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Autor Tema: ECONOMÍA: ¿Por qué deben subir los precios?  (Leído 170 veces)

OCIN

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ECONOMÍA: ¿Por qué deben subir los precios?
« en: Junio 11, 2020, 09:42:52 am »
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Edwar Escalante explica cómo el sistema de precios confiere información dispersa entre miles de personas de manera oportuna, de tal manera que los actores del mercado sepan cómo y dónde conviene asignar recursos y por qué esta función es particularmente importante durante una emergencia

Era un viernes en noviembre de 2015 en Paris y como es típico en la capital francesa los bares y cafés vibraban repletos. Minutos después de las 9 de la noche un grupo de terroristas activa un ataque coordinado con explosiones cerca del Stade de France donde se jugaba un partido de fútbol. Se suman tiroteos contra los concurrentes, ataques suicidas, y toma de rehenes. La gente huye desesperada del centro de la ciudad y busca refugio en edificios cercanos. La prensa mundial empieza a reportar los hechos varios minutos después de las primeras ejecuciones. Se instala el miedo.

La reacción más inmediata a la emergencia es la del mercado. Los precios de los taxis de Uber escalan rápidamente conforme las personas intentan ponerse a buen recaudo. Esto es una maravilla cuya sutil ejecución no se aprecia como debería. ¿Sabían los taxistas lo que ocurría en el centro de la ciudad? No. Pero el precio confiere información, información que esta dispersa entre los miles de parisinos que sufren la tragedia y que se resume en dígitos que los taxistas reciben en fracción de segundos. Que los precios del servicio sean altos propone un dilema al taxista: cómo y donde asignar recursos, su auto, tiempo y dinero. Puede ir a casa y asignar esos recursos a otros usos o puede dirigirse al centro y hacer el servicio. Precios altos comunican la urgencia y motivan al taxista a actuar en beneficio de las víctimas. Es un incentivo. 

Para encontrar los culpables del incremento de precios uno tiene que mirarse en el espejo. La producción de medicinas, por ejemplo, requiere miles de insumos, que van desde el transporte hasta la producción de sus componentes químicos. Cuando la demanda por el producto final se incrementa, se incrementa la demanda por todos los insumos que permiten la producción de ese producto final. A cada instancia, un productor debe decidir donde destinar recursos, lo hace en función de los precios. Los precios varían porque la gente –consumidores y productores de los insumos– compiten para obtener más recursos, lo hacen ofreciendo mayores precios, es decir comunicando la urgencia que existe por el producto final, las medicinas.

Imaginemos ahora que ocurriría si los precios no pudieran subir durante las emergencias. La información no seria correcta, no suben los precios, no hay urgencia. El taxista decide asignar los recursos a otros usos que en ese momento le parecen más importantes. Se va a su casa. Y los parisinos quedan atrapados en medio del desconcierto. No hay taxis. El control de precios impide que los taxistas reciban la información correcta y el resultado es que esas transacciones que potencialmente hubieran beneficiado a ambas partes no ocurren. Emerge la temida escasez. En medio de la emergencia la elección que se nos presenta no es el taxi a precio regular o el taxi a precio mas alto. La elección se decide entre el taxi a precio alto o la ausencia del servicio.

Ocurre lo mismo en todos los ámbitos del mercado que son en buena cuenta todas las actividades del quehacer humano. El precio de las medicinas se incrementa durante la emergencia. ¿Qué ocurriría si la ley obliga a mantener los precios congelados? Llega la primera persona a la farmacia y compra todas las medicinas disponibles, probablemente mas de las que necesite, tal vez anticipando que podrían desaparecer del mercado. Cuando llega la segunda persona simplemente no encuentra las medicinas. Ha ocurrido una asignación de recursos ineficiente. El control de precios ha impedido que la información se traslade con claridad a las partes interesadas. Las medicinas no se han destinado a sus usos mas urgentes. Si los precios suben respondiendo a la demanda, el primer consumidor probablemente compraría solo lo que realmente necesita produciéndose así una asignación de recursos mas eficiente, es decir una que beneficie a mas personas.

Peor aún. Que los precios se controlen crea una barrera que alienta los monopolios. ¿Qué incentivo existe para que puedan ingresar nuevos competidores si no pueden beneficiarse de mayores precios? Sin ese incentivo, quedan en el mercado, solo un grupo de productores que se beneficia de menor competencia. Es decir, el precio es información e incentivo. Cuando son altos emiten una señal para que otros productores destinen recursos a esos sectores donde la demanda ha crecido, así como los taxistas en Paris. En una emergencia hay dos tipos de personas. Una que mira las noticias y piensa que los precios son muy altos (y a veces se entusiasma con el poder de controlarlos) y otra que, cuando ve los precios más altos, encuentra una oportunidad de brindar esos servicios, haciendo que los precios bajen.

Necesitamos que suban los precios, o dicho con cautela, necesitamos que el sistema de precios funcione. Si queremos menores precios necesitamos que más ofertantes de ese servicio (taxis) o producto (medicinas) destinen sus recursos a esos sectores. Con mas competidores los precios disminuyen. Este punto no es menor. Puede ocurrir que potenciales competidores estén impedidos de ingresar al mercado permitiendo que pocos ofertantes disfruten de mayores ganancias. Pero ese no es un problema del sistema de precios, es un problema de las barreras que impiden el ingreso de competidores. Estas barreras son las que se construyen en el aparato estatal a través de regulaciones, impuestos y rigidez laboral. Quieren competir, pero los costos para asignar recursos a esas urgencias son muy altos. De manera que la molestia, que es entendible, está mal dirigida. Sufrimos dos tipos de intervenciones, la que genera menos competencia haciendo que los precios se mantengan altos y la que potencialmente puede empeorar las cosas, el control de precios, haciendo que los productos desaparezcan.


•... “Todo el mundo quiere lo máximo, yo quiero lo mínimo, poder correr todos los días”...
 Pero nunca te saltes tus reglas. Nunca pierdas la disciplina. Nunca dejes ni tus operaciones, ni tu destino, ni las decisiones importantes de tu vida al azar, a la mera casualidad...