Por... CRISTIAN RUS
El coche eléctrico año tras año coge más popularidad. La alternativa a los coches de combustión pasa por la electricidad y en muchas ocasiones ya merece más la pena. En Occidente ha sido Tesla quien se ha convertido en un referente, demostrando que se pueden conseguir coches eléctricos de calidad y como alternativa real al diesel y la gasolina. En Oriente sin embargo hay otros que quieren hacerle frente.
Si bien los coches de Elon Musk son los primeros que nos vienen a la mente al pensar en coches eléctricos, no son ni mucho menos los únicos disponibles. A falta de que los fabricantes tradicionales comiencen a mover ficha, es en China donde estamos viendo un auge de coches eléctricos y fabricantes buscando aprovechar la transición.
El coche eléctrico es el cambio con el que la industria China quiere vencer de una vez a los fabricantes europeos
El sector con el que China quiere adelantar a los fabricantes europeos
China es una de las regiones del mundo más interesantes en el ámbito de los coches eléctricos. No solo por la cantidad de clientes, sino también por las diferentes startups que están surgiendo y quieren asentarse en el mercado de vehículos eléctricos.
coche eléctrico
Un gran paso para conseguir este asentamiento es cruzar la Gran Muralla China y llegar a países occidentales y el resto del mundo. ¿Su punto fuerte? El precio. Algunas ya están llegando, como por ejemplo Great Wall Motors con modelos desde 14.000 euros. Esta misma semana también nos hicimos eco de Kaiyun y sus minicoches eléctricos desde 5.000 euros en Europa a partir de marzo.
¿Hará alguno frente a Tesla? Uno de los que más se está posicionando es NIO, aunque el reto es mucho más grande que simplemente fabricar coches. Hay además detalles que solucionar en un sector tan joven, como por ejemplo no quedarse atrapado en un atasco durante una hora porque el coche eléctrico tiene una actualización de software.
Llegar a Europa y Estados Unidos no es tan sencillo como lo pudo ser con los smartphones. Las regulaciones son mayores, las diferencias en diseño repercuten y también se debe lidiar con patentes y guerras comerciales entre China y el resto del mundo. En los próximos meses y años veremos si verdaderamente lo van a conseguir antes de que las marcas occidentales se asienten en el mercado eléctrico.