Por... Ulises Noyola Rodríguez
La decisión de excluir a China del ejercicio del borde del Pacífico (RIMPAC) se convirtió en relaciones diplomáticas tensas entre los países ubicados en el Mar de China Meridional. El ex secretario de Defensa, James Mattis, advirtió que la exclusión de China del ejercicio militar representa un primer paso para enfrentar un proceso de militarización apoyado por el gobierno chino en el Mar de China Meridional, que resulta en medidas del gobierno estadounidense contra Beijing.
Las disputas territoriales en el Mar de China Meridional podrían dar lugar a un conflicto armado dada su importancia en tres entornos principales: ubicación, recursos estratégicos y ventajas militares. En cuanto a la ubicación, los buques de carga que cruzan el Mar de China Meridional transportan un tercio del comercio mundial. Con respecto a los recursos estratégicos, existe una amplia gama de productos como el petróleo y el gas. Por último, pero no menos importante, el país que controla esta ruta marítima tendrá ventajas militares, ya que tendrá acceso a Asia.
Con un tratado de defensa mutua, la presencia militar de los Estados Unidos sería más relevante en el Mar de China Meridional a través del apoyo del gobierno filipino. La alianza militar entre los dos países se reforzó hace cuatro años después de la firma de un acuerdo de defensa, que consiste en el establecimiento de cinco bases militares en Filipinas [1]. Según este acuerdo, las fuerzas militares estadounidenses realizarán operaciones regulares junto con las tropas filipinas para enfrentar cualquier amenaza externa.
Por lo tanto, las instalaciones militares representan una amenaza para la paz en Asia porque los barcos estadounidenses navegan constantemente por el Mar de China Meridional. La cercanía de Filipinas al Mar del Sur de China y sus bases militares permitirían, por lo tanto, que la flota estadounidense tenga una presencia permanente en Asia. Esta creciente presencia obviamente implicaría la respuesta del gobierno chino, que podría proteger sus fronteras marítimas con un despliegue de tropas.
Vale la pena recordar que el gobierno anterior llevó un caso a un tribunal de las Naciones Unidas para reconocer su soberanía sobre las islas Spratly, que a su vez también fueron reclamadas por el gobierno chino [2]. El tribunal de la ONU dictaminó que las islas pertenecen a Filipinas, pero el gobierno chino no reconoció esta decisión, argumentando que la decisión era inconstitucional de acuerdo con el derecho internacional. Esta decisión también fue considerada inconstitucional por los medios de comunicación chinos, debido al hecho de que el tribunal no tenía derecho a gobernar sobre la propiedad de las islas [3]. El gobierno chino dejó en claro que el tribunal no tenía jurisdicción sobre la soberanía territorial de China.
Por otro lado, la decisión del gobierno filipino fue en contra de su compromiso alcanzado durante las cumbres de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), buscando resolver las disputas territoriales a través de negociaciones con funcionarios chinos. Desde que el nuevo gobierno filipino asumió el cargo el año pasado, no solo el presidente Rodrigo Duterte rechazó la decisión de la ONU, sino que también rechazó la reciente oferta de Donald Trump de ser un mediador en las disputas territoriales en el Mar de China Meridional [4].
Sin embargo, la nueva postura del gobierno de Duterte no se ha traducido en una resolución de las disputas territoriales con China en las negociaciones entre los dos países. Además, el presidente filipino reafirmó, durante el viaje de Trump a Asia, el compromiso de llevar a cabo la construcción de bases militares en noviembre pasado. De hecho, la construcción de la primera base militar ya ha comenzado, a pesar de que el acuerdo militar es inconstitucional por no contar con la aprobación del Senado.
Del mismo modo, la asistencia militar estadounidense a Filipinas ha aumentado significativamente en los últimos diez años. En este sentido, ha aumentado cuatro veces durante el período 2011-2017 [5]. Este arsenal destructivo, que incluye armas de fuego y equipo de gama alta para operaciones aéreas y marítimas, se otorgó para luchar contra el terrorismo y el narcotráfico, según la embajada de Estados Unidos en Filipinas.
Sin embargo, la guerra contra el terrorismo y el narcotráfico ha provocado 12,000 muertes en Filipinas durante el gobierno de Duterte [6]. La policía ha acusado a la policía filipina de cometer varios delitos contra su gente, señalando responsabilidades. Además, el gobierno ha procesado a activistas, periodistas y defensores de los derechos humanos que se atrevieron a criticar la estrategia del gobierno para erradicar el terrorismo y el narcotráfico.
