Kate Marino
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, está avanzando con un plan para demostrar que los economistas están equivocados.
Impulsando las noticias: el banco central de Turquía, bajo la presión de Erdogan, recortó el jueves las tasas de interés por cuarta vez en otros tantos meses, a pesar de que las cifras oficiales de inflación superan el 21%.
Por qué es importante: Erdogan está duplicando, o cuadruplicando, las políticas que están agitando sus mercados financieros y perjudicando a los ciudadanos turcos comunes.
En respuesta al recorte de tipos, la lira turca ha caído otro 12% en relación con el dólar, lo que ha llevado su caída a alrededor del 50% desde que comenzaron los recortes de tipos en septiembre.
El impacto: los vendedores ambulantes han empezado a vender medios bagels. Y los residentes turcos están convirtiendo sus ahorros en monedas extranjeras y oro, como informó Menekse Tokyay desde Ankara.
La historia de fondo: Erdogan cree que recortar las tasas ayudará a controlar la inflación, lo opuesto a la ortodoxia económica. Su pensamiento es que una lira más baja hará que sus exportaciones sean más atractivas, estimulando puestos de trabajo. La otra cara de la moneda, por supuesto, es que las importaciones a Turquía son más caras.
Reconociendo las dificultades de la clase trabajadora de Turquía, Erdogan anunció el jueves que aumentará el salario mínimo de Turquía en un sorprendente 50%, una medida que también podría avivar una mayor inflación, informa Bloomberg .
Qué observar: "Creemos que la lira seguirá bajo presión y que esto podría conducir a la introducción de controles de capital", escribieron los analistas de Capital Economics en una nota de investigación.
La conclusión: "Si no fuera por el dolor y el sufrimiento infligidos a 84 millones de personas, este sería un experimento económico fascinante", dice al FT Refet Gürkaynak, profesor de economía en la Universidad Bilkent en Ankara .