A travíés del tiempo, hay letras y formas de escribir que se van poniendo de moda. Si observamos el siglo 18 o antes, las firmas de los escritores y connotados personajes públicos estaban llenas de rúbricas y adornos. Y como sabemos que nada es casual, todo esto tambiíén va correspondiendo a una especie de conciencia colectiva, tambiíén el comportamiento de las personas en general, va siendo acorde a las modas o tendencias de los tiempos. En otra ocasión podremos analizar las tendencias de hoy y darnos cuenta como todo es sincrónico, en lo positivo y en lo otro tambiíén.
Para quien sea experto en este tema, muy escasas cosas pueden quedar ocultas en un escrito, tal vez ninguna. Pero para lograr esto se requiere de mucho tiempo, estudios, mediciones, protocolos, fotografías de las letras, etc. tambiíén se requiere de condiciones especiales para el análisis. No es serio emitir un informe profesional de una anotación rápida de una dirección en una servilleta, por decirlo así. La persona que escribe debe tener la tranquilidad para relajarse escribiendo y no ser una tortura bajo presión, debe tener además buena iluminación, tiempo, lápiz en buen estado y en ocasiones, escribir sobre un tema determinado, en otras, el tema puede ser libre. Tambiíén el Grafoanalista o Perito debe tener el tiempo suficiente para hacer un estudio acabado. Sólo así se puede analizar un escrito con propiedad.
Por otra parte, no hay nadie que tenga la letra perfecta, sólo letras mayoritariamente sanas, que pueden hacer del sujeto una persona feliz, con sus defectos y virtudes.
Todo signo es importante, el punto de la i, el travesaño de la t, las letras que no quedaron bien cerradas, el largo de los palotes, el ancho de las letras, los espacios ocupados, los espacios sin ocupar, etc. Todo importa, nada es dejado sin observar, pero eso sí, para que tenga validez en la descripción de la personalidad del sujeto a evaluar, estos signos deben ser repetitivos. Algo que salió en el papel una vez, no marca un carácter, eso es campo de la Grafología Emocional.
En esta especialidad de la Grafología los errores son lo más importante. A travíés de los errores que se llaman “Lapsus Calamiâ€, el Profesional entrenado en dicha tíécnica puede deducir –por ejemplo- si la persona que escribe miente, o a que le da más importancia en la vida, o si fue víctima de un abuso, o si sus código íético morales son los correctos, etc.