No hay, entonces, un científico feliz (y mucho menos uno verdaderamente ocupado) que no tenga una pregunta, algo que definitivamente no hayan podido resolver ni íél ni sus colegas. Y no hay, tampoco, un rincón en la ciencia donde las preguntas sean más definitivas, más fundamentales como lo es la Astronomía. La ciencia de las cuestiones fundamentales es una manera como podríamos presentar a la Astronomía sin lugar a equívoco.
En el año 2005 la revista Science publicó las 125 preguntas que la ciencia espera resolver en los próximos decenios. Entre las primeras, se encontraban algunas preguntas sobre el universo. Casi cuatro años despuíés de esta reconocida selección, ¿cuáles son las preguntas que siguen abiertas sobre lo que pasa allá afuera? La respuesta es simple: prácticamente todas.
¿De quíé está hecho el universo?, ¿estamos solos?, ¿cómo y cuándo se formaron las primeras estrellas y galaxias?, ¿es el universo infinito en extensión?, figuran como algunas de las más generales y entre las que suscitan interíés a todos los niveles en nuestra sociedad. ¿Cuál es la causa fundamental de las explosiones de rayos gama? ¿Existen realmente las ondas gravitacionales (“luz de gravedadâ€)? ¿Quíé produce los rayos cósmicos de ultra alta energía? (bautizados tambiíén como las partículas “Oh por Diosâ€) ¿Por quíé la corona solar (el halo de plasma que rodea al Sol y se extiende incluso más allá del último de los planetas) está más caliente que el Sol mismo? Si se increpa a cualquier astrónomo por las preguntas que faltan en esta escueta enumeración, tal vez la lista se extendería otros 20 párrafos y necesitaríamos un posgrado para entender siquiera el enunciado.
Examinemos la que, a juicio de los editores de Science, fue una de las pregunta abiertas más importantes sobre el universo, para entender cómo, siendo tan sencilla en su formulación, representa en sí misma el punto más alto en el conocimiento del cosmos y tambiíén el escollo más complicado para avanzar en ese conocimiento.
¿De quíé esta hecho el universo? La reacción inmediata de la mayoría de las personas ante tamaño cuestionamiento es predecible: ¿va en serio esta pregunta? A primera vista, cualquiera creería que íésta ya es una pregunta resuelta. Responderíamos como un escolar: “el mundo está hecho de 92 variedades átomos y otras ‘cosillas despreciables’â€. Lamentablemente la respuesta no parece tan sencilla. Cuando se extiende nuestra mirada al dominio de las estrellas, nuestra galaxia hogar y otras galaxias allá afuera, la respuesta escolar no sólo deja de ser satisfactoria sino que es tristemente incompleta. Si tomáramos 1.000 kilogramos de materia de nuestra galaxia (despuíés de mezclar muy bien la sopa de estrellas, nubes de gas y de polvo, planetas, vacas, naves espaciales y todo lo “demásâ€) apenas 100 kilogramos estarían hechos de átomos como nuestro mundo inmediato. 900 kilogramos (¡que es prácticamente todo!) estaría compuesto de una sustancia todavía incomprendida: la materia oscura. ¿Oscura? No hay que imaginarse un pedazo de carbón, o una sustancia tan tenue que no se pueda ver. Nada de eso.