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La economía de China en 2018 creció 6,6 por ciento, cifra superior a la meta anual del Gobierno de 6,5 puntos, discreta pero alcanzada en medio de lesivas tensiones comerciales con Estados Unidos, informaron fuentes oficiales.
Ning Jizhe, director del Buró Nacional de Estadísticas, indicó que en el período octubre-noviembre-diciembre el nivel de expansión fue de 6,4 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), tras mantenerse en 6,7 durante los tres trimestres anteriores.
Se trata del menor auge anual reportado desde 1990 y, según dicha entidad, entre los factores determinantes en la baja están las ventas de bienes de consumo, con un nueve por ciento; y la producción industrial con 6,2. En 2017 esos dos sectores lograron 10,2 y 6,6 por ciento, respectivamente, mientras el PIB general cerró en 6,8.
Pese a esos indicadores -aseguró Ning- China se mantuvo a la cabeza en crecimiento entre las principales cinco economías del planeta y contribuyó con el 30 por ciento del PIB mundial.
Analistas y expertos vaticinaron el discreto dinamismo del gigante asiático porque el año pasado estuvo bajo el asedio del enfrentamiento comercial desatado por Estados Unidos, que implicó la mutua imposición de varias rondas de aranceles adicionales sobre artículos importados.
De hecho, desde los dos últimos trimestres de 2018 casi todos los indicadores económicos comenzaron a dar muestras de debilidad, pues se correspondieron con la etapa más grave del conflicto.
Según el Buró, la curva de crecimiento continuará estable y en un rango razonable en este 2019 porque se espera un repunte masivo en el consumo doméstico, el sector tecnológico y las innovaciones.
El conflicto con Washington está en pausa hasta el 1 de marzo, pero resintió la economía global con una rebaja en el pronóstico de expansión. El Fondo Monetario Internacional vislumbró hasta una contracción de 0,8 por ciento del Producto Interno Bruto si persiste el duelo.
Aparte del contraataque, Beijing aplicó tácticas para blindarse del impacto negativo de la discordia y proteger el sector empresarial mediante la profundización de su política de reforma y apertura, la salvaguarda del multilateralismo y el libre comercio con Europa, Medio Oriente, Asia, América Latina y África.
