Desde el punto de vista técnico, que el EuroStoxx 50 perdiese los mínimos de 2016, situados en los 2.675 puntos, ha abierto la puerta a que la referencia europea puede irse hasta los 1.800-1.850 puntos, mínimos de 2003 y 2009, lo que implica una caída en los próximos meses de alrededor de un 30%