Por Gustavo Fernandez
¿EXISTE EL DAí‘O ?
Resulta tragicómico observar que colegas parapsicólogos de la más variopinta extracción, generalmente de posiciones encontradas en cuanto a su apreciación sobre aspectos si se quiere generales de estas disciplinas, parecen reaccionar comúnmente cuando, en cualquier conferencia o reunión de interesados, alguien del público hace la pregunta "maldita": ¿Existe el “dañoâ€?.
Y al hablar de daño, uno no puede dejar de pensar en los innumerables sinónimos con que se le conoce: hechizo, maleficio, brujería, “payíéâ€, “gualichoâ€, trabajo, atadura, mal... Todos tíérminos populares que podríamos reducir en el de “ataque psíquicoâ€, definible como la posibilidad de que, consciente (ya sea a travíés de un "ritual" o tíécnica específica) o inconscientemente y movilizando energías psíquicas, se ocasionen perturbaciones de cualquier índole (físicas, psíquicas, espirituales, emocionales, sociales, afectivas, económicas) a un individuo o grupo de individuos.
Ciertamente, en la actualidad puede parecer poco "serio" hablar de "agresiones psíquicas". Empero, un simple –y terrible– razonamiento nos llevará a advertir que la cuestión no es tan sencilla de refutar y que puede fundamentarse científicamente.
Hoy en día, nadie niega en los ámbitos acadíémicos vinculados a la Parapsicología la concreta existencia de dos específicos fenómenos paranormales: la telekinesia y la telepatía.
De la primera, recordemos que se define como "el movimiento de objetos inanimados por acción de la mente". La telekinesia tiene, además, dos aspectos particulares: uno conocido como psicokinesis (en los diccionarios figura como "acción de la psiquis sobre sistemas físicos en evolución" y, para que esto sea más entendible, citemos como ejemplos de psicokinesis: alterar la disposición con que cae un grupo de dados sobre una mesa, o aquella situación que cualquiera puede experimentar en casa, de tomar dos plantas iguales y dedicar diez minutos diarios de atención y afecto a una, pero ignorar a la otra, observándose al cabo de un par de semanas que la primera se desarrollará algo así como un sesenta por ciento más que la "abandonada"), y otro como hiloclastia (rotura paranormal de objetos: un foco de luz que estalla acompañando el estallido de ira —o su represión— de un adolescente). Estadística y experimentalmente, todos estos fenómenos son parte del "hábeas" acadíémico respetado hoy en día.