Ultimos dias del Temple
Procedente de revista investigacion.com
Hallan los manuscritos que relatan los últimos días de la Orden del Temple antes de su desaparición
Anabel Blancas, Valencia
El epistolario íntegro que el último Gran Maestre de la Orden del Temple, Jacques de Molay, mantuvo con el rey Jaume II el Just, así como las cartas manuscritas de sus miembros, reproducen la incertidumbre y la angustia que sufrieron los templarios durante el exterminio de la orden en 1317, instigado por el rey Felipe IV de Francia y el Papa Clemente V.
Estos manuscritos iníéditos sobre el final de la mayor orden religioso-militar de la historia, narran en tiempo real y en primera persona, el sufrimiento y desamparo de los templarios antes de su desaparición. Este descubrimiento ha sido posible gracias a la investigación llevada a cabo por la editora valenciana, Ediciones Grial, que el próximo septiembre publicará Secretum Templi, un libro que reconstruye el principio, auge y final de los Caballeros del Temple, mediante la recuperación de un manuscrito, robado en 1985 de los Archivos Departamentales de la Cí´te D'Or en Dijon (Francia), y cuyo microfilm ha permitido obtener la primera copia de la Primitiva Regla Latina que redactó Bernardo de Claraval durante el Concilio de Troyes en 1128, cuando se aprobó la Orden. Se trata de sus normas jerárquicas, la disciplina de su vida monacal, la vestimenta, el número de sirvientes, caballos y escuderos a los que tenía derecho cada miembro, así como la amplia relación de penitencias y las 9 infracciones por las que podía ser expulsado un caballero. Este tesoro medieval resucita el origen de la orden y su forma de entender la vida entre los siglos XII y XIV.
Además del reglamento templario, la colección reproduce, por primera vez, las cartas que escribió De Molay a Jaume II y que el Gran Maestre remitió a los mariscales de las distintas órdenes del temple. Así como sus consultas sobre temas de Estado escritas de su puño y letra. Jaume II requisó todos los documentos de los templarios durante el proceso que se inició contra ellos. Hasta el siglo XVII, permanecieron guardados en un armario del Archivo de la Corona de Aragón, creado por el soberano en 1318. La editora asegura que, hasta ahora, «nunca se habían reproducido, ni traducido, ni estudiado»las escrituras sobre las que tantas veces se ha fabulado.