Galán acelera en la reducción de costes con Iberdrola en la rampa de salida
El 4 de junio de 2009, uno de los medios económicos más prestigiosos del mundo pedía “disculpas” por escribir mal el nombre del que era consejero delegado de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán. Por aquel entonces, su nombre era todavía poco conocido. Algo más de una década después, ya como presidente, Galán no solo se ha ganado una fama merecida en el sector de la energía, sino que también ha logrado el favor de analistas, inversores y accionistas. La (arriesgada) apuesta del salmantino por las renovables no ha podido funcionar mejor. Pero ahora el reto es todavía mayor.
Iberdrola, de la mano de Galán, aspira a convertirse en el gigante energético más grande del mundo. El nuevo, mejorado y ‘verde’ ExxonMobil. En un plano pragmático, ese deseo, el de ser el mejor, lo comparten infinidad de directivos y empresas en sus respectivos campos, pero en el plano real muy pocos pueden aspirar a tanto. La firma española se ha ganado el derecho hacerlo, aunque para ello necesitará de un nuevo empujón de cara a los próximos años. Ese paso adelante llegará en menos de un mes con el nuevo Plan Estratégico.