Por... DENITSA
Ellos cultivan maíz, soja y otros alimentos, pero también han aprovechado las redes sociales para hablar de temas tan polémicos como los pesticidas o los organismos genéticamente modificados, lo que les genera seguidores y ganancias.
En YouTube abundan los vloggers de bromas, videojuegos, belleza y moda, y ahora los agricultores también han optado por las redes sociales, algo que les deja más dinero que sus propias siembras.
Zach Johnson, que cultiva maíz y soja en Minnesota, es conocido en YouTube como MN Millennial Farmer. Johnson dice que esto les proporciona a él y a su esposa, Becky, cinco veces más en ganancias de las que obtuvieron en su granja familiar en el último año.
Johnson, de 34 años, se convirtió en vlogger hace tres años. Ahora, él y Becky tienen alrededor de 300 mil suscriptores y 50 millones de visitas. Sus grabaciones muestran el estado deprimido de la economía rural y el creciente interés de los consumidores en cómo se producen los alimentos.
"Sí, usamos OGM (Organismos Genéticamente Modificados), pesticidas, baldosas de drenaje y riego y hay razones reales por las que las usamos", dijo Johnson en una entrevista. Describe que su rol es brindar equilibrio a una discusión que a menudo está dominada por los críticos de las prácticas agrícolas modernas.
Los Johnson no están solos en internet. De acuerdo con una encuesta del Centro de Investigación Pew en 2018, en las comunidades rurales de Estados Unidos, YouTube es la red social más popular con un 59 por ciento de las personas que la usan .
Keith Good es el encargado de las redes sociales en el proyecto Farmdoc de la Universidad de Illinois, creado para proporcionar datos y análisis en línea que ayudarán a la toma de decisiones en granjas en riesgo. Durante el último año, ha visto un aumento dramático de agricultores que publican más videos en las redes sociales.
"Las organizaciones agrícolas y las empresas de productos básicos han alentado a los productores (agrícolas) a participar en la conversación en las redes sociales", dijo Good.
Suzanne Cook, o mejor conocida en las redes sociales como WT Farm Girl, ha acumulado cerca de 40 mil suscriptores que observan cómo esta nueva agricultora aprende y se equivoca frente a la cámara.
Cook, de 37 años, aboga por que más mujeres se involucren en la agricultura. Muchos de sus espectadores también están aprendiendo sobre la agricultura, igual que ella, pero solo el 10 por ciento de ellos son mujeres, dijo.
"Para una mujer, es aún más difícil porque la mayoría de los hombres no te toman en serio", dijo en una entrevista telefónica. "YouTube me ha ayudado porque muchos de mis suscriptores son alentadores", agregó.
Josh Draper, o el granjero de Stoney Ridge, tiene más de 220 mil suscriptores después de construir una granja de ganado de primera generación a partir de una plantación de tabaco en mal estado. Como veterano de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, aboga porque más veteranos se unan a la agricultura. También quiere demostrar que cría a sus animales "humanamente y con respeto".
Draper decidió comenzar su vlogger porque "muchas personas están regresando a la agricultura". Compró una cámara, hizo algunos videos de abejas, seguido de un video de él afilando su cortadora de césped y "se disparó".
Los videos en línea producidos por Zach y Becky Johnson a veces presentan la información como si un esposo y su esposa conversaran en un chat. El tema puede variar desde el uso de una amplia gama de nuevas tecnologías hasta la forma en que cosechan su parcela de soja.
Amantes de la agricultura
"Me encanta la agricultura, me encanta la agricultura", dijo Zach Johnson. "Es mi vida entera, y es la vida de todos mis amigos y familiares", agregó.
Al igual que muchos de los otros vloggers, Johnson vende su propia mercancía, ofrece pláticas y cuenta con patrocinadores para sus videos. Eso lo ayudó a generar ganancias adicionales a las que obtiene de los anuncios de YouTube.
"La gente se ha desconectado tanto de la agricultura", dijo Johnson. "Tienen curiosidad por saber de dónde provienen sus alimentos y quiénes son las personas que los cultivan. Tenemos una muy buena oportunidad de hablar con las personas, discutir esas cosas y mostrarles por qué hacemos las cosas que hacemos ”, detalló.