LAS LECCIONES QUE NOS ENSEí‘A NUESTRA OTRA MITAD
Cuando tu alma gemela llegue a tu vida, será para
ayudarse mutuamente a aprender.
Fundamentalmente, las lecciones a explorar son:
Amar incondicionalmente. Nuestra alma gemela nos
propondrá un interesante (y a veces, desesperante) juego:
amarlo siempre es una experiencia de amor incondicional, ya
sea porque sus características nos irritan, porque su
situación no concuerda con la nuestra (por ejemplo, no es
libre), porque vive a miles de kilómetros de distancia, o
simplemente, aun no nos reconoce. Ante estos limitantes, uno
podría simplemente apartarse y buscar el camino del amor por
otras praderas...pero eso no es posible, porque sentimos por
esta persona una atracción tan fuerte, que nuestros intentos
resultan inútiles. siempre volvemos a íél, en corazón y
pensamiento, y en acción. Así vamos aprendiendo a aceptar al
otro tal cual es, a aceptar que los vínculos de amor a veces
no son convencionales, aprendemos a esperar, a conectarnos
en otros niveles, en fin, aprendemos a amar.
Ser autíénticamente NOSOTROS MISMOS. Nuestra alma
gemela nos conoce mejor que nadie. Sabe de nuestros talentos
ocultos y de nuestras sombras. A veces, estando con mi alma
gemela, esta transparencia puede volverse insoportable. Pero
al final, resulta lo mejor que puede pasar, porque me empuja
amorosamente hacia un nuevo nivel de evolución. Junto a
nuestra alma gemela, no podemos esconder nuestro verdadero
Yo, y esto es maravilloso.
Cumplir nuestro propósito
Como todos sabemos, venimos a la Tierra con un
propósito concreto y una misión de servicio. Nuestra función
es única, no existe otra persona en el mundo que pueda
realizar nuestro aporte. Por eso, descubrir esa misión es
imprescindible, tanto para nuestra evolución como la de la
Humanidad toda. No debe haber nada mas triste que una vida
que no se dedicó al propósito para el que se ha creado, fue
una oportunidad perdida que nunca mas se recuperará. Por eso
la presencia de nuestra alma gemela es fundamental. Porque
nuestra misión y la suya, son sincrónicas, se articulan de
manera armónica, son absolutamente complementarias. Para
poder expresarla en todo su potencial, necesitamos a nuestro
eterno compañero junto a nosotros, trabajando codo a codo,
colaborando en nuestra toma de conciencia, despertando
cuando nos dejamos estar, festejando juntos cada pequeño
paso, y siendo ejemplo para quienes observan. ¿Estamos
dispuestos? ¿Estás lista/o para amar sin condiciones,
mostrarte sin reservas y dedicarte a tu misión sin miedos?