos y fuertes lazos -con frecuencia se le denominaba el banco de la familia Rockefeller, aunque íél asegura que nunca controlaron el banco-. Allí estuvo durante 35 años. 'Mi carrera en el Chase me proporcionó diferentes, aunque igualmente satisfactorias, formas de participar en los asuntos cívicos y gubernamentales'.
David Rockefeller ha tratado a lo largo de su vida a un gran número de personajes (el libro contiene 15 páginas de índice analítico y onomástico). Líderes mundiales, como Gorbachov, Anuar el Sadat, Ariel Sharon, Pinochet o Sadam Husein y gentes tan dispares como Picasso o Freud. Además de todos los contactos establecidos mientras prestaba servicios como ministro plenipotenciario para la mayoría de los presidentes de EE UU desde Eisenhower.
De todos los políticos con los que ha tenido relaciones a lo largo de su vida, el que mejor impresión le ha causado ha sido Nelson Mandela, ya que despuíés de 28 años de cárcel, salió sin rencor, y fue fundamental para el cambio político en Suráfrica, desvela. En el sentido opuesto, Adolf Hitler es el que peor impresión le ha dejado.
De Saddam Hussein, al que sólo vio en una ocasión, Rockefeller asegura que suponía una amenaza y que, lógicamente, apoya la intervención de EE UU en Irak. Para el magnate, la retirada de las tropas españolas de Irak no afectará a las relaciones entre España y EE UU, porque 'la amistad entre ambos países es muy importante'. En el repaso de la política internacional de su país, Rockefeller indicó que el conflicto israelo-palestino 'es uno de los más complejos que existe desde la creación del Estado de Israel'. í‰l, que justificó la creación de este Estado, cree que los palestinos tienen tanto derecho como Israel a tener su propio Estado.
En sus memorias, Rockefeller habla de su pasión por el arte moderno, un mundo en el que estado inmerso desde pequeño -su madre fue una de las fundadoras del MOMA-. De su colección, creada junto con su mujer, Peggy McGrath, se queda con Cíézanne, Picasso y Matisse y añade que no los vendería a pesar de las cotizaciones actuales, 'es increíble que un cuadro valga más de 100 millones de dólares', porque disfruta con sus obras maestras.