Mike Butcher
Es bastante simple: la madera blanda crece mucho más rápido, en bosques 'sostenibles', que la madera dura. Este último se encuentra a menudo en bosques maduros biodiversos como, um, el Amazonas. Entonces, si pudiera hacer que la madera blanda se comporte como madera dura, no solo accedería a madera más sostenible para la construcción, sino que también protegería los bosques de madera dura de la destrucción. Además, se ahorra una gran cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero.
Ese es el razonamiento detrás de lo que se le ocurrió a Kebony . Al presentarse a sí misma como una 'empresa de tecnología de modificación de la madera', Kebony ha recaudado una ronda de financiación de 30 millones de euros (34 millones de dólares) liderada por Jolt Capital y Lightrock. Y cómo lo hace es fascinante.
Kebony comienza con madera recolectada de manera sostenible, luego modifica esa madera con desechos provenientes del proceso de producción de alimentos asociados con la caña de azúcar y las mazorcas de maíz. La compañía dice que esto puede darle a la madera un carácter duradero que en realidad refleja el comportamiento y las características de las maderas duras tropicales.
Por supuesto, dado que la industria de la construcción busca cada vez más materiales de construcción más ecológicos, el uso de este tipo de material tiene mucho sentido, sin mencionar el hecho de que bien podría reducir la deforestación tropical.
Kebony afirma que este tratamiento transforma la madera como el pino en una madera con características que son "comparables, y en algunos casos superiores, a las de las preciosas maderas duras tropicales". También dice que el proceso es superior al tratamiento tradicional de la madera basado en la impregnación con conservantes de la madera.
