Por este tercer canal energíético pasa nuestra energía interior, llamada Kundalini, que yace en el hueso sacro. La Kundalini es nuestra energía personal, que es reflejo de la energía correspondiente del Universo. En el caso ideal, debe contener 21 108 hebras energíéticas. Cuando uno nace, la Kundalini, en cantidad determinada de energía potencial, entra en el ser y se aloja en el hueso sacro. Al agotarse esta energía, el ser humano deja de existir en su cuerpo. En una persona no realizada, la energía Kundalini se emplea y agota principalmente a travíés de los canales izquierdo y derecho.
Desde 1970, a la Humanidad se le dio la posibilidad de subir la Kundalini por el canal central, llenando con la energía del Maestro, en la zona abdominal, la brecha energíética en el canal central. La kundalini sube por la columna vertebral, pasa por los siete centros energíéticos, sale de la cabeza por la fontanela, rompe el aura del ser humano y une así la consciencia humana con la Energía Todopenetrante del Universo, con la Consciencia Colectiva del Universo. De este modo, el ser humano se une con el Conocimiento del Universo, va conociendo su yo único, su ser interior y todo lo que era desconocido para íél. Para recibir la información es suficiente poner atención en lo que interesa. El ser humano llega a poseer la Consciencia sin pensamientos.
Dios se encuentra en el ser humano como Inconsciente; pero, despuíés de la realización, como Consciente. El inicio de esa Consciencia se manifiesta en el hombre con las cuatro cualidades del primer centro energíético (mooladhara): pureza, inocencia, sabiduría y confianza en Dios.
Si uno piensa en el pasado, su atención se va al canal del pasado, al Subconsciente y, si piensa en el futuro, su atención va al canal derecho, al Supraconsciente, consumiíéndose la energía en ambos canales. Los canales del pasado y del futuro generan el Tiempo, en el que el hombre vive y envejece.
Si uno está en consciencia sin pensamientos, el tiempo deja de existir para íél. Es el estado de sueño y de meditación. La meditación es un estado de plena consciencia sin pensamientos. Durante los estados de sueño y meditación, penetra en el ser humano la energía de Dios y se recupera su organismo.
En la persona realizada (con su Kundalini despertada), en estado de meditación, su atención se fija en el presente, en la Realidad, donde en este momento (en el presente) trabajan todas las energías del Universo y realizan todo el trabajo vivo.
La persona que puede mantener su atención en el presente, puede, a travíés de su atención, llevar al lugar necesario, tanta energía cuánta sea despertada en su Kundalini. A travíés de la atención humana, las Energías Divinas trabajan tanto en el interior del ser humano como en el mundo que le rodea.