Por Gina Chon
La afirmación de un denunciante de que Facebook (FB.O) buscaba ganancias en lugar de frenar el discurso de odio deja dos preguntas para que los legisladores respondan: ¿Las acciones de la red social merecen una respuesta regulatoria? ¿deberia ser?
Una respuesta a la segunda pregunta podría ser poner un límite a la capacidad de la empresa para registrar nuevos usuarios.