Por... Frank González
Ante el impacto que tendrán sobre el sector agroalimentario los aranceles adicionales anunciados para el ingreso de varios productos al mercado estadounidense, el gobierno italiano recurre al diálogo para tratar de aminorar los daños.
La decisión de la Organización Mundial de Comercio (OMC) mediante la cual autorizó a Estados Unidos a imponer hasta 7,5 miles millones de dólares en impuestos extraordinarios a importaciones procedentes de países de la Unión Europea (UE) causó revuelo en diferentes ámbitos de este país.
El ente mundial falló así a favor de la demanda presentada en 2003 por Washington contra la UE por el financiamiento otorgado por la Comisión Europea al consorcio Airbus, en cuyo control accionario participan capitales de Francia, Alemania, Reino Unido y España.
El reclamo estadounidense se basó en que el respaldo financiero brindado entonces por el organismo regional al consorcio aeronáutico contradecía las reglas de la OMC sobre ayudas estatales que pueden alterar las condiciones internacionales de concurrencia en el mercado.
Como señalan Darío Dongo y Giuseppe Masala en la publicación digital
www.greatitalianfoodtrade.it, el pronunciamiento de la OMC concede al reclamante el derecho a imponer aranceles como represalia, para lo cual define el monto, sin especificar el tipo de productos ni el período de tiempo.
En ese sentido, el representante comercial de Estados Unidos, Robert Lighthizer, expresó que ese país comenzará a aplicar las tarifas sobre 'algunas mercancías' a partir del 18 de octubre y añadió que esperaba iniciar negociaciones con la UE, para 'resolver este asunto en un modo que beneficie a los trabajadores estadounidenses'.
El argumento de Lighthizer, expuesto en un comunicado de la Secretaría del Tesoro, fue que durante años Europa aportó subsidios masivos a Airbus, los cuales 'dañaron seriamente a la industria aeroespacial de Estados Unidos', con pérdidas en las ventas de grandes aviones civiles construidos por la Compañía Boeing.
Precisó que los aranceles serán aplicados en una gama de importaciones procedentes de países miembros de la UE, especialmente Francia, Alemania, España y Reino Unido, considerados responsables de los subsidios.
Asimismo, añadió que aunque la Secretaría del Tesoro puede imponer tarifas de hasta 100 por ciento, el aumento se limitará ahora a 10 sobre grandes aviones civiles y 25 sobre productos agrícolas y otros.
Estados Unidos -acotó- está autorizado para incrementar los impuestos en cualquier momento o modificar la relación de productos afectados.
En la lista aparecen productos emblemáticos del 'Made in Italy' como los quesos y otros lácteos, jamones de cerdos no domésticos, crustáceos, moluscos encurtidos, jugos y licores, señaló la principal organización italiana de agricultores Coldiretti.
Mientras tanto, fueron excluidos de la penalización rubros también distinguidos de las exportaciones italianas hacia Estados Unidos como el aceite extravirgen de oliva, tomate en conservas, pastas y vinos.
Según Coldiretti, solo el arancel adicional de 25 por ciento afectará exportaciones valoradas en unos 500 millones de euros y entre las más castigadas mencionó a los quesos Parmesano Reggiano y Grana Padano, gravados con una tarifa base de 15 por ciento y ventas por alrededor de 150 millones de euros en 2018.
El presidente de la organización, Ettore Prandini, reclamó 'abrir las tratativas a nivel comunitario y nacional', con Estados Unidos y medidas de apoyo a los sectores más duramente golpeados y desligados del sector aeroespacial situado en el centro de la disputa sobre las ayudas a Airbus'.
Por su parte, el canciller Luigi Di Maio dijo que comprende bien 'las preocupaciones de todo el sector (agroalimentario) y el impacto que estas medidas podrían tener sobre nuestro país y nuestras empresas'.
En un mensaje publicado en el sitio web de su Ministerio de Asuntos Exteriores y de la Cooperación Internacional, el ministro explicó que abordó el asunto en esta capital con el secretario de Estado, Michael Pompeo, a quien expresó que 'defenderemos con todas nuestras fuerzas a las empresas italianas'.
Di Maio calificó de 'muy importantes' esas conversaciones y agregó que en las próximas semanas tendrá 'otros encuentros y citas internacionales en tal sentido'.