Además, el presidente Duterte no ha abordado las fuentes de violencia causadas por las horribles condiciones de vida en las Filipinas, donde la tasa de pobreza superó el 25% el año pasado. En este escenario, el trabajo infantil es el símbolo de prácticas laborales injustas en muchos lugares, como plantaciones, minas y fábricas, donde muchos niños están socavando su futuro profesional [7]. Estas prácticas surgieron como resultado del colonialismo estadounidense que ha impuesto formas brutales de explotación a la mayoría de la población.
En este contexto de violencia y pobreza extrema, el presidente Donald Trump dijo que el gobierno de Rodrigo Duterte ha hecho un "gran trabajo", teniendo en cuenta la complejidad de los problemas en Filipinas [8]. Por lo tanto, los Estados Unidos han apoyado a este gobierno, que necesita apoyo militar para reprimir los movimientos sociales. A cambio, el gobierno filipino permitiría a los Estados Unidos permanecer en el Mar del Sur de China.
Al hacerlo, el gobierno de Filipinas desestabilizará la iniciativa "One Belt one Road" propuesta por el presidente chino Xi Jinping [9]. Según la iniciativa, el punto de partida será la ciudad china de Chongqing, luego llegará al Mar de China Meridional y al Océano Índico y finalmente terminará en África y Europa. Para finalizar los proyectos de infraestructura que sostienen la iniciativa, no solo los representantes chinos están negociando con los gobiernos asiáticos, sino que también establecieron foros de diálogo en la ASEAN.
La ruta marítima tiene una gran importancia geopolítica para los proyectos de infraestructura chinos en Asia. Por un lado, los productos chinos se transportarán a través de líneas de transporte que se venderán en los mercados europeos. En segundo lugar, los productos de los países del sur de Asia (Singapur, Malasia, Tailandia y Vietnam, entre otros países) se llevarán a la costa de Asia. En última instancia, la ruta unirá el Corredor Económico China-Pakistán con el Corredor Bangladesh-China-India-Myanmar, que mejorará el nivel de vida de la mayoría de los habitantes.
Al otro lado de la ruta, el gobierno chino planea realizar una inversión significativa para explotar los recursos marítimos principalmente a través de la maricultura, para apoyar el transporte en la construcción de puertos marítimos y para reforzar el turismo mejorando los servicios públicos. Estos proyectos beneficiarán otras iniciativas importantes, como ferrocarriles, parques industriales y zonas de cooperación económica, relacionadas con el establecimiento de puertos marítimos, rutas marítimas seguras y la prevención de desastres naturales.
No obstante, la barrera más importante para llevar a cabo estos proyectos ha sido la incapacidad de los gobiernos asiáticos para resolver las disputas territoriales en el Mar de China Meridional, una situación que se ha agravado por las acciones del gobierno filipino. Ahora es cuando la cooperación entre los países asiáticos es necesaria para que Estados Unidos no socave los esfuerzos para apoyar la integración productiva en Asia.
Notas:
[1] Reuters, Filipinas, dice que el ejército de EE. UU. Actualizará las bases, acuerdo de defensa intacto, 26 de enero de 2018.
[2] BBC, Mar de China Meridional: Filipinas y Pekín esperan sentencia judicial, 12 de julio de 2016.
[3] El fallo de The Telegraph, South China Sea: por qué es importante el caso judicial de China y Filipinas, 12 de julio de 2016.
[4] Global Times, S.China Sea no necesita ayuda externa, 13 de noviembre de 2017.
[5] Departamento de Defensa de los Estados Unidos, Justificación del Presupuesto del Congreso, 2017.
[6] Human Rights Watch, Filipinas 'Duterte confiesa la matanza de' Guerra contra las drogas ', 18 de septiembre de 2018.
[7] Organización Internacional del Trabajo, Trabajo infantil en Filipinas, 2016.
[8] Reuters, Filipinas, dice que Trump reconoció el "gran trabajo" que Duterte está haciendo, 2 de mayo de 2017.
[9] Xinhua, Visión para la Cooperación Marítima bajo la Iniciativa Belt and Road, 20 de junio de 2017.
