AGENCIAS
WASHINGTON.- En vista de la fuerte disputa en el Senado norteamericano por el plan millonario de estímulo, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, llamó a los republicanos a llegar a un compromiso para aprobar el texto sin el cual el dirigente afirmó que se acercaría la catástrofe.
"No servirá que volvamos a la misma política que en ocho años duplicó el endeudamiento público y dejó en problemas a la economía", afirmó Obama durante reunión de miembros del Partido Demócrata en Williamsburg, estado de Virginia.
Agregó que insistir sólo en exenciones impositivas es una fórmula fracasada y advirtió que los estadounidenses están atentos. No nos enviaron acá para que realicemos las mismas maniobras de aplazamiento y distracción, advirtió.
Retraso en la decisión
Durante la jornada, el Senado no alcanzó un acuerdo sobre el plan, por lo que bien este viernes, bien a lo largo del fin de semana, tendrá la oportunidad de ser aprobado.
La Cámara de Representantes dio luz verde la semana pasada a una primera versión del paquete, por valor de 819.000 millones de dólares, que el presidente Barack Obama definió como "una de las patas" del taburete de la recuperación económica para el país.
Si el Senado aprueba una versión diferente, ambas cámaras irán a una comisión conjunta para definir una última versión de consenso. Obama reiteró el martes su ultimátum del 16 de febrero para que el Capitolio se ponga de acuerdo en un paquete de reactivación económica.
El momento de actuar
El propio Obama insistió en presionar a los legisladores. "El tiempo para hablar se ha acabado. Ahora ha llegado el momento de la acción porque todos sabemos que, si no actuamos, la mala situación que vivimos se convertirá en una situación terriblemente peor. La crisis puede convertirse en una catástrofe para las familias y para los negocios de todo el país".
"Y no voy a permitir que eso ocurra", dijo el presidente, quien rechazó algunas de las viejas recetas para revitalizar la economía que algunos legisladores han sugerido, porque "las hemos probado en el pasado, y han fracasado", afirmó.
El problema para el presidente es que en la cámara alta, aunque los demócratas son mayoría, los republicanos tiene suficientes representantes como para para bloquear la iniciativa. Al menos dos republicanos deberían estar a favor del plan, algo que en principio se presenta complicado: la mayoría considera el plan desmesurado, y ya en la Cámara de Representantes el paquete no encontró el apoyo de ningún miembro de la oposición.
Para contentar a algunos republicanos, los demócratas aceptaron por ejemplo incrementar la partida destinada a rebajas fiscales de 182.000 a 252.000 millones de dólares.