LA CONCIENCIA
Lo que llamamos generalmente conciencia puede ser definido como un lugar en el que todos los representantes de nuestro organismo físico y de nuestro organismo psíquico han convenido encontrarse. Es algo así cono la organización de las naciones unidas en ginebra. ginebra es una ciudad en la que los representantes de las potenciÂas del mundo entero, amigas o enemigas, se dan cita para parlamentar y para resolÂver ciertos problemas y, cuanto menos se convierte, por algún tiempo, en la conciÂencia del mundo: se pone en claro algunos puntos de vista, se discute, se toman decisiones, etc... De la misma manera, la conciencia es una zona neutra, una zona franca donde elementos y fuerzas de diversa naturaleza vienen a dar su opinión y a expresarse en la medida en que las circunstancias lo permiten.
Podemos tambiíén compararla a una pizarra o a una pantalla en la que se manifiesta todo lo que sucede en este mundo que es el ser humano. Según sea el grado de evolución del individuo, la naturaleza y el número de estas inscripciones son, evidentemente diferentes. A veces sucede que nuestra conciencia no solamente es influenciada por nosotros mismos, sino, que es otra persona la que logra proyectar su voluntady sus deseos en nuestra pantalla y nos empuja a realizar sus deseos sin que ni siquiera nos demos cuenta de ello. Creemos que somos nosotros mismos, pero, en realidad es otro quien, de alguna manera nos manipula. El iniciado, es el hombre que esta instruido para llegar ha hacerse dueño de su propia consciencia, y no se deja influir, ni por las fuerzas externas ni internas que provienen de su subconsciente (aunque sea consciente de esas fuerzas y sugerencias). Un iniciado ha comprendido que los intereses de los diferentes cuerpos y órganos que hay en íél, deben converger en el interíés de todo el ser y, en consecuÂencia, impone la armonía a todos estos representantes, con lo cual su conciencia se transforma en supraconciencia.
Lo que llamamos conciencia en los hombres corrientes, no es a menudo, otra cosa que la manifestación de la subconciencia; todos los instintos heredados, todas las tendencias animales instintivas intentan continuamente manifestarse, proyectarse en la pantalla de la conciencia. Por eso, cuando el discípulo comienza a adentrarse en el camino de la iniciación, debe esperar encontrarse con sorpresas. Quiere rezar, ser bueno, puro, pero, he aquí que otro deseo empieza a gritar dentro de íél: ¡ah, no, no!, ¡eso no!, ¡quiero otra cosa...! y entonces el pobre, a menudo capitula. Pero si a pesar de todo, continúa luchando contra estos deseos inferiores, entonces consigue liberarse, independizarse y empezar paulatinamente a vivir en la supraconÂciencia.
Pero volvamos a la conciencia. De manera general podemos decir que la conciencia es el reflejo de las preocupaciones del hombre, de su manera de vivir, y sólo existe como una consecuencia de todos los procesos físicos y psíquicos que se desarrollan en el ser humano. Es una pantalla en la que proyectan las imágenes de la vida externa e interna. Si vuestra conciencia es desgraciada, si es presa de angustias y de obsesiones, hasta que no cambie de vida es inútil que intente escapar de estas anÂgustias y obsesiones. De lo contrario, es como si estuviera descontento con las imágenes que se proyectan en una pantalla y quisiera cambiar la pantalla en lugar de cambiar la película.
Podemos decir, y sería correcto, que el espíritu tiene su conciencia, naturalmente tiene una conciencia mucho más elevada que la que pudiera tener, por ejemplo, el alÂma. Y el alma divina tiene una conciencia más amplia que la del alma humana. De esÂta manera podríamos ir ascendiendo o descendiendo en los niveles de conciencia de cada plano, de cada estado o cuerpo de manifestación determinado. El trabajo del discípulo consiste precisamente en esto, en ir aumentando y ampliando cada vez más su nivel de conciencia, porque como hemos dicho la conciencia está delimitada por la evolución alcanzada del individuo.