Por... Chris Edwards
Chris Edwards considera que lejos de ser una desventaja, el modelo federal es una fortaleza que permite aprovechar el mejor conocimiento de los recursos, peligros y prioridades locales que tienen los gobiernos de los estados y de las ciudades.
Los desastres generalmente provocan llamados para una respuesta desde arriba hacia abajo dirigida por el Comandante en Jefe y guiada por la supuesta habilidad superior de Washington. Muchas personas saben que existen límites constitucionales al poder federal, sin embargo, piensan que el comando y control centralizado es una respuesta eficiente ante los desastres.
Con respecto a la crisis de la Covid-19, el columnista de Bloomberg Noah Smith dijo que una “Abdicación del liderazgo por parte del gobierno federal dejó el trabajo de los cierres a los gobiernos estatales y locales”.
Pero no hubo ninguna “abdicación”. El liderazgo estatal, local y privado suele ser el mejor enfoque para emergencias no militares. Walter Olson señala sobre la crisis actual: “En el diseño constitucional de EE.UU., mientras que la ley federal es suprema, el gobierno nacional está confinado a poderes enumerados. No tiene autoridad general para dictar a los gobiernos estatales. Muchos de los poderes que tiene el gobierno, en particular el 'poder policial' invocado para contrarrestar epidemias, son ejercidos por los gobiernos estatales y por las ciudades en las que los estados delegan el poder”.
Smith sugiere que tal federalismo no es práctico en el mundo moderno: “Una posibilidad es que EE.UU. esté cargado de instituciones anticuadas del siglo XVlll. El federalismo deja muchos poderes a los estados, lo que dificulta que el gobierno central coordine una respuesta a las pandemias, incluso cuando el liderazgo es fuerte y competente”.
Pero Olson argumenta que una respuesta descentralizada no está desactualizada. De hecho, tiene más sentido porque los estados tienen un mejor conocimiento de los recursos, peligros y prioridades locales, así como una mayor flexibilidad para responder de forma rápida y efectiva. Además, al tratar de “coordinar” durante los desastres, he argumentado que el gobierno federal generalmente frena la respuesta agregando capas de reglas.
Smith concluye: “La pregunta crucial es cómo y si es que podría revertirse la disminución en la efectividad de EE.UU. Restaurar el prestigio del servicio civil, centralizar funciones como la respuesta a las pandemias y elegir líderes competentes y centrados son ciertamente todos pasos importantes”.
Por desgracia, esa es la ingenua visión progresista que Washington conoce mejor. Hemos tenido un siglo de fracasos federales desde la Era Progresiva, incluidas muchas fallas en la preparación y respuesta a los desastres. ¿Dónde estaban los líderes federales “competentes y centrados” durante el Huracán Katrina?
Examiné las causas estructurales de la falla federal en este estudio. Numerosos académicos centristas también han investigado las causas del crónico fracaso federal, incluidos Peter Schuck y Paul Light.
En este estudio discutí la historia de las políticas frente a los desastres, el papel del federalismo y la respuesta federal fallida al Huracán Katrina. El estudio también analiza las respuestas a los desastres –a menudo excelentes– de las empresas privadas y organizaciones benéficas, incluyendo al Gran Incendio de Chicago de 1871, el Terremoto de San Francisco de 1906, la Gran Inundación de Pascua de 1913 y el Huracán Katrina de 2005.
En la crisis actual estamos viendo algunos esfuerzos brillantes en los hospitales, los centros de investigación médica, las empresas y otras instituciones del país, las cuales sin duda nos ayudarán a superar uno de los desastres más grandes de la historia.
