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Autor Tema: El respaldo de los políticos al control poblacional es peligroso ...-  (Leído 216 veces)

OCIN

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Por... Chelsea Follett


Chelsea Follett señala que la política de un solo hijo de China incluyó más de 100 millones de esterilizaciones forzadas y más de 300 millones de abortos, muchos de estos forzados también.

Recientemente, cuando le preguntaron si actuaría para “controlar el crecimiento poblacional” porque “el planeta no puede sostener este crecimiento”, el Senador de Vermont Bernie Sanders respondió afirmativamente, señalando que se enfocaría en “los países pobres alrededor del mundo”.

El ex vice-presidente Joe Biden, uno de los rivales de Sanders y actual principal candidato a la nominación presidencial por el Partido Demócrata, anteriormente expresó aceptación de la política de un solo hijo (ahora dos) de China, diciéndole a una audiencia china, “Su política ha sido una que yo comprendo totalmente —no estoy cuestionándola, aquello de un hijo por familia”.

El problema con adoptar un objetivo demográfico para “controlar el crecimiento poblacional” en lugar de permitir que cada familia tome sus propias decisiones es que muchas veces esto resulta en coerción. Además, la idea misma de “sobre población” está fundamentalmente mal concebida.

Hoy, la política de dos hijos de China todavía limita los tamaños de las familias y requiere que los padres apliquen para obtener permisos de nacimiento. Este año, una pareja que no podía pagar una multa de $9.570 por violar las regulaciones de planificación familiar, sufrió la confiscación de los ahorros modestos de toda su vida. Aunque son más raros que bajo la política de un solo hijo, todavía hay casos de esterilizaciones y abortos forzados.

“Un tercer bebé no está permitido entonces estamos alquilando una casa lejos de nuestro pueblo. El gobierno local realiza pruebas de embarazo cada tres meses. Si no estuviésemos escondidos, nos hubieran obligado a abortar”, dijo un padre chino de tres a la BBC.

La idea de control poblacional es vieja. En 1798, un clérigo inglés, Thomas Robert Malthus, publicó Un ensayo sobre el principio de la población, advirtiendo que el crecimiento poblacional acabaría con los recursos naturales. Para prevenir las hambrunas, pensó que era moralmente permisible “invitar el retorno de la plaga” haciendo que los pobres vivan en los pantanos e incluso prohibiendo “remedios específicos para enfermedades devastadoras”. Su actitud indiferente hacia el bienestar de los pobres demostraría ser una característica duradera del alarmismo en torno a la sobre-población.

En las décadas sesenta y setenta, la visión de Malthus resurgió. En 1966, el presidente estadounidense Lyndon Johnson hizo que la ayuda externa dependiera de que los países adopten políticas de control del crecimiento de la población. En 1969, el presidente Richard Nixon estableció una Oficina de Población dentro de la USAID y le dio un presupuesto anual de $50 millones. En 1977, el titular de esa oficina, el Dr. Reimert Ravenholt, dijo que esperaba esterilizar a un cuarto de las mujeres del mundo.

Para la década de los ochenta, el documento base para la Conferencia Internacional sobre la Planificación Familiar, co-escrito por el Fondo de las Naciones Unidas para la Población (UNFPA), por la Federación Internacional de Planned Parenthood, y el Population Council, decretaron, “Cuando las provisiones de información de contraceptivos y servicios no logren reducir el nivel de fertilidad lo suficientemente rápido para ayudar a acelerar el desarrollo, los gobiernos podrían decidir limitar la libertad de elegir de la generación actual”.

El neo-maltusianismo se esparció entre las organizaciones internacionales y los líderes gubernamentales. Los neo-maltusianos ofrecían respaldo financiero a la causa de controlar el crecimiento de la población, recompensando a los gobiernos en países pobres que implementaban el control poblacional mientras que guardaron silencio cuando esas medidas se tornaron coercitivas.

La Primera Ministra de la India, Indira Gandhi, emitió un decreto de emergencia (1975-77) suspendiendo las libertades civiles y forzó alrededor de 11 millones de esterilizaciones. La política de un solo hijo de China (1979-2015) incluyó la colocación de dispositivos intrauterinos que no podían ser removidos sin cirugía a 300 millones de mujeres chinas, más de 100 millones de esterilizaciones forzadas, y más de 300 millones de abortos, mucho de estos forzados. En 1983, la UNFPA otorgó el primer Premio Población a Indira Gandhi y a Qian Xinzhong, el hombre que en ese entonces estaba a cargo de la política de un solo hijo en China.

Irónicamente, el crecimiento poblacional puede ser positivo. Donde sea que las personas son libres e participar en la innovación y el intercambio, el economista Julian Simon señaló que son “el recurso más valioso”, aumentando la oferta de otros recursos, descubriendo alternativas y mejorando la eficiencia.

Las investigaciones han descubierto que cada incremento de 1 por ciento en la población reduce los precios de las materias primas en alrededor de 1 por ciento, implicando que cada persona ayuda a disminuir la escasez, en promedio.

Hoy, la población se encuentra en un nivel históricamente alto, aún así donde sea que la libertad económica permite que la humanidad realice su potencial innovador, la prosperidad ha excedido la imaginación de nuestros ancestros.

El bienestar humano está mejorando rápidamente, como está demostrado en sitios Web como HumanProgress.org (del cual soy editora administrativa) y Our World in Data. Cualesquiera que sean los retos por delante, ambientales o de otra índole, será el ingenio humano el que tendrá que enfrentarlo.

Mientras más mentes trabajan buscando soluciones, mejor.

De igual forma, las tasas de natalidad suelen caer sin coerción conforme los países se enriquecen. Pero el potencial de abusos contra los derechos humanos provee suficiente razón para oponerse a tener como objetivo “controlar el crecimiento de la población”.


•... “Todo el mundo quiere lo máximo, yo quiero lo mínimo, poder correr todos los días”...
 Pero nunca te saltes tus reglas. Nunca pierdas la disciplina. Nunca dejes ni tus operaciones, ni tu destino, ni las decisiones importantes de tu vida al azar, a la mera casualidad...